Una jornada festiva y diferente vivían las localidades de Mestanza y Solana del Pino que esperaban la llegada de la Caravana de Mujeres. Era el tema de la semana en ambas localidades y muchos los curiosos y curiosas que se asomaban a ver quiénes llegaban a su pueblo; un acontecimiento que para muchos era algo “especial”.
Cincuenta y cinco mujeres de diferentes edades se desplazaban hasta ambas localidades para disfrutar de un “día diferente”, aunque reconocían que “esto está más largo de lo que nos pensábamos”, ya que la salida se producía desde Madrid. Para acompañar a estas mujeres más de cuarenta hombres, de diferentes edades, esperaban su llegada en la Casa Rural de Solana del Pino donde iba a tener lugar el acontecimiento durante toda la jornada.
Para asistir a este evento los hombres debían pagar, previamente, 50 euros para disfrutar así de la comida y la cena, y las mujeres abonaban la cuantía de 20 euros que incluía comida y cena además del desplazamiento en autobús.
Pasadas las 13 horas llegaban a Mestanza, donde hacían parada en el bar Los Arcos, allí varios hombres del pueblo esperaban su llegada para ver quién venía y apuntarse, a última hora, a esta fiesta. Tras una breve parada en Mestanza partían hacia la localidad de Solana del Pino, un pueblecito enclavado en plena Sierra Morena, que expectante esperaba esta Caravana de Mujeres.
El objetivo para todos estaba clara, conseguir entablar alguna amistad, en principio, que en un futuro pueda fructificar o no en una relación. Las mujeres de esta caravana aseguraban que no era la primera en la que participaban, “en otras no lo hemos pasado muy bien, nos hemos reído mucho y hemos pasado un día diferente y divertido, ese es el tema”, decía una de las mujeres que pertenecían a esta Caravana.
Laura es la primera vez que participaba en una de estas Caravanas, con 35 años, reconoce que le invitaron unas amigas “para pasar un día diferente”. Olga es otra de las mujeres que participaba en esta Caravana, con 41 años apunta que “vengo a cambiar de ambiente, fuera del trabajo, a pasear con otras amigas y a pasar un día diferente, no conozco esta zona, yo me apunté para comer y bailar”. Asegura que ya ha participado en muchas Caravanas, “ya lo conozco el tema y vengo a conocer, disfrutar y a comer pero no a ligarme con nadie, sé de lo que va el rollo”, dejaba claro, “no he encontrado el amor, no tengo a nadie, estoy soltera, pero de momento vengo aquí a despejar la mente, a buscar amigos”.
Por su parte, otra de las participantes afirmaba que los pueblos por aquí son muy bonitos, “venimos a conocer los pueblos, si sale el amor bien si no pues también, a seguir viviendo que las mujeres solas también sabemos vivir, es mejor tener amigos que dinero”, subrayaba esta otra participante que ya ha participado en dos Caravanas, porque reconoce que “nos atienden muy bien, la gente del pueblo es como más cercana, en Madrid no te hablas ni con la vecina de enfrente, eso te anima a venir”.
Los hombres que participaban en esta Caravana de Mujeres, la mayoría jóvenes solteros de Solana del Pino veían bien la iniciativa, “hay muchos solteros y para buscar pareja y tal está bien”, explicaban, asumiendo además que hay que dejar atrás las habladurías que se pudieran haber producido con este tema en el pueblo, “llevo aquí treinta y tres años y si estás viendo la lengua de las personas pues no haces nada en esta vida, cada uno tiene que hacer su vida”, concreta José, uno de los jóvenes solteros que hay en Solana del Pino, “si surge algo pues bienvenido sea”, apostilla mirando a las mujeres que llegaban en esta Caravana.
Carlos es otro de los jóvenes de Solana del Pino, tiene 23 años, y aseguraba que “he venido solo a tomarme una cerveza, un ratejo, luego me iré a trabajar y volveré a ver el fútbol, a pasar un rato con los amigos”, subraya.
Y es que, el ambiente festivo en Solana del Pino en el día a día es poco, “aquí mujeres tenemos pocas, muchos solteros, sobre unos veinte, nos juntamos todos desde los 20 hasta los 40 y salimos todos juntos, vamos a un Pub que hay en el pueblo por la noche, allí nos tomamos cuatro copas y cada uno a su casa, no hay otra cosa”, asevera y reconoce que busca a una chica “que sea agradable y buena, lo normal”.
Una iniciativa que surgió de manos de un hostelero puertollanense, Manuel Hidalgo, quien reconoce que un día pensó en esta iniciativa a raíz de otra Caravana que se celebró en La Viñuela, “en principio fue solo una broma pero al final la broma ha ido a más y se ha hecho realidad”. Hidalgo, natural de Solana del Pino, mostraba su preocupación por ver cómo en este tipo de pueblos cada vez hay más gente mayor y no se ven niños por las calles, “incluso el colegio peligra”, matiza. Por este motivo ha llevado a cabo esta iniciativa para intentar fomentar la vida en estos pueblos pequeños y animar a los ciudadanos de Solana del Pino.