Algo extraño está pasando con los buitres, en otro tiempo ariscas aves carroñeras, que parecen haberse aficionado a la ciudad. El miércoles un buitre leonado “muy grande” según testigos presenciales estuvo volando de tejado en tejado en el barrio de Pío XII. No parecía ni enfermo ni deshidratado y nadie hizo por capturarlo.
Y no ha sido el único caso. El martes y según fuentes policiales alguien vio otro ejemplar sobrevolando tejados en el barrio de Santiago y en lo este mes ya se ha producido un rescate, en esa ocasión de un pollo de buitre, en una plaza del Torreón que permanece recuperándose en El Chaparrillo. Los buitres son las aves más afectadas por la falta de carroña en el campo. Además en otoño las crías nacidas este año se emancipan de sus padres y lo pasan peor puesto que les falta experiencia para encontrar alimento.