“Yo no quería tener sexo con él, me daba asco. Era una niña, tenía 13 años y no quería tener relaciones sexuales”. La presunta víctima de una agresión sexual en Argamasilla de Alba ha mantenido con estas palabras la acusación contra E.G.C., un joven de esa localidad, que supuestamente la abordó por la calle sin conocerla, la obligó a subir a su coche y abusó de ella.
“Me dio tanto asco que después quemé la ropa”, insistió la chica en otro momento de su declaración, en un juicio que se ha celebrado a puerta cerrada en la Audiencia Provincial.
Sin embargo el acusado, de 22 años cuando pasó todo, niega que los hechos ocurrieran como ella dice. Mantiene que un día antes de la presunta agresión, el 16 de noviembre de 2014, ambos tuvieron “un rollito” en una discoteca plenamente consentido.
Francisco Ramírez, el abogado defensor, insiste en que el relato de la menor, “bastante fuerte”, contrasta con las evidencias forenses. De hecho el equipo psicosocial asegura que es “probablemente no creíble”.
La fiscalía considera probado que la noche de la supuesta agresión, sobre las diez y media, la menor caminaba por la calle Magdalena Pacheco de Argamasilla cuando fue abordada por un desconocido (el acusado) que la introdujo en el vehículo contra su voluntad, la llevó a un descampado y allí abusó de ella. Y pide 3 años de cárcel por delito contra la “libertad y la indemnidad sexual”.
La familia de la adolescente, que ejerce la acusación particular, reclama 8 años de cárcel y califica los hechos de agresión sexual, mientras que la defensa pide la absolución.
En el juicio también han declarado algunas amigas de la menor, pero según el abogado defensor no han aportado ninguna prueba relevante para lo que se está enjuiciando.
E.G.C., el acusado, de 24 años ahora, carece de antecedentes.