El nuevo subdelegado de Defensa en Ciudad Real, el coronel Juan Manuel del Hierro Rodrigo, no se imagina trabajando de otra cosa que no sea de militar. Ha estado en varias guerras, dos de ellas Bosnia-Herzegovina (1992-1993) e Irak (2004), pero nunca ha disparado en combate. Y eso que en sus treinta y cuatro años de servicio en el Ejército de Tierra ha pasado por unidades como la Brigada Paracaidista, La Legión o la UME (su último destino).
Es lo que se dice un militar moderno, testigo en primera persona de guerras que no empiezan porque un ejército bombardee una base militar enemiga, si no cuando unos terroristas civiles secuestran dos aviones con pasajeros civiles y los estrellan contra objetivos civiles: las Torres Gemelas. “Las amenazas han cambiado. La defensa es una tarea de todos y la militar sólo una herramienta más. En estos momentos hay conflictos en los que muchas veces son otras instituciones las que tienen más que decir que los propios militares y las respuestas son globales”.
Empieza la entrevista y el coronel Del Hierro se aplica en hacer pedagogía de la cultura de defensa, uno de sus principales cometidos como subdelegado, “una especie de embajador del Ministerio de Defensa en la provincia”, aclara, que debe asistir a infinidad de actos oficiales que se organizan al cabo del año en representación de los tres ejércitos. “Se nos tiene que ver como a cualquier institución que sirve a la ciudadanía y esta representación es muy importante, variada y exigente”.
Hasta hace poco mandaba el Primer Batallón de Intervención de la UME, con base en Torrejón de Ardoz (Madrid), responsable de la zona centro; para entendernos: el que actuó en la nevada que colapsó la AP-6 el día de Reyes. “Tengo que confesar que cuando vi los atascos que hubo en la nieve y a mi antiguo batallón trabajando sentí un poco de nostalgia”. Pero sólo un poco. Su nuevo empleo, el primero que tiene como militar en su ciudad y que según dice ha sido difícil conseguir (lo pidieron muchos aspirantes y tuvo que superar un proceso de selección y una entrevista), tiene sus propias responsabilidades y el contacto social no es una tarea menor.
“El Ejército profesional es muy positivo hoy en día pero corremos el riesgo de que haya un alejamiento de la ciudadanía, más allá de distinguir una graduación [cada vez lo hace menos gente] la sociedad tiene que saber qué hacen sus Fuerzas Armadas, es un servicio público, se pagan unos impuestos y tienen que conocernos”.
¿Falta cultura de defensa en España? “Yo creo que sí, la historia marca el carácter de un pueblo y seguramente somos antibelicistas pero al mismo tiempo lo que he palpado en mis treinta y cuatro años de servicio es que los ciudadanos tienen mucho cariño a sus Fuerzas Armadas”.
De que esas relaciones fluyan en Ciudad Real se está ocupando el coronel Del Hierro desde que tomó posesión del cargo. “Ya han contactado conmigo muchos alcaldes que quieren que organicemos algún acto militar en sus pueblos tipo juras de bandera civiles”.
Jornadas de Cultura de Defensa con la UCLM
En este 2018 la Subdelegación de Defensa, en colaboración con la Real Hermandad de Veteranos y la Universidad de Castilla-La Mancha, retomará las Jornadas de Cultura de Defensa que hace años trajeron a Ciudad Real a destacados estrategas y expertos en seguridad como el director del CNI Félix Sanz Roldán. “En esta ocasión el ciclo será en marzo y las conferencias girarán en torno a las Fuerzas Armadas, la Constitución y los nuevos retos de la seguridad en el siglo XXI. También de la influencia del ciberespacio en la seguridad”.
“España tiene un mando de ciberdefensa nuevo y muy puntero, en el que hay militares pero también gente experta en leyes y especialistas en muchos ámbitos, incluso médicos. En un mundo interconectado ya hemos visto que cualquier hacker te puede crear un problema de dimensiones globales y hay que estar preparados para prevenirlos y combatirlos”.
