Dulcinea Nutrición es la empresa que crearon cuatro socios fundadores –uno de ellos de Puertollano- y cuenta con varias líneas de negocio. Precisamente la que se fabrica en el polígono La Nava de Puertollano es de comida infantil para colectividades y otra línea de elaboración de purés para su venta en supermercados y farmacias en gama convencional y en gama ecológica. “Fuimos los primeros en elaborar puré infantil ecológico en España”, apuntaba Vanesa Mancebo, gerente de Dulcinea Nutrición.
Esta trayectoria empresarial en esta empresa llega, desde hace año y medio, a las cocinas de muchas instituciones –la última ha sido un contrato para el Palacio de La Moncloa-, llegando así a pequeños comedores de colegios o hasta las más altas esferas, pasando por otros comedores en cuarteles militares o saciando el hambre de las personas que saltan la valla y llegan al propio CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes) de Ceuta, donde Dulcinea Nutrición se encargan también de ofrecer esta comida.
La comida del más alto ejecutivo o la que pueda comer aquella persona que llega a España sin nada, todos tienen su hueco en las cocinas que gestionan desde Dulcinea Nutrición.
En total esta empresa tiene en plantilla 230 trabajadores; en Puertollano son 18 las personas que trabajan en esta empresa de La Nava –que tiene 1.400 metros-, si bien el resto están distribuidos por el gran número de cocinas que dirigen a lo largo y ancho de toda España.
Vanesa Mancebo explica que Dulcinea Nutrición ha llegado al Palacio de La Moncloa a través de una licitación pública de la que resultó adjudicataria hace unos meses por 1,9 millones de euros. A través de esta adjudicación Dulcinea Nutrición ha subrogado al personal que se encarga de cocinar en las cocinas de La Moncloa –unas treinta personas- y que conocen a la perfección el trabajo que allí hay que realizar para poder ofrecer los menús más exigentes.
Un trabajo que pasa por el servicio de cafetería para las personas que trabajan allí y otra zona de dependencias más exclusivas en las que se cocinan platos habituales como pueden ser los guisos, paella, chuletones, arroces en general y otras comidas más especiales si se recibe una visita institucional más concreta “al gusto de la persona que realiza esa visita, preparamos tanto menús nacionales como internacionales”, afirma Mancebo. “El personal que está trabajando allí lleva ya muchos años y conocen casi cualquier petición que se les pueda formular”, matiza la gerente de Dulcinea Nutrición.
Sin duda son conscientes de que hay mucha diferencia entre la comida que se pueda servir en una escuela infantil y la que se ofrece en La Moncloa o en cuarteles militares –su primer comedor en este sector fue la Base de Almagro- que son “más contundentes y con más alto nivel energético, cada uno tiene su particularidad, se consigue con una atención muy directa con el cliente y con los usuarios” y reconoce que en el CETI es una comida más específica porque “la gente que pasa la valla viene a comer cuatro o cinco días y suelen comer más primeros platos contundentes que llevan todo tipo de alimentos junto con un segundo, más tipo guiso”. En algunos casos se han podido servir hasta 600 menús diarios.
Además dirigen alrededor de cincuenta comedores de colegios de la provincia de Ciudad Real y escuelas infantiles de toda España –Madrid, Valencia o Cataluña, por ejemplo-. Cocinas a pedir de boca por sus clientes a los que tratan de mimar y atender sus peticiones.
Con un pie en el extranjero
En este último tiempo Dulcinea Nutrición se está centrando mucho en la exportación, desde hace un año han salido al mercado chino, también están presentes en Perú con purés infantiles y en estos momentos están cerrando un negocio con un cliente de Libia con esta misma línea de productos.
Y es que, actualmente el nivel de exportación de esta empresa se acerca al 10%, una cifra nada desdeñable cuando acaba de abrir sus puertas a otros países tratando así de adentrarse en la esfera internacional.