La familia de la niña cuya denuncia destapó el caso del profesor de inglés que presuntamente abusó de su hija y de otra niña más en una academia de Puertollano no quiere que la menor declare en el juicio. Aunque la madre sí lo ha hecho (ayer), la menor, que tenía siete años en 2013 cuando denunciaron, no ha ido ni este jueves ni ayer miércoles, pese a estar citada, lo que ha motivado la suspensión.
La Sección Segunda de la Audiencia, que enjuicia al profesor W.A.P. como presunto autor de dos delitos de abuso sexual, le ha dado una semana a la familia para que reconsidere su postura y traiga a la chica. Fiscalía y acusación particular consideran fundamental su testimonio, por lo que al no acudir por segunda vez han interesado su suspensión, una vez practicada la prueba pericial en la segunda sesión del juicio.
“La menor debe declarar y explicar con sus palabras lo que le pasó, que no venga merma nuestro derecho a la tutela judicial efectiva”, señala Rafael Pérez el abogado del profesor que mantiene que es inocente.
Pruebas “muy débiles”
Según esta parte las pruebas en este caso son muy débiles (las niñas tenían 7 y 8 años cuando denunciaron), y la declaración de la menor de más edad “ha sido contradictoria y vaga”.
En el juicio, que se está celebrando a puerta cerrada, también ha testificado la madre de la otra niña, otra alumna de la misma clase del profesor acusado y personal de la academia.
Las psicólogas forenses dicen que no mienten
Este jueves ha sido el turno del equipo psicosocial de los juzgados formado por una psicóloga forense y una trabajadora social han emitido un informe de credibilidad del relato de la niñas que ha sido contundente: “no han mentido”, han dicho.
La fiscalía acusa al profesor de dos delitos de abuso sexual de menores de trece años por los que pide en total diez años de cárcel, ocho de libertad vigilada y una indemnización de 6.000 euros, 3.000 para cada una por “daños morales”.
El maestro, que daba clases a un grupo reducido de chiquillos en la academia, está acusado de sentar en su regazo a las niñas que lo denuncian, con la excusa de corregirlas, y aprovechar esa circunstancias para tocarlas.
Su abogado ha insistido en el año que le ha hecho esta denuncia “lleva cuatro años apartado de la enseñanza y de cualquier trabajo”. Se da la circunstancia de que W.A.P, australiano afincado en la provincia, está casado y es padre de dos hijas.
La familia de la menor que no quiere declarar ha ejercido la acusación particular durente la tramitación del procedimiento, pero el miércoles la retiró.