Raquel Martín F. / Ciudad Real
Más de 150 mujeres representantes de diversas asociaciones y organizaciones de mujeres rurales se reunieron ayer en la Jornada Provincial de Organización de Mujeres Rurales ante la violencia de género, que se celebró en el Hotel Santa de Cecilia de la capital.
La presidenta provincial y nacional de Amfar, Lola Merino, mostró “una firme condena y total rechazo a toda la violencia que se ejerce contra las personas en especial la que se realiza contra las mujeres”.
Lola Merino quiso poner cara y nombre a estas víctimas y así recordó la historia de la granadina, Ana Orantes, quien hace más de dieciséis años y con el objetivo de poner fin a su dramática situación acudió a los medios de comunicación a denunciar su caso. “Aquella historia tuvo un final muy trágico porque fue rociada con gasolina y quemada viva, pero el impacto de aquella imagen marco un antes y un después en el tratamiento de este tipo de violencia”, explicaba la presidenta provincial y nacional de Amfar. Un punto de inflexión tras el cual se ha transformado, según Lola Merino, el modo en que se percibe la violencia de género tanto entre los políticos, fuerzas de seguridad, asociaciones, organizaciones y los ciudadanos en general, pasando de ser un “tema privado” a convertirse en una “lacra social” , primera causa de muerte entre las mujeres.
A pesar de que se ha reducido el número de asesinatos registrados por este tipo de violencia, en lo que va de año 49 mujeres han perdido la vida a manos de sus parejas o ex parejas aún queda mucho por hacer.
Una ley que no se cumple
Lola Merino, aprovechaba la conmemoración de este día para recordar que aunque se ha avanzado “tenemos una ley que no se cumple íntegramente porque falta presupuesto, infraestructuras, personal y medios una denuncia constante por parte de los cuerpos de seguridad que no pueden atender todas las órdenes de alejamiento por lo que hay que exigir mayor implicación por parte del Gobierno”.
La influencia de este tipo de agresión entre los jóvenes fue uno de los puntos que centro esta jornada. “La violencia que se ejerce sobre las mujeres sigue siendo el mayor atentando contra la dignidad humana y máxima expresión de discriminación que sufrimos las mujeres”, explicaba Lola Merino quien mostró la preocupación que ha de sentir la sociedad al conocer el dato de que a día de hoy y de las 130.500 ordenes de protección que se dictaron el año pasado más de 39% fueron para menores de 30 años, el 25% de las llamadas de emergencia que se reciben también.
“Tenemos que reflexionar y ver en que estamos fallando para que esta gente joven que ha nacido en plena democracia, que están creciendo supuestamente en una sociedad en valores de igualdad que están viviendo campañas de prevención, tengan la violencia como una constante en sus vidas”, aseveraba Lola Merino.
La educación en valores fue una de las claves que se abordó como posible solución para evitar que este tipo de violencia siembre su semilla entre los más jóvenes.
En la jornada estuvieron presentes también el vicedecano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UCLM, Jesús de Paz y la doctora en Derecho Penal de la Facultad de Derecho y especialista en Violencia de Género, Cristina Rodríguez, quienes hablaron de las herramientas legales con las que cuentan aquellas mujeres que sufren este tipo de violencia en sus hogares.