Belén Rodríguez
El Robledo
El Robledo (1.500 habitantes) se despabiló este lunes entre la incredulidad y el “se sabía que algo así podía pasar”, por la muerte violenta de Gregorio C.G., un hombre de 50 años, natural de Cádiz y residente en Ciudad Real , presuntamente a manos de un vecino del pueblo, Isidro D.R., de 57 años, exmarido de otra vecina M.M., de la que se había separado hace varios años, y con la que seguía manteniendo una tormentosa relación, con denuncias de por medio, por la custodia de las dos hijas de la pareja.
“Siempre que se veían por las niñas la montaba”, aseguran en la localidad. En una ocasión incluso delante de profesores y alumnos en una fiesta de carnaval del colegio Valle del Bullaque, al que acude la hija menor, de 11 años, un profesor le tuvo que reprender por insultar a gritos a la exmujer.
El domingo fue una de esas veces en las que Isidro “la montó”, está vez con consecuencias irreversibles.
Con dos hijas en común, la pequeña vivía con él desde la separación y la más mayor, de 16 años, con la madre. Este último fin de semana la menor lo había pasado con su progenitora, que, acompañada de su actual pareja y su madre (evitaba quedarse a solas con él), fueron alrededor de las 20.00 horas a entregarle a la chica. Se entabló una discusión en la puerta de la casa, el número 11 de la calle Badén de las Cañas, entre él y su exmujer y esta vez ‘Goyo’, como conocen en el pueblo al fallecido, que normalmente no intervenía en ninguno de los contactos entre M.M. y su exmarido, se metió para evitar que le hiciera algo a ella, cuando en un descuido, “lo pilló a traición”, dicen varios testigos presenciales, lo golpeó en repetidas ocasiones con un leño de encina en la cabeza (la vivienda tiene una pequeña leñera en la entrada).
Varios vecinos de la calle salieron tras escuchar “golpes de socorro en la puerta”, y auxiliaron a las mujeres, sobre todo a la niña que sufrió una crisis de ansiedad por la que el 112 desplazó al lugar de los hechos al equipo de intervención psicológica. Él se quedó esperando a la Guardia Civil de Porzuna, que se ha hecho cargo de la investigación que lleva el juzgado de instrucción número 5, especializado en Violencia de Género, y de guardia esta semana.
Isidro permanece bajo custodia policial en Ciudad Real, en espera de ser puesto a disposición judicial, algo que ocurrirá probablemente este martes.
Varias fuentes consultadas por este periódico aseguran que con la gente “no es violento”, pero sí con la exmujer, que al parecer lo dejó y se fue a vivir a Ciudad Real por miedo. Sólo después denunció. No obstante, ninguna fuente judicial ni policial ha confirmado que existieran denuncias previas por violencia de género, ni siquiera la alcaldesa, Elena Tamurejo, sabe si había algún tipo de medida de alejamiento.
Minuto de silencio de condena
Esta tarde, sobre las dos, alumnos y profesores del colegio Valle del Bullaque, en el que estudia quinto de primaria la hija de la pareja que presenció el crimen, además de vecinos del pueblo y miembros de la Coporación municipal, con la alcaldesa Elena Tamurejo al frente, guardaron un minuto de silencio para condenar “todo tipo de violencia”.
Esta muerte no se contabilizará como violencia de género pero en el pueblo tienen claro que “Goyo ha sido una víctima más”. “Claro que es violencia machista, él iba contra la mujer”, afirma la alcaldesa.