Las once familias que viven en las viviendas de los terrenos de la antigua cárcel de Ciudad Real que mantienen un conflicto con el Ayuntamiento y la constructora Urbis se quejan de que la obra colindante ha favorecido la inseguridad. La pasada madrugada se produjo un robo en una de las casas habitadas -los dueños no estaban- favorecido por el hecho de que el autor o autores estamparon -como suena- un todoterreno contra una de las modestas casas de adobe, dañaron la pared y el tejado y accedieron al interior de una de ellas.
En vista de que encontraron poca cosa de valor se han llevado una de las ventanas de aluminio. Lo sucedido según el portavoz de los vecinos -en su mayoría personas de edad- es una prueba más de que “nuestras quejas al Ayuntamiento eran acertadas”, dice Juan Manuel Hernández. Los vecinos, que reclaman el pasillo de acceso que el Ayuntamiento vendió con el solar a Urbis, ya se quejaron en su día de que la constructora ha dejado los cimientos del otro bloque a la altura de sus ventanas, “además de que deben limpiar los restos y los daños de su obra”.