La concejalía de Servicios Sociales, a través del Proyecto de Inclusión Social, trabaja con familias y personas que presentan dificultades personales, sociales o laborales y con el fin de facilitar su integración en el entorno. Una actuación que afecta a distintos ámbitos de su vida, como el social, familiar o educativo, y que, como explica la trabajadora social Ana Isabel Aguirre, “parte de una primera evaluación en la que los interesados expresan sus necesidades y plantean sus propios objetivos”. De esta manera, desde esta delegación municipal y de forma coordinada entre los profesionales de las distintas áreas afectadas, se orienta y acompaña a estas familias o personas a través de un proceso de cambio del que, como señala Aguirre, “ellos mismos son los responsables y protagonistas”.
En lo referente al ámbito educativo, la coordinación se realiza con los departamentos de orientación de los centros de Educación Primaria y Secundaria, estableciendo reuniones periódicas a favor del desarrollo integral de los menores. En el caso de existir dificultades, como puede ser la falta de asistencia de algún menor, se pone en marcha un protocolo de actuación regulado por la orden 09.03/2007 de las consejerías de Educación y Bienestar Social, por la que se establecen los criterios y procedimientos para prevención, intervención y seguimiento sobre absentismo Escolar. En este sentido, existe una Comisión Local de Absentismo Escolar que fundamenta su trabajo en la obligatoriedad de la enseñanza como uno de los pilares básicos de todo sistema educativo que busque asegurar el principio de igualdad de oportunidades. “Es muy importante identificar cuanto antes la existencia de un problema”. En este sentido, son los centros escolares son los primeros en detectarlos y resolverlos en la mayoría de los casos. “Si la situación del menor tiene que ver con circunstancias familiares negativas, entra en juego Servicios Sociales”, explica la trabajadora social. En cualquier caso, Aguirre señala que “el absentismo escolar y el abandono de los estudios no representa un problema grave en la localidad”.
La concejalía también trabaja con menores mayores de 16 años que deciden dejar de estudiar. Aguirre señala que “además de la coordinación con los profesionales de educación formal, como los orientadores de los distintos centros educativos, existe coordinación con otras entidades públicas y privadas que trabajan en la formación no reglada de cara a ofrecer oportunidades y alternativas a jóvenes que, habiendo abandonado la educación reglada de manera prematura, en algún momento de su vida, deciden seguir promocionándose y solicitan apoyo y acompañamiento a la hora de buscar itinerarios personales y formativos tan importantes para su vida y su desarrollo integral”.