Operarios municipales trabajan en la adecuación de los accesos al Molino Grande del río Azuer en Manzanares. La concejala de Obras y Urbanismo, Isabel Díaz-Benito, reiteró las palabras del alcalde, Julián Nieva: “marcamos como fecha tope el mes de julio para abrir el nuevo museo”.
Así pues, el Ayuntamiento trabaja en estos días en la senda que da acceso al Molino Grande desde el Paseo Príncipe de Asturias, con el establecimiento de la acometida eléctrica y la instalación de farolas.
Isabel Díaz-Benito también señala que en toda la senda habrá “barandillas de madera” en la delimitación con el caz del Azuer, para evitar caídas. Además, ha habido mejoras en el aparcamiento y en el porche del patio del molino, donde “había problemas en la cubierta”.
El taller de carpitería trabaja en la rehabilitación de aperos de labranza
El objetivo es terminar la adecuación de los accesos y la rehabilitación del edificio, que empezó en la pasada legislatura, para empezar con la musealización. Asimismo, Díaz-Benito avanza que el taller de carpintería del Ayuntamiento, que es el que ha realizado las ventanas de la Casa Josito o del salón de plenos, ya trabaja en la restauración de algunas piezas, como aperos de labranza.
De esta manera, el Molino Grande, que pasó a ser del Ayuntamiento en 2011 tras la donación de Juan Antonio Giraldo, pasará a formar parte del plan de Manzanares como “ciudad de museos”, junto al Museo del Queso Manchego, el Museo Manuel Piña y el recién inaugurado Archivo de Ignacio Sánchez Mejías.
El molino data del siglo XVI y el último molinero fue Alfonso Villalta
Construido en el siglo XVI, el Molino Grande del río Azuer tiene tres tipos diferentes de molino, uno basado en el sistema de rodete, otro de regolfo y el último eléctrico. Esta construcción llegó a ser uno de los centros neurálgicos de Manzanares cuando el trigo, la cebada y las legumbres constituían la base alimenticia de los paisanos y sus animales.
Asimismo, el Molino Villalta es el mejor conservado de los cuatro hidráulicos que existen en el cauce del Azuer en Manzanares y uno de los de mayor tamaño de este afluente del Guadiana. El último molinero fue Alfonso Villalta, que lo tuvo en funcionamiento hasta los años 70, a pesar de que la fábrica de harinas absorbió toda la producción de cereal en el siglo XX.