Belén Rodríguez
Ciudad Real
Los siete guardias civiles heridos en la entrada y registro en busca de armas en una vivienda de Argamasilla de Calatrava permanecen de baja laboral, una semana después del tiroteo que se desencadenó cuando los siete, todos ellos miembros de la Unidad de Seguridad Ciudadana (Usecic) de la Comandancia de Ciudad Real, entraron en la casa y fueron recibidos a tiros.
La Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), crítica con la planificación de una operación “que podría haber terminado en desgracia”, apuntan, se hará cargo de la defensa de estos agentes, que se recuperan del impacto de los plomos (seis de ellos) y el séptimo de un grave esguince en el forcejeo posterior durante las detenciones de un varón de etnia gitana, el padre de familia y presunto autor de los tiros, y tres mujeres más de su familia, que ya están en libertad provisional.
La asociación no ejercerá la acusación particular en el proceso penal que se acaba de abrir, pero sí defenderá los intereses de los agentes a la hora de hacer reclamaciones de todo tipo. De hecho ya lo están haciendo.
Hace unos días la AUGC lanzó un comunicando reprobando que en una operación de este tipo, con posibles armas y un intentó previo de homicidio en el mes de julio, no interviniera el grupo especializado de la Guardia Civil, el GRS (Grupo de Reserva y Seguridad), experto en operaciones de riesgo como terminó siendo la del jueves pasado, con registros simultáneos en Argamasilla de Calatrava y Puertollano.
Según ha denunciado la AUGC, “hubo escasa información anterior, ya que en el domicilio de Puertollano no había nadie”, y los agentes no llevaban la equipación adecuada (sólo un par de cascos balísticos y un sólo escudo). Disponían de su pistola reglamentaria pero no de otras armas no letales que no fueran sus porras de reglamento.
“La Usecic es una unidad muy eficiente, pero no la adecuada a para este tipo de operaciones. Sus miembros trabajan más con el corazón que con los medios adecuados”, aseguran fuentes de la asociación.
De hecho tras el altercado , del que esta semana la Dirección General de la Guardia Civil ha difundido un video, en los cinco registros del lunes en el barrio del Pino de Puertollano relacionados con esta operación, ya intervinieron guardias del GRS “especialistas en intervenciones con armas y rehenes”, que han requisado las armas a las familias en conflicto.
Una menor de por medio
La entrada y registro en la calle Cantarranas de Argamasilla de Calatrava, que pudo terminar en tragedia, la ordenó uno de los jueces de instrucción de Puertollano, como parte de una investigación que arrancó a finales de julio, con un intento de homicidio en Argamasilla de Calatrava.
Hace un tiempo una menor de una familia gitana de Argamasilla se casó con un mayor de edad de otra familia gitana de Puertollano, pero la adolescente ha vuelto con sus padres y han empezado los problemas. El 22 de julio ya hubo un tiroteo, sin heridos, entre ambas familias en Argamasilla, con detenido. Lo que los guardias buscaban el jueves pasado eran las armas ilegales de ambos clanes para evitar muertes.