El Bar Blanco y Negro, ubicado en la Plaza Vía Crucis, lleva décadas trabajando en la ciudad de Puertollano, “al servicio de mis clientes”, manifestaba Manuel Lozano, propietario del establecimiento.
Reformado hace escasos meses continúa con su trabajo a diario siendo una parada tradicional para degustar unas cañas con buenas tapas, “todas diferentes”, asegura, una de las mayores costumbres de los puertollanenses, el tapeo. “Da igual el número de cañas que tomes, siempre te pondremos una tapa diferente y cambiamos todos los días”, matiza. Por ejemplo, uno de estos días los clientes podían tomar brocheta de gamba y panceta, pinchos morunos, bravas especiales y así hasta más de diez tapas diferentes para que “no tengan que repetir”.
Lozano explica que cuentan con una amplia variedad de raciones, los chipirones plancha son los más demandados además del lechón frito o el cordero al ajillo, además de sus típicas bravas, croquetas totalmente caseras, guitarras o montados, en este último cuenta con una oferta de montado a elegir y bebida 3,50 euros.
El Blanco y Negro también tiene menú del día con seis primeros a elegir y ocho segundos, lo que hace que exista una amplia variedad de platos donde poder seleccionar los mejores gustos de cada uno. Todo ello en una zona de restaurante que ha sido remodelada recientemente.
Con la llegada de las buenas temperaturas el Blanco y Negro cuenta en estos meses estivales con cuarenta mesas en su terraza en una de las céntricas plazas de la ciudad de Puertollano, la Plaza Vía Crucis.
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