Producir pistachos, un cultivo mediterráneo de origen Sirio, es factible, rentable y recomendable en una provincia como Ciudad Real por su alta resistencia a la sequía, como alternativa a la vid y al olivo. Con esa idea empezaron a investigar hace más de veinte años en el centro de mejora agraria El Chaparrillo, del que han salido prácticamente todas las yemas con las que se han plantado las 3.000 hectáreas que se cultivan ahora en esta provincia, referente nacional en la producción del fruto seco (hay 4.000 en toda España).
El Chaparrillo también ha inoculado la pasión por el pistacho a cientos de agricultores, experimentados o novatos, que se han lanzado a la aventura y que, pese a no conseguir grandes producciones, no se arredran. Es el caso de María de la O Navarro empeñada en sacar adelante su cultivo en Tomelloso.
Amante del campo, Navarro se enteró de la posibilidad de cultivar pistachos por la prensa. “Encontré el tema leyendo un artículo en un periódico. Este proyecto me encantó y aunque he tenido bastantes dificultades aquí estoy”, comenta mientras participa en una jornada técnica para productores celebrada el viernes en El Chaparrillo. “Me gusta porque es algo tan novedoso, y la verdad aquí en este centro te ayudan mucho. Llegamos perdidos y te indican muy bien lo que tienes que hacer”.
María de la O tiene un cultivo de pistacheros de secano en una zona de monte de Tomelloso. “Tuve problemas por la caza, los perdí, y he tenido que volver a regenerar la plantación, con lo cual llevo años de retraso, pero no baja mi moral”, y eso que “tuve que cortarlos e injertar nuevamente porque hay algún pequeño detalle en el que yo fallo”, añade. Con todo, recomienda a otros agricultores a animarse. “Si haces las cosas bien y como te indican lo consigues, no es tan lento como se piensa, eso sí, hay que ir poquito a poco. Otra gente que plantó cuando yo ya tiene cosecha”.
Ella misma bromea sobre su pasión por este cultivo. “A mi me llaman la ‘loca del pistacho’; me dejas unos minutos y mareo a Dios y a su madre, a veces voy a las cooperativas y me dicen ‘María de la O hay un señor que quiere conocerte para que le hables del pistacho’, y yo, encantada. Recomiendo que prueben”, asegura.
El entusiasmo de María de la O es similar al del grupo de sesenta personas que participaron el viernes en la enésima jornada técnica dedicada a promocionar el cultivo celebrada en El Chaparrillo.
Agricultores de toda la comunidad e incluso Extremadura y Andalucía participaran este verano en otras dos jornadas técnicas programadas para el 31 de julio y el 28 de agosto. La alta demanda ha obligado a limitar los grupos a sesenta personas.
Además en septiembre -el 18 este año- el centro de mejora agraria celebrará una nueva jornada de puertas abiertas sobre el cultivo, una iniciativa que viene haciendo de manera ininterrumpida desde al año 2000. En ellas se pueden visitar los campos de pistacho que se cultivan en la finca la Entresierra.
En el centro no sólo han conseguido producir diferentes variedades, también se investiga para conseguir pistacheros con alta producción con las mínimas dosis de agua posible. Aunque el cultivo del pistachero se puede hacer tanto de regadío como de secano, el primero rinde más.
Algunos datos
Una treintena de plantaciones iniciadas en el año 1996 comenzaron a producir pistachos en 2006. La superficie regional de cultivo ha pasado de cero a casi 4.000 hectáreas en los últimos diez años, y crece a un ritmo de 300 hectáreas por año. En todo este tiempo se ha comprobado que el pistacho se adapta muy bien al suelo castellano-manchego y también, y muy importante: resiste mejor la sequía que el olivo.