El Juzgado de Instrucción número 5 de Ciudad Real, competente en violencia de Género, ratificó el jueves la prisión provisional comunicada y sin fianza de Francisco L.L.P., el joven de Ciudad Real de 21 años detenido entorno al 20 de mayo pasado como presunto autor del secuestro y asesinato de la inmigrante nigeriana Abies Otaremovbo, de 22 años.
El presunto asesino, que reconoce que la mató, ha vuelto a los juzgados quince días después de su imputación formal como supuesto autor del crimen, obligado por las nuevas circunstancias procesales: el Juzgado de Instrucción número 6, que estaba de guardia cuando se halló el cuerpo de la mujer en un pozo de Torralba de Calatrava se ha inhibido en favor del 5, que había recogido la denuncia de la desaparición y había abierto diligencias.
Un juzgado le ha pasado a otro los autos y la nueva juez que dirige la instrucción celebró ayer una comparecencia en la que ratificó la prisión preventiva, tal y como pedían la acusación particular y la fiscalía, “por la gravedad de los hechos, la alarma social y el riesgo de fuga”, explicó al termino de la vista el abogado que ejerce la acusación particular en representación de los tíos de la víctima, que residen en Barcelona.
Ex alumno del San José
Por su parte el abogado que representa al joven, ex alumno del colegio San José y de una conocida familia de Ciudad Real, había pedido la libertad bajo fianza al entender que no existe riesgo de fuga y que Francisco L.L.P. actuó bajo la influencia del alcohol y las drogas.
La mujer, desaparecida el 23 de abril cuando ejercía la prostitución en una rotonda de la salida de Ciudad Real a Miguelturra, montó en el coche del joven aquella noche para irse con él (ya lo había hecho en otras ocasiones) en principio a un camino en el que por treinta euros le practicó una felación -al menos es lo que él ha declarado-. Pero no contento con eso y sin que se sepa muy bien los motivos se la llevó contra su voluntad hasta una nave abandonada en una finca entre Torralba y Daimiel, en la que volvió a mantener relaciones sexuales. A eso de las siete de la mañana discutió con ella y le propinó “entre doce y catorce puñaladas, todavía no lo sabemos bien”, explica el abogado que representa a la familia, con una navaja que llevaba en el coche. Después se la llevó de allí y arrojó su cadáver a un pozo de otra finca de Torralba.
La familia, que ha estado estos días en Ciudad Real para el entierro, se pregunta si Abies todavía estaba viva cuando la tiró al pozo.