Quinto centenario de la vuelta al mundo de Juan Sebastián Elcano
La Subdelegación de Defensa también está preparando actividades por el quinto centenario de la gesta de Juan Sebastián Elcano, aquel miembro de la Armada española que fue el primero en dar la vuelta al mundo. “Muchas acciones y descubrimientos científicos en realidad son hazañas militares. No todas nuestras misiones son de carácter bélico”, remarca el coronel. “Es probable que tengamos una exposición sobre el viaje de Elcano, quizá en el Museo de la Marina en el Viso, y también habrá artículos de divulgación, estoy muy interesado en moverlo”.
705 militares en la provincia
Aunque parezca que sólo hay militares en el Batallón de Helicópteros de Combate de Almagro (Bhela I), una de las bases del Ejército más modernas del país, de la Subdelegación de Defensa dependen 705 personas que tienen que hacer trámites y gestiones en ella. “En esa cifra contamos con militares en activo, reserva, pendientes de obtener destino, reservistas voluntarios y otras situaciones administrativas y también funcionarios y personal laboral, aparte del Batallón de Almagro y el Archivo Histórico de la Armada”.
El Ejército en tiempos de paz y su “gran labor social”
“Las Fuerzas Armadas a lo mejor cuestan dinero pero el primer día de una guerra es la ruina”. Así responde el coronel cuando se le pregunta por la función de los ejércitos en tiempos de paz. Considera que el gasto militar en España “hasta ahora ha sido el adecuado y hay compromiso para elevarlo. Las fuerzas cada vez están más sofisticadas y tecnificadas, y el mantenimiento de esos sistemas cuesta dinero”. “También tengo que reivindicar el Ejército tiene una gran labor social. Cuando se piensa en el gasto militar no se repara en las empresas de investigación y desarrollo (I+D) que generan puestos de trabajo y progreso [Eurocopter]. La industria de defensa está para la defensa, pero al hilo de eso se desarrollan otro tipo de productos que suponen avances para la sociedad”.
En cuanto a la preparación del Ejército español opina que es comparable “a los de nuestro entorno europeo. Cada nación tiene sus propias amenazas y tiene que preparar sus respuestas en un marco internacional. Hoy en día no se conciben acciones aisladas cuando las amenazas son globales”.
El Ejército lucha contra el terrorismo fuera de España
Una de esas amenazas es el terrorismo yihadista. “Tras los atentados de Barcelona no fue necesaria nuestra intervención. El Ejército lucha contra el terrorismo fuera de nuestro territorio”, señala. Una labor poco conocida, compleja y muy importante según el coronel que hace una rápida captura de pantalla en el ordenador de su despacho con las misiones internacionales en las que hay militares españoles desplegados. Salen más de veinte, en su mayoría en coalición con organismos internacionales como la ONUo la OTAN. El año comienza con misiones del Ejército en Malí, Gabón, Mauritania, Túnez e incluso Cabo Verde. “¿Qué hace el Ejército en tiempos de paz?, puesta es la respuesta: decenas de misiones para las que hay que prepararse y estar en condiciones de actuar mediante lo que llamamos ‘baños de concienciación cultural’ del país a dónde se va”.
Bautismo de fuego en la antigua Yugoslavia
Es lo que le sucedió a él en 1992 cuando con sólo 23 años fue destinado a la antigua Yugoslavia como un soldado más de la Agrupación Táctica Málaga. Acababa de empezar la guerra más cruenta en suelo europeo desde la II Guerra Mundial.
A un militar se le entrena para ir a la guerra, ¿pero qué pasa cuando uno va a una guerra real? “Cuanto más tiempo pasa y más años tengo echo la mirada atrás y digo ¡madre mía! las cosas que vi, los sitios en los que estuve, lo que podía haber pasado”. Sin embargo asegura que fue preparado. “La Academia General Militar tienen unos programas de adiestramiento que van más allá de lo físico, te preparan también para conocer el entorno. Antes de desplegar en una zona tienes una fase de concentración que dura dos meses en los que te vas ambientando pero no sólo con charlas, sino incluso con recreaciones sobre el terreno, como si tratara de una película para, por así decirlo, irnos ambientando”.
