Manos Unidas Valdepeñas realizó el domingo por la mañana una suelta de globos de colores en la Plaza de España por parte de los niños que participaron en la misa de la Parroquia de la Asunción. El objetivo de esta actividad era concienciar a los más pequeños y a los mayores sobre la pobreza y el hambre en el tercer mundo, todo ello unido al eslogan de la Campaña 59 “Comparte lo que importa”.
400 globos de colores inundaron el cielo de la ciudad representando los deseos de cada participante para mejorar las condiciones de vida de las personas más desfavorecidas.
Previamente a la suelta de globos, un grupo de niños y niñas fueron los encargados de leer el Manifiesto Infantil de Manos Unidas en esta campaña.
Asimismo, durante toda la mañana el grupo de Manos Unidas Valdepeñas estuvo en la Plaza con una mesa informativa y con artículos de esta ONGD. Todo ello para ayudar a sufragar el proyecto de esta campaña, que se va a desarrollar en Angola (África Austral), que tiene un importe total de 50.812 euros y cuyos beneficiarios serán 800 personas directas, e indirectas unas 4.800.
Al frente de este proyecto está Juan Ramón García, de la fundación CODESPA, que está presente en Angola desde el año 2010, fundación que fue constituida como una ONG local. Ésta solicita el apoyo a Manos Unidas para formar a 20 agrupaciones de campesinos en técnicas agrícolas que contribuirán a mejorar la situación de los mismos.
Manifiesto Infantil
En esta campaña 59 de Manos Unidas, que lleva por lema “Comparte lo que Importa”, el manifiesto que se leyó recogía una serie de denuncias, demandas y compromisos “que deben acompañarnos en nuestra vida diaria y hacernos así partícipes del compromiso al que nos invita Manos Unidas”.
El manifiesto denuncia la vulneración del derecho humano a la alimentación para más de 815 millones de personas que pasan hambre en el mundo, la creciente consideración de los alimentos como mercancías de negocio por encima de su uso imprescindible para la vida de las personas, la extensión y protección de un modelo productivo a gran escala que se manifiesta claramente insostenible, la especulación con los recursos naturales que priva a los más vulnerables de los bienes necesarios para tener una vida digna y el despilfarro alimentario como consecuencia de ese modelo de producción y del mantenimiento de unos estilos de vida y consumo individualistas, insostenibles e insolidarios.
Asimismo demanda que el derecho a la alimentación se promueva por encima de todo como condición indispensable para que se puedan cumplir los demás derechos, que los alimentos se produzcan, sobre todo, para alimentar a las personas y no para producir energía o alimentar al ganado, que los responsables de proteger el cumplimiento de los derechos -los Estados y quienes los gobiernan- asuman su obligación de promover el derecho a la alimentación y penalicen su vulneración, que los que participan en el comercio de alimentos se comprometan a establecer unos modelos de producción y distribución más sostenibles y justos y que los gobiernos, las instituciones internacionales y la sociedad civil den prioridad al bien común como objetivo de toda actividad económica.
El manifiesