Con el otoño vuelve el espectáculo de la naturaleza a Ciudad Real. El primero: la berrea del ciervo en el parque nacional de Cabañeros, que en un año seco como este (no es regular) se prolongará en el tiempo, hasta mediados de octubre, y alcanzará su punto álgido en la primera semana de ese mes.
Cabañeros, con unos 5.000 venados en las 20.000 hectáreas de titularidad pública y una densidad de población media-alta, es un fantástico paraje para disfrutar de este singular cortejo y apareamiento animal, el primer reclamo natural del otoño en la provincia y una de las mejores épocas para salir al campo. Después llegarán las grullas y los harenes de hembras gestando sus crías, con tanto encanto o más.
Carlos Rodríguez Vigal, el director del parque, da las claves a Lanzadigital.com para aprovechar al máximo la visita en esta época. “Hay que evitar venir los fines de semana. Entiendo que la gente de fuera no tiene otra opción, pero no así quienes viven en Ciudad Real. Mucha gente no trabaja por las tardes y no vive lejos del parque, a esa población le recomendaría que aproveche el anochecer de los días laborables para visitarnos”.
¿Cuál es el mejor sitio, la mejor hora, y la mejor zona? Como en todo, depende de los gustos y necesidades del visitante. “En los últimos años hemos ampliado nuestra oferta de rutas a pie, libres, guiadas y gratuitas”, señala Rodríguez Vigal.
Los mejores senderos a pie
La Colada de Navalrincón, que sale desde el área recreativa del pantano de la Torre de Abraham y la Casa Palillos (centro de visitantes del parque en Pueblo Nuevo del Bullaque), de 9,5 kilómetros de terreno prácticamente llano, es uno de los itinerarios más recomendables para el público familiar. Otro sendero muy interesente es el de La Viñuela, en Horcajo de los Montes (sale del punto kilométrico 80-81 de la carretera CM-4106 de Horcajo a Retuerta). Esta senda atraviesa una zona de rebollar, riachuelos y se adentra en la raña para culminar en un mirador (abrió al público el año pasado), desde el que se puede divisar a los ciervos además de oír sus bramidos.
“A mí personalmente me gusta más ir andando por el monte y escuchar. Para hacer un itinerario de estos no tienes horario y te lo puedes organizar como quieras”, indica Rodríguez Vigal.
Rutas en todoterreno: cuatro diarias
Las visita en todoterreno, que gestiona la UTE Visitacabañeros, formada por Ecodestinos, Destinos Manchegos y Aventuras Cabañeros, es desde hace años una excelente manera de conocer el parque. Esta empresa ofrece cuatro rutas diarias de tres horas a primera hora de la mañana (8.00), a media mañana (11.00), primera hora de la tarde (13.00) y atardecer (17.30), con guía y paradas en puntos estratégicos que incluyen la visita al Molino del Brezoso (www.visitacabaneros.es).
Los precios son 23 euros por persona (adulto), 18 niños y 16 si se forma parte de un grupo especial. “No es nada caro. De hecho somos el parque nacional de los que ofrecen este servicio más barato de la red nacional”, asegura Jesús Pozuelo, responsable de la empresa. Con un 50% de reservas en estos momentos, Pozuelo también aconseja evitar si se puede el fin de semana. “Tenemos las reservas muy concentradas en esos días”.
No obstante el centro de visitantes de Casa Palillos, en Pueblo Nuevo, mantiene abierto al público su mirador durante los fines semana de la temporada de berrea “hasta que hay gente, sobre las once de la noche”, aclara el director, para que los visitantes puedan disfrutar más de los sonidos nocturnos. El aparcamiento del centro, que se cierra a las ocho de la tarde normalmente, también hace una excepción en estos fines de semana.
Risco de las Paradas, el Chorro y el Rocigalgo
Otros lugares muy tradicionales son el Risco de las Paradas en Hontanar (Toledo), otro de los municipios del parque nacional, y para los más andariegos existen senderos como las rutas del Chorro, Chorrera Chica y la cumbre del Rocigalgo (el pico más alto de los Montes de Toledo), que pueden hacerse por libre o guiadas. Los Navalucillos (la otra población toledana del parque) también cuenta con un área recreativa ideal: las Becerras.
“El abanico es muy amplio y no es cierto que sólo se vean animales a primera hora; en este tiempo se ven en cualquier momento del día”, apostilla el director conservador del parque (toda la información se puede consultar en www.reservasparquesnacionales.es).
Una buena berrea se gesta en primavera
Carlos Rodríguez Vigal, biólogo de formación y exdirector de la finca pública Quintos de Mora, propiedad del Organismo Autónomo Parques Nacionales, ha trabajado años en el estudio científico del apareamiento de los ciervos, que depende de muchos condicionantes.
“La gente piensa que el otoño es muy importante para el ciervo ibérico y las primeras lluvias de la temporada, pero la realidad son más importantes las precipitaciones primaverales por el alimento. Las hembras tienen unas necesidades importantes en esa época, están muy gordas, a punto de parir, y necesitan mucha comida. Si la primavera no es buena esa hembra pierde condición corporal y llegan a la época de celo con poco peso, ¿qué ocurre?, pues o bien que no se reproduce, o se retrasa el celo como estamos viendo en los últimos años”.
Claro que esto pasa en parques públicos como el de Cabañeros, en las fincas privadas -incluso dentro del parque-, en las que se engorda de manera artificial a los venados, la berrea es diferente porque no depende tanto de estos condicionantes ambientales.
Los estudios en los que ha participado el director de Cabañeros sitúan la fecha de mayor número de cubriciones en los últimos años en el 29 de septiembre, dentro de un periodo que va desde el 15 de septiembre hasta al 10 de octubre, “este año es posible que veamos apareamientos incluso después de la festividad del Pilar”, recalca, porque está habiendo menos y más prolongados en el tiempo.
Noviembre, el mejor mes en Cabañeros
En Cabañeros también ha llovido menos de lo normal este año hidrológico (la media son 700 litros y no han llegado a los 500), pero el otoño que comienza sigue siendo un gran momento para el parque.
“Al público le llama mucho la atención la berrea, que es digna de ver, pero noviembre es incluso mejor para observar ciervos”. A finales de octubre y en los primeros días de noviembre, se concentran grandes manadas de ciervas en gestación, los harenes de entre 300 y 400 individuos, que acuden a las raña a la zona de mejor comida y pastizal. “Los colores del monte cambian, llegan las grullas, para mí es el mejor momento del parque”, remarca el director.
La conclusión es que quien pueda visite ahora Cabañeros y vuelva en los meses siguientes: “Siempre tenemos algo interesante que ofrecer”, asegura.