Juan Ignacio Sanz / Ciudad Real
El próximo mes de septiembre va a ser crucial para el devenir de La Poblachuela, la tercera pedanía de Ciudad Real a la que su cercanía con la capital hace pensar a muchos que no es más que un barrio residencial al que se retiran aquellos que han hecho dinero y quieren vivir en una zona tranquila sin perder las comodidades de Ciudad Real.
Vivir en La Poblachuela supone vivir en un entorno rural en el que se mezclan las huertas y las grandes casas. Entre unas y otras, la pedanía sólo cuenta con un único punto de reunión para los cerca de 550 vecinos censados, número que se puede duplicar y hasta triplicar en verano. Ese punto se encuentra en la Carretera de Puertollano y es una pequeña ermita llamada de San Miguel -aunque su verdadero nombre es el de Santa María Magdalena- en honor al patrón del anejo, cuyas fiestas también se celebran en septiembre, entre el 26 y el 29, día de los Santos Arcángeles.
Junto a la ermita hay una pista deportiva que, como bien dice Antonio Ruiz Roma, ligado a la Asociación vecinal desde hace once años y presidente en los últimos dos, “sirve para todo, para la procesión, para las fiestas, para hacer deporte”. También podemos ver en un lado de la pista los recién estrenados contenedores de reciclaje: vidrio, plásticos y papel, que aún mantienen su precinto plastificado, y que han sido colocados con dinero del Plan E.
Al otro lado de la citada carretera, que tiene un gran tránsito de vehículos, se encuentra el Centro Social de La Poblachuela, un edificio en cuyo interior hay una pequeña biblioteca y un mediano auditorio para realizar todo tipo de actividades. Las paredes están llenas de fotografías de los anteriores alcaldes pedáneos de este anejo.
Ruiz lamenta que este centro esté “infrautilizado”, pero es natural cuando la población de La Poblachuela vive tan dispersa y “diseminada”, en palabras de Miguel Ángel Sevillano, alcalde pedáneo del anejo desde hace 15 años. Es normal que cada uno se encierre en su finca y en su casa y sólo se acuerde de que tiene vecinos cuando llegan las fiestas patronales. No es malo ni bueno, es diferente.
La relación entre Sevillano y quiénes representan a los vecinos es buena, en claro contraste con la que mantienen los respectivos alcaldes pedáneos con las asociaciones vecinales de Las Casas y Valverde. Ambos, Sevillano y Ruiz, son conscientes de que luchan por los mismos intereses. Una de las últimas actuaciones ha sido la iluminación de los principales caminos de La Poblachuela; y el asfaltado de algunas vías.
Red de saneamiento
El próximo paso en la mejoría de La Poblachuela es la construcción de una red de saneamiento que llevará a cabo la empresa OHL. Esta red supondrá crear un cinturón alrededor de la pedanía para que luego los vecinos se agreguen a esa fuente de abastecimiento de agua potable de calidad y con la suficiente presión.
Ésta ha sido una de las grandes reivindicaciones de quiénes viven en La Poblachuela, ya que a pesar de la cercanía con Ciudad Real, aún hay muchos vecinos que no reciben agua en cantidad y calidad suficientes para el consumo diario.
Por eso, una de las quejas de muchos vecinos es que la fuente que hay junto a la ermita se ha convertido en lugar de peregrinaje para aquellos vecinos que carecen de agua potable. Llegan hasta la fuente y hacen acopio de agua gracias al gran número de botellas y bidones que luego cargan en sus coches o furgonetas.
Como dice Ruiz, ese problema se atajará con la nueva red de saneamiento. Por algunos caminos de La Poblachuela se pueden ver hitos que marcan los trabajos que están haciendo los técnicos de la empresa encargada de esa infraestructura tan necesaria. Las obras, según Sevillano, “comenzarán en breve, a principios de septiembre seguramente”.
La red de saneamiento, que cuenta con una inversión que se divide entre el 70 por ciento que pone la Unión Europea y el restante 30 por ciento por parte de los ayuntamiento afectados: Ciudad Real y Miguelturra, también se encargará de las aguas residuales de quiénes viven en esta pedanía, ya que hasta ahora se utilizan fosas sépticas.
Plan Especial en el POM
Tras acometer dos obras “muy necesarias para La Poblachuela”, en opinión tanto de Sevillano como de Ruiz, el esfuerzo se centra ahora en conseguir que el Plan de Ordenación Municipal (POM) del Ayuntamiento de Ciudad Real tenga en cuenta las peticiones y las reivindicaciones de los vecinos de La Poblachuela. Algo por lo que luchan desde que en 1998 entro en vigor la LOTAU de Castilla-La Mancha.
“A raíz de la LOTAU es cuando la asociación vecinal se reactiva, con Manuel Ledesma de presidente”, asegura Ruiz Roma, “y esperamos que en septiembre nos digan algo del plan especial para La Poblachuela”.
Ahora mismo, el problema es que sólo se permite construir casas o chalets en terrenos de una hectárea, unos 10.000 metros cuadrados, con lo que todo aquel vecino que no posea semejante número de tierras no puede construir nada.
Esta circunstancia provoca que “muchos vecinos hagan el camino de vuelta a Ciudad Real”, dice Sevillano. “Son trabajadores que con esfuerzo compraron unas tierras en La Poblachuela hace tiempo y ahora que muchos desean dar el terreno a sus hijos para que puedan hacerse una casa, ven que no pueden, porque ¿Cuántos de esos vecinos pueden disponer de 10.000 metros cuadrados para poder construir?”, se pregunta. “Muy pocos, por no decir casi ninguno”, se contesta.
Ruiz Roma es de la misma opinión y apunta que el requerimiento que han pedido al Ayuntamiento es que dentro del POM, que puede tener un primero borrador en septiembre, se incluya un plan especial para que se permita construir en terrenos más pequeños.
“Pedimos que se pueda dividir cada hectárea en 6 u 8 parcelas, es decir, que se permita construir en terrenos de unos 1.500 o 2.000 metros cuadrados”, apunta Sevillano. Ruiz asegura que con la LOTAU en la mano se puede hacer sin ningún problema, “está dentro de lo que permite la ley, no habría que modificar nada como se ha hecho en otros casos”.
Según el presidente vecinal, la relación con el Ayuntamiento de Ciudad Real “se encuentra en un ‘impasse’”. Todo está pendiente de que el POM les tenga en cuenta. En caso de que, después de doce años de lucha, no se aplique ese plan especial para La Poblachuela, Ruiz Roma, que dejará el cargo en menos de un mes, convocará una asamblea en la que se estudiará cuáles serán los pasos a seguir.
A falta del POM, en La Poblachuela, que ha pasado a ser más residencial que ‘huertano’ con el paso de los años, tienen problemas derivados de la diseminación o disgregación de las casas. Así, aunque la recogida de basuras es diaria, tienen la dificultad de que sólo hay un punto de recogida de los residuos reciclables, precisamente junto a la ermita. Eso obliga a que muchos vecinos tengan que desplazarse varios cientos de metros, incluso algunos kilómetros, para poder depositar sus residuos de papel, cartón, vidrio o plástico.
Otras quejas pasan porque no se han iluminado ni se han asfaltado todos los caminos. Según Sevillano, “es cuestión de tiempo; se irán arreglando”, o la lejanía de las paradas de bus. En La Poblachuela hay cinco y algunas fincas quedan lejos de alguna de esas paradas.
El futuro de La Poblachuela y de quién viven allí depende del POM. Sería la única manera de mantener el estilo de vida y el carácter con el que nació La Poblachuela: un oasis de tranquilidad en el entorno urbano de Ciudad Real.
