El jurado que ha enjuiciado esta semana en la Audiencia Provincial a Gheorghe Ghise, de 26 años, José Antonio Villar, de 45, y Raquel Cano, de 27, por la muerte violenta de la septuagenaria de Socuéllamos Marcelina García la noche del 27 de julio del año 2006 en ese pueblo, ha encontrado culpables del asesinato a los dos varones, pero exculpa a la chica, compañera sentimental entonces de José Antonio Villar.
Raquel ha sido declarada culpable del robo violento en casa de la anciana (se supone que acompañó y esperó en un coche a los dos hombres), al igual que ellos, que van a ser condenados a más de veinte años de prisión al sumarse las condenas por los delitos de asesinato y robo con violencia, por mucho que el juez que ha dirigido el juicio, el magistrado José María Torres, aplique las penas en su grado mínimo, como piden sus defensas.
No era exactamente lo que esperaba Raquel y su abogado, Francisco Ramírez, que han defendido su total inocencia, pero teniendo en cuenta el veredicto de culpabilidad para José Antonio Villar, el letrado se da por satisfecho. De hecho es muy probable que este viernes la mujer, que lleva encarcelada tres años y tres meses, quede en libertad, puesto que por robo la pena mínima es de tres años y ella además carece de antecedentes, “no entendemos que deba cumplir una pena mayor”, aseguró su letrado tras escuchar un veredicto que tuvo que explicarle después a su defendida que entre los nervios y la confusión sobre los distintos apartados objeto del veredicto no entendió bien qué había sucedido respecto a ella.
Con resignación aparente se tomaron por su parte la decisión del jurado José Antonio Villar y el inmigrante rumano Gheorghe Ghise. No obstante sus abogados, José Tirado y Elena Daza, respectivamente, anunciaron que van a recurrir.
Falta motivación
José Tirado, que defiende la inocencia de José Antonio Villar, vecino de Socuéllamos y supuestamente la persona que llevó a Ghise hasta la casa de Marcelina para robar porque la conocía -fue tractorista de la familia en una vendimia-, entiende que la motivación que da el jurado para emitir un veredicto condenatorio no es suficiente. “Vienen a decir que su falta de coartada sobre lo que hizo la noche que mataron a Marcelina ha sido el motivo; nosotros creemos que no es una prueba suficiente para la condena, y recurriremos por defecto en la motivación”.
Elena Daza, abogada defensora de Gheorghe Ghise lo tenía peor: había huellas y restos orgánicos del rumano en la escena del crimen, además él mismo reconoció parte de los hechos, pero considera excesiva la condena por asesinato en vez de por homicidio, “no habían planeado ir a matar a Marcelina”. Daza también va a recurrir cuando sea el momento procesal oportuno.
Con este veredicto, por el que el magistrado presidente felicitó al jurado, el fiscal ha solicitado que se condene a dieciocho años de cárcel por el asesinato a Ghise y Villar; mientras que el por el delito de robo mantuvo la petición de pena de cinco años para el rumano, que es reincidente (fue condenado en 2004 por otro robo con violencia) y a cuatro años y medio a José Antonio Villar y Raquel Cano.
La familia de Marcelina no ha venido para no verles
Lorenzo Cuevas, el abogado que ha ejercido la acusación particular en nombre de los dos hijos de Marcelina García considera “bastante acertada” la decisión del jurado, compuesto mayoritariamente por mujeres, y aunque “tenemos alguna duda sobre la participación de Raquel en todos los hechos”, dijo, no van a recurrir.
El letrado explicó que los hijos están destrozados y esperan tener algo de paz con la sentencia del caso. En cuanto al hecho de que no han acudido a ninguna de las sesiones del juicio, que se ha celebrado en tres jornadas de mañana y tarde, el abogado explica que ha sido para evitar estar en la misma sala que las personas que han matado a su madre.
“No es agradable ver y estar sentado al lado de personas que seguramente han sido las que han participado en el asesinato de tu propia madre”. Cree que han hecho bien, “venir aquí no les iba a beneficiar en nada emocionalmente, y han estado puntualmente informados de todo”.
El hijo mayor de Marcelina García, de una de las familias más ricas de Socuéllamos, declaró el segundo día de juicio para explicar las terribles circunstancias en las que encontró a su madre el 28 de julio, a eso de las cinco y media de la madrugada: la casa estaba revuelta y su madre yacía con la cabeza ensangrentada y maniatada al lado de una escalera.