Belén Rodríguez
Ciudad Real
El enfrentamiento entre las familias gitanas de los Cádiz y los Flores, que se saldó con un herido de bala en enero de 2013 en la calle Atalaya del barrio de Pío XII de Ciudad Real, se acaba de cerrar en la Audiencia Provincial con una sentencia de confomidad en la que se ha tenido en cuenta la reparación del daño.
“Con mucho esfuerzo”, en palabras de la fiscal del caso, Rocío Bernal, los Cádiz han conseguido reunir los 13.500 euros de indemnización y pagarlos “íntegramente” a Julián F.H., el Flores que recibió dos balazos en la reyerta.
Por el intento de homicidio van a ser condenados a 4 años y tres meses y a 4 años, respectivamente, José C.R. y Ramón C.C., padre e hijo de la familia Cádiz, que han reconocido ser el autor y coautor de los disparos, cuando circulaban en un turismo persiguiendo a otros cuatro miembros de los Flores.
En el caso estaban acusados de cómplices José y Manuel, hijos y hermanos de los dos anteriores, que ayer se mostraron conformes con una pena de un año y medio cada uno, que no conlleva ingreso en prisión.
En la cárcel sólo continúa como preso preventivo el padre, José R.C., de unos 60 años, que ingresó el 20 de enero de 2013 junto con su hijo Ramón, sólo que este último obtuvo la libertad provisional el 20 de octubre del año pasado.
Esta sentencia de conformidad no evita que Ramón, de 28 años, tenga que volver a prisión para cumplir los cuatro años a los ha sido condenado, sin embargo es mucho menos severa que los diez que pedía en principio la fiscalía para ellos. “Hemos tenido en cuenta la reparación del daño causado y que han reconocido todo”, agregó la fiscal.
El acuerdo impide un juicio que se preveía tenso por las “rencillas” que recoge el escrito de acusación, de las que ayer nadie quiso a hablar, que enfrenta a estas familias y que derivan de la ruptura de una pareja mixta, la exmujer de Ramón C.C., con tres niñas en común dos de ellas gemelas, a las que según explicaron en su momento las hermanas de Ramón no les dejan ver.
El tiroteo no ha sido la única disputa entre ambas familias. Antes del enfrentamiento a tiros tuvieron otro problema con amenazas de por medio y se cree que meses después de lo de enero hubo alguna riña más.
Ninguno de los acusados quiso hablar del motivo de las desavenencias ni dejaron que lo hiciera su abogado, que les animó a que con este fallo judicial cesen los conflictos.
La Policía Nacional desplegó un dispositivo especial para garantizar la seguridad en el juicio, en previsión de posibles incidentes entre las familias, con presencia policial en el exterior y el interior de la Audiencia, y control de acceso, pero no hubo ninguno.
Este martes sólo estaban citados los cuatro acusados para declarar, el padre encarcelado y los tres hermanos De Cádiz que llegaron acompañados de otros familiares y de su abogado, y sólo accedieron a la sala de vistas para ratificar ante los magistrados su conformidad.
Ningún miembro de la familia Flores había sido citado ni tendrá que ir a la Audiencia por este caso.