El cementerio municipal de Manzanares ha recibido en el Día de Todos los Santos la inundación floral típica de todos los años. Macetas de margaritas y ramos de claveles han invadido cada tumba y cada losa, entre centros de flores artificiales, de rosas azules y liliums amarillos.
El trasiego de visitantes en las lápidas del camposanto, donde yacen restos de alrededor de 30.000 personas, ha sido continuo durante la mañana, desde las once, cuando el párroco de la Asunción ha oficiado la misa. De forma paralela, ha habido eucaristías especiales por los difuntos en los diferentes templos y capillas de la ciudad.
Los manzanareños han acudido en familia al cementerio, que llevaba adecentado y decorado varios días. Algunos han aprovechado para comprar el último adorno floral en los puestos ambulantes de la entrada y los niños han comprado palomitas y castañas.
El cementerio ha tenido un horario ininterrumpido
La Policía Local y la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil ha coordinado el tráfico, debido a la aglomeración de vehículos, que ha transcurrido con normalidad desde las nueve a las seis y media de la tarde, de acuerdo al horario ampliado del cementerio con motivo de la celebración.