La Peña Taurina Ignacio Sánchez Mejías, con la colaboración con el Ayuntamiento de Manzanares, brindó el pasado sábado un emotivo homenaje a Tomás Sánchez-Gil Serrano, que falleció el pasado mes de febrero. Manzanareño polifacético y poeta prolífico, Sánchez-Gil presidió la peña desde 1978 a 1992, y desde ese año fue su presidente honorífico.
En el acto, que tuvo lugar en la Casa de Cultura de Manzanares, estuvo la familia de Sánchez-Gil y una representación de la Corporación municipal encabezada por el alcalde de la localidad, Julián Nieva.
Al finalizar el acto, el regidor local destacó la relevancia de la figura de Tomás Sánchez-Gil para Manzanares. Julián Nieva subrayó la importante aportación que este manzanareño, especialmente, en el ámbito cultural y social de la ciudad, y añadió que fue una persona muy querida por todos sus vecinos.
Compromiso con el tejido social y la política
En el homenaje, la peña taurina realizó una semblanza de este manzanareño nacido en el año 1925 que tuvo una vida intensa que tuvo en cuenta los más diversos ámbitos de la vida del municipio. Su generosidad y compromiso con la sociedad de Manzanares hicieron que durante 19 años desarrollase una “encomiable labor” como presidente de la asamblea local de Cruz Roja. También colaboró con otras organizaciones como Cáritas.
Además, fue concejal en distintas áreas de responsabilidad y hasta sus últimos días, según explicó su sobrino, Julián Sánchez-Migallón, se interesó por la actividad política, económica y social del municipio.
Pasión por la literatura
Asimismo, su pasión por la literatura le llevó a colaborar con distintas publicaciones locales, entre ellas ‘Siembra’ y ‘Calicanto’. En el arte de la tauromaquia encontró su principal fuente de inspiración para la creación poética, de hecho, consiguió en 1990 el primer premio de la peña ‘Litri’ de Calatayud, por el poema Los toros de Carriquiri.
Dejó una amplia producción literaria que queda reflejada en tres libros con sus escritos y poesías: ‘Alrededor del rescoldo-Miscelánea’ (2001), ‘Pobre planta de interior’ (2005) y Narraciones cortas’ (2007).
Sus poemas recitados magistralmente, con una escenografía taurina, fueron el eje del homenaje, que Sánchez-Migallón, en nombre de toda la familia, agradeció a la Peña Ignacio Sánchez-Mejías y a los asistentes. El presidente de la peña, Francisco Jiménez, aseguró que Tomás Sánchez-Gil ha dejado una huella indeleble en esta asociación, tanto por la labor que llevó a cabo en ella, como por su carisma.