Lorenzo M.N., natural de Moral de Calatrava de 33 años y un chico “de lo más normal”, obrero de la construcción en paro que hace unos meses estuvo trabajando en los planes de empleo municipales, podría haber mantenido secuestrada a su compañera sentimental, una mujer paraguaya de 26 años, P.V., durante tres largos años en su propia casa, una vivienda de planta baja de la calle Cristóbal Colón, de la que el jueves pasado la liberó la Policía Nacional “en estado crítico” por desnutrición y “rodeada de basura y alimentos descompuestos”, según la información oficial.
Lo sorprendente del caso, del que ester viernes informó el Ministerio del Interior, es que la calle en sí es un callejón tan pequeño de casas bajas y próximas en el centro del pueblo en el que además de esta pareja apenas viven tres personas más, que en todo ese tiempo no habían notado nada raro, y eso que según dicen de la casa entraba y salía el hombre con un niño de unos siete años, sin escolarizar, “al que a veces veíamos ir con el ‘padre’ [no es hijo suyo ni al parecer tampoco de la joven paraguaya, aunque sí pariente de ella]”.
“Yo vi a la chica cuando la trajo, hace tres años o así”, asegura la vecina que vive justo enfrente de la casa en la que se supone que ha estado retenida la joven. Desde entonces no recuerda haberla vuelto a ver, “no salía nunca”, pero tampoco le había extrañado en exceso. “La verdad es que no teníamos vecindad. Al niño lo veíamos cuando lo sacaba él, a ella no”.
Esta mujer de edad avanzada, tan sorprendida como el resto de personas próximas a la casa por lo sucedido, también dice que no había oido ni peleas ni golpes “ni un mal ruido”, apostilla. Incluso el jueves pasado (el día que fue liberada la mujer), “cuando se organizó el revuelo” tampoco nos extrañó nada”.
Esta vecina vio que a ella se la llevaron en ambulancia, “pero había mucha gente [se trata de una mujer mayor] y no me molesté en averiguar más. Me fui a casa de mis hijos”. “El chaval [el presunto secuestrador] es cariñoso. Siempre que nos veía daba los buenos días o las buenas tardes o nos saluda con la mano, nunca hubiéramos pensado que podría haber hecho algo así”, agrega otra vecina, si bien reconoce que su trato se limitaba a saludos.
La calle Cristóbal Colón está cerca de la calle Ermita, en la que vive un hermano del acusado. Antes de la detención era fácil ver a Lorenzo por allí, “andaba metido en cosas raras”, dice un vecino. Otras dos mujeres que conocen a Lorenzo del barrio y que se llevaban bien hasta que discutieron, aseguran haber visto a la mujer paraguaya con él, “aunque hace mucho tiempo”, al parecer lo acompañaba a casa del hermano.
Está en libertad
De la situación procesal del acusado, que fue detenido la semana pasada por agentes de la Policía Nacional (el caso lo ha investigado la Unidad adscrita a los juzgados de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid, en colaboración con agentes de la comisaría de Valdepeñas), el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha explicó este viernes que tras comparecer ante el juez el viernes pasado, día 5 de noviembre, en Valdepeñas ha quedado en libertad al no existir, según la valoración provisional, “indicios suficientemente fundados de un delito de detención ilegal o de violencia de género”.
Este dato casa con lo que dijo hoy el alcalde, José María Molina, que conoce al acusado y dice que el jueves lo vio en la plaza, y también el dueño de un bar, “creo que estuvo veinticuatro horas detenido y luego lo han puesto en libertad”, aseguran.
Del caso se acaba de hacer cargo el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Valdepeñas que está a la espera de “conocer el contenido completo de las actuaciones”.
Desde Paraguay
Del caso se hizo cargo el Juzgado de Instrucción número 19 de Madrid, puesto que la denuncia la puso ante las autoridades paraguayas un hermano de la mujer. El hermano estaba preocupado porque no sabía nada de su hermana que se vino en el año 2006 a España, junto con su pareja (que no es el acusado).
El denunciante dijo que al principio hablaba con ella con frecuencia por teléfono y que incluso mandaba dinero a Paraguay, pero que por esas fechas “el contactó se cortó definitivamente”, dice la nota del Ministerio del Interior. Con esa información arrancó la investigación que según el ministerio “ha sido sumamente compleja”, hasta dar con el paradero de la joven, que según fuentes del Sescam permanece ingresada en el Hospital General de Ciudad Real. De su estado tampoco se puede dar información, dada la gravedad del caso y la situación sumarial de secreto que se levantará en su momento