El instituto Miguel de Cervantes de Alcázar de San Juan celebra esta semana la semana cultural con diferentes actividades destinadas a implementar el diseño curricular. Música, deportes, charlas, exposiciones, juegos de rol y hasta las famosas “batallas de gallos” son algunas de las actividades de las que han podido disfrutar los alumnos.
El director del centro, Antonio Martínez, explica que la programación incluye diferentes actividades para las que no hay tiempo en el programa general. Suelen tener mucho peso las actividades artísticas y musicales, deportivas y culturales. Además, han trabajado con asociaciones de jóvenes como el gato de Schrodinger, ha habido yoga, patinaje, bicicletas y taller de comba.
También ha habido una pelea de gallos, como una propuesta realizada por los propios alumnos, y mesas informativas sobre orientación académica con profesionales de distintos ámbitos para los alumnos de bachillerato, y una charla sobre el uso de las pantallas y teléfonos móviles.
Este año además han contado con las propuestas de la asociación de alumnos, que se autodenomina “el gobierno estudiantil”. Aunque el mal tiempo ha impedido el taller de pintura y el vuelo de drones con la Escuela de Informática de Albacete.
Cartas desde el frente
Una de las actividades más señaladas ha sido la exposición ‘Cartas desde el frente’, con la que el departamento de Geografía e Historia pretendía fijar conocimiento a través de una actividad que permite empatizar mucho más a los alumnos, en este caso con los soldados que estaban en los frentes de las distintas batallas que se han elegido de la II Guerra Mundial. La profesora María Belén Delgado explica que el proyecto “ha dado muy buenos resultados”.
Por ejemplo, Sofia Sánchez junto con otros dos alumnos eligieron Hiroshima y Nagasaki, porque les gusta mucho la cultura oriental. Hicieron dos cartas, una desde la perspectiva de un civil que sufrió la catástrofe y otra del hombre que tiró la bomba, para tener dos puntos de vista.
El tercer componente situó el contexto histórico y lo hizo a través de una tercera carta que escribió un estadounidense un año después que investigó sobre las razones que llevaron a su patria a bombardear Japón. En las cartas se describe el horror de lo que el afectado veía, el sufrimiento de la gente. “Esta actividad, aparte de hacernos conocer mejor lo que pasó, nos hace sentir empatía con los que vivieron, y cuando la leí en clase, a pesar de que era mi carta, no pude evitar llorar”.
Para Patricia Palomino, que escribe una carta desde el frente de los aliados en Francia a su pareja en la lucha contra los nazis, esta actividad ha permitido reflexionar sobre las sinrazones de la guerra. Explica que se refiere a la pesadumbre de los soldados que están allí luchando por la patria y matando a otros soldados pero que quieren volver a su casa. Habla desde una trinchera y recomienda huir a su pareja.
Otro alumno, Pablo Campo, habla sobre la batalla de Stalingrado, siendo un soldado alemán, habla de la situación en el frente y las malas condiciones, se quiere despedir de su esposa porque están muriendo todos. “El trabajo me ha impactado mucho porque creo que es una forma didáctica muy buena de explicar a los compañeros la situación y mucho mejor para estudiar historia que hacerlo de memoria. Esto no se nos va a olvidar”, explica.