En este caso el despliegue fue en Croacia. Llegaron en barco a Split hoy una fantástica ciudad de veraneo de la costa adriática y en noviembre de 1992 una ciudad alejada de las zonas más duras del conflicto desde la que la agrupación, desplegada en misión humanitaria con la ONU, empezó a avanzar al infierno de la guerra en los Balcanes. Estuvieron en Mostar y siguieron avanzando hasta Jablanica, un enclave próximo a Sarajevo en el que sufrieron un bombardeo: “Tuvimos dos bajas, uno de ellos el teniente Muñoz Castellanos, amigo mío personal y compañero de estudios en la academia”.
La guerra de los francotiradores
Fueron seis meses, hasta abril de 1993, de intenso y duro trabajo de ayuda a refugiados o protección de comboyes con alimentos para la población. “Recuerdo cómo me impactó Sarajevo, una ciudad y un país que había desarrollado los Juegos de Invierno de 1984 con unas instalaciones deportivas de primer nivel que yo había visto por televisión, con un determinado nivel que podía recordar al tuyo. Me impactó comprobar cómo unos años después estaba desmembrado. Recuerdo pasar por Sarajevo y ver esas instalaciones completamente destruidas, minadas y arruinadas, y eso me hizo que pensar. También estuve en el mercado de los bombardeos a la población civil y las avenidas de los francotiradores. Bosnia fue la guerra de los francotiradores. De los escenarios que más me han impactado”.
No obstante de aquella experiencia también tiene un recuerdo positivo. “Los soldados somos personas, no somos de acero, y en el caso español y lo digo sin ninguna jactancia fuimos más allá posiblemente por nuestro carácter abierto y tendente a confraternizar. Otros ejércitos llegan a un lugar, hacen sus empalizadas, se llevan su comida, y no se mezclan con la población civil, nosotros sí. Recuerdo contratar a personas para que hicieran el pan para nuestra tropa, siempre con supervisión, y no poner reparos si ya que hacían el pan para nosotros poner un poco más de harina o lo que fuera para cocer pan para todo el pueblo, o contratar a un fontanero para solucionar una avería porque nuestro personal estaba fuera. El resultado es que recibíamos muchas muestras de cariño que te llenan como militar y como persona”.
En Irak sin embargo este tipo de confraternizaciones no era fácil. “El nivel de fanatismo que vi allí es enloquecedor. En Bosnia si contratábamos a un trabajador para hacer el pan no aparecía muerto tres días después, en Irak sí, aunque fuese que nos había ayudado a levantar un par de colegios, como hicimos”.
¿Y en todas esas misiones imagino que habrá sentido miedo? “El miedo es continuo pero no se piensa en ello, hay como una adrenalina especial cuando estas en una misión. Es como el jugador de rugby que juega, pasa el balón, y no piensa que se va romper la crisma. Aquí ocurre la mismo, sólo cuando te quitas el chaleco o el casco eres consciente del peligro”.
La Legión: un cuerpo emblemático lleno de tópicos que no son ciertos
De su paro por La Legión el coronel Del Hierro no tiene más que buenos recuerdos. “La Legión es uno de los cuerpos más emblemáticos de nuestras Fuerzas Armadas, lleno de tópicos que hoy por hoy no son ciertos y que arrastra una inmerecida mala prensa. En la Legión encontré personas muy preparadas profesionalmente y con un espíritu de cuerpo, con una unión y una camaradería que no es comparable con ninguna unidad”.
Acciones realizadas por la Subdelegación de Defensa en 2017
El año pasado la Subdelegación de Defensa en Ciudad Real atendió a 3.192 personas y generó. 5.818 documentos. Hizo gestiones de apoyo a la movilidad geográfica de 23 personas y concedió ayudas de acción social a 21. Además algo más de setecientas personas solicitaron acceder a las Fuerzas Armadas, 678 como tropa, 33 a oficiales, 25 a suboficiales y 5 a reservistas voluntarios. En total hay 31 reservistas voluntarios adscritos a la Subdelegación de Defensa que se activan periódicamente para servir en las unidades.
La actividad se completa con don diez conferencias en colegios e institutos para difundir la cultura de defensa.
