Juan Carmelo Martín Chacón estudió para Ingeniero Industrial e hizo planes laborales para ejercer, pero por necesidad en el año 2002 aceptó la responsabilidad de dirigir el negocio familiar, muebles Rosa Chacón en Pozuelo de Calatrava, que reconvirtió con sus hermanos en Sistemas Limobel.
Pertenece a la tercera generación de una saga de fabricantes de muebles de oficina (las otras dos empresas de muebles de la localidad son familia), y se arriesgó, “nos quitamos lo de Chacón para lo bueno y para lo malo. La gente nos confundía y nos quisimos desmarcar de las otras, abrir nuestro propio camino”.
Y lo hicieron desde abajo. Ese año facturaron 360.000 euros. Quince años después no sólo han resistido la mayor crisis económica y financiera de la historia reciente de España, sino que han crecido, se han asentado y tratan de tú a tú a las grandes multinacionales del sector.
“El año pasado facturamos seis millones de euros e hicimos una potente inversión en maquinaria de alta tecnología para seguir creciendo”, asegura Martín Chacón, que ya ni se le pasa por la cabeza dedicarse a lo que ha estudiado, al revés, “esto te absorbe cada vez más”, dice.
Su empresa es una de las que se acogió el año pasado en la provincia a la primera línea de ayudas para inversión empresarial del Plan Adelante del Gobierno regional. Invirtieron unos dos millones de euros en una maquinaria con la que además de dos puestos de trabajo directos [operador de máquina e ingeniero de programación] pretende generar muchos más de forma indirecta, porque el nuevo equipo les permitirá asumir mejor los picos de trabajo que se dan en el sector.
Necesitaban la inversión y el plan les ha venido bien
Al Plan Adelante concurrieron con un proyecto de 900.000 euros y han recibido una subvención del 25% de esa cantidad. “Las ayudas son siempre bien recibidas, pero quiero aclarar que no invertimos para recibir subvenciones, sino que necesitábamos hacer esa inversión y el plan nos ha venido bien”.
“El mercado se encamina hacia picos puntuales de trabajo a lo largo del año y a plazos de entrega cada vez más cortos. La única manera de responder a nuestros clientes es con esta maquinaria”.
Admite que llegar aquí no ha sido fácil. En 2002 eran unos 18 empleados y ahora son 55, incluido él como gerente y sus tres hermanos y socios. “La primera clave es controlar bien la financiación y las ventas. Intentar no tener impagados, o los menos posibles, y abrir mucho el abanico de producto”.
La crisis ha sido para todos
Mientras muestra las instalaciones de su empresa, en plena fabricación de mobiliario de oficina, Martín Chacón rememora cómo han vivido la crisis. “El negocio en el sector del mueble de oficina cayó un 80%. Somos muy vulnerables porque cuando hay algún problema en la sociedad de las empresas o una crisis financiera y económica nadie piensa en modificar su oficina o ampliar”.
Limobel no vende al pormenor, sus principales clientes son organismos como Hacienda, la Seguridad Social, las universidades, Correos y bancos (uno de ellos el Santander).
Creen que han aguantado porque han ido creciendo poquito a poco. “En 2004 trabajamos para franquicias como por ejemplo Vodafone y eso nos impulsó mucho, hasta 2006 estuvimos haciendo la nueva imagen 3G de Vodafone”.
También subraya que como empresa joven, no tenía una plantilla de mucha antigüedad. “No es lo mismo tener treinta trabajadores con mucha antigüedad y que te sobren quince que tener pocos, como nosotros”. Aún así sus ajustes en personal fueron mínimos, “en los peores años nos hemos mantenido con quince personas”.
El problema les pudo llegar por la inversión (en 2010 compraron una nueva nave) y tener que hacer frente a ella, “además había que variar porque nuestra manera de poder torear la crisis era coger más abanico de producto. Tuvimos que empezamos a hacer no sólo muebles de oficina sino taquillas metálicas o de otros materiales, mobiliario para bibliotecas, tuvimos que abrir más el producto”.
Y eso es su opinión es lo que les ha salvado, “unas veces teníamos más trabajo de una cosa y otras de otra. Los cobros también fueron un problema pero lo hemos ido solventando y fidelizando a nuestra clientela”.
Limobel en 2017
En estos últimos años, sobre todo a partir de 2014, “nos hemos ido preparando para la salida de la crisis. Sabemos que las administraciones si hay años que no se equipan en otros lo harán de forma importante, y estamos esperando a que esto empiece a rodar con innovación tecnológica”.
Con buenos y grandes clientes en el mercado español esta empresa de Pozuelo se ha abierto hueco en Arabia Saudí, Qatar y Kuwait, “mercados muy difíciles”. En comercio exterior se han apoyado en personal en prácticas, programas de la cámara y también están empezando en Marruecos y Argelia, les falta Europa.
¿Optimista?, cree que el año “no va también como se esperaba. La administración es el mayor consumidor de muebles de España y si no tienen presupuestos pues no invierten. Eso nos preocupa”.