Alarcos es también una de las pocas ciudades ibéricas con un santuario importante. Y no es que los íberos no fueran un pueblo religioso, lo eran, pero su religiosidad no está bien documentada porque en pocas ciudades se han encontrado restos de santuarios (hay que tener en cuenta que los íberos vivieron en la Península entre los siglos VI y I antes de Cristo).
Este verano la excavación ibérica se centra en el santuario: “Alarcos es una de las pocas ciudades ibéricas que tienen santuario”, explica Macarena Fernández, coodirectora de excavaciones arqueológicas en el yacimiento y responsable de la parte ibérica.
Los íberos, que eran politeístas, también tenían santuarios con estructuras distintas, más grandes, a las de las viviendas, “también estamos encontrando muchos exvotos, como en la emita medieval, figuras de hombre o mujer que se ofrecían a los dioses para tener una buena cosecha o para conseguir suerte en la batalla, o para curarse de alguna enfermedad, como ahora”, dice la profesora que aclara: “No hay una parte ibérica y otra medieval; estamos en un yacimiento íbero-medieval, las capas superficiales son medievales y conforme vamos profundizando en la tierra vamos encontrando lo ibérico y las cosas más antiguas que hay debajo”.
El año pasado los expertos en civilización ibérica ya excavaron en el santuario, pero hasta llegar a él han tenido que pasar años y años de retirada de tierra, “hemos tenido que quitar hasta seis metros de tierra. Este año, por fin, estamos en los niveles buenos”, dice la arqueóloga.
El nombre de la oppidum ibérica de Alarcos (ciudad fortificada) no está claro, “lo que sí sabemos es que debía ser la ciudad más importante con diferencia de esta zona del Valle Alto del Guadiana. Además aquí tenemos ocupación desde el siglo VI hasta el siglo I antes de Cristo, la secuencia completa de la civilización. Macarena Fenández también habla de la importancia de la ciudad, “es una de las grandes ciudades fortificadas y con un área de influencia grande porque es el poblado más grande en muchísimos kilómetros”.
Lo ibérico en Alarcos también es fascinante.