Con diecisiete bailarines en el escenario, el Ballet Clásico de Cuba, nos presentó a una Carmen desconocida, independiente y liberal. El espectáculo está más centrado en la novela, recuperando personajes desconocidos para la mayor parte del público. Sobre las tablas descubrimos a una Carmen que no es, en absoluto, una mujer fatal, sino una fémina apasionada.
La estética del montaje está adaptada al mundo moderno. Con música —grabada— de Radio Tarifa unida a la de Bizet y William Elgar. La coreografía es de Peter Breuer, actual director del Ballet de Salzburgo, fue galardonada en 2005 con el Premio de la Fundación Maya Plisetskaya. El público satisfecho premio a los bailarines con una gran ovación.