Esta semana culmina el proceso anual en el que se remueve las quince piscinas de cría, recría, selección y engorde para preparar el nuevo ciclo de reproducción
Belén Rodríguez
Ciudad Real
Los responsables del centro de cría de cangrejo autóctono o ibérico de El Chaparrillo, última reserva del cangrejo del Guadiana en la provincia, calculan que este año sacarán adelante unas 8.000 nuevas crías de apenas cuatro centímetros y seis meses (nacieron en primavera), de las que solo una pequeña parte, entre mil y dos mil, se destinarán a la suelta anual de repoblación, en lugares de fuera de la provincia aún por determinar por el Gobierno regional.
“El grueso de la producción, unos seis mil ejemplares, nos los quedamos para ir renovando nuestras parejas reproductoras y mejorar la reserva”, explica Vicente Alcaide, el veterinario de este centro de astacicultura que esta semana terminará el proceso de “removida” anual de las quince piscinas destinadas a la conservación de este crustáceo desaparecido de los ríos de la provincia y de casi todo el país por el impacto del cangrejo americano que transmite una enfermedad letal para el autóctono. Un trabajo minucioso que consiste en ir sacando y contando uno por uno cada ejemplar, para depositarlo en alguna de las piscinas de cría, recría, selección y engorde, en las que se mezclan o separan machos y hembras en función de las necesidades.
Este año los ejemplares son de muy buena calidad, sobre todo los machos, aunque la producción según dice Alcaide se mantiene en la línea a la baja de los últimos años, “teniendo en cuenta que hemos llegado a producir 140.000 en un año y que nuestra media está en 90.000, el dato es modesto”, subraya Alcaide. No obstante el centro no para en esta carrera de fondo en la que llevan implicados cuatro décadas, lo que lo ha convertido en un referente nacional en la astacicultura (cría y conservación del cangrejo autóctono).
En el proceso de este año, que terminará esta semana (sólo falta por vaciar una piscina) están trabajando siete personas, entre ellas Alcaide como técnico y Jesús Sierra, el director.
En esta parte final además de reubicar a los cangrejos en su piscina correspondiente según la edad y su destino en la cadena de la reproducción, los responsables están sustituyendo los viejos refugios de piedra que quedan en las algunas piscinas, por los nuevos de bandejas de alvéolo de un determinado tipo, que reutilizan del vivero de flora del propio Chaparrillo, fáciles de manipular y que al cangrejo, un animal territorial y fotófobo, le sirve de hogar y refugio.
Pienso de trucha en vez de sardinas
Este año los responsables del centro de cría de cangrejo de El Chaparrillo han comprobado que las pruebas con la nueva alimentación: pienso comercial de trucha en vez de sardinas están resultando muy satisfactorias.
“Los ejemplares alimentados sólo con este pienso han sacado adelante más crías”, explica el veterinario Vicente Alcaide. También se está pensando en complementar la alimentación, hasta ahora de sardinas frescas (se descarta cualquier producto de los ríos para evitar la afanomicosis), con alfalfa, que está dando buenos resultados a la Universidad de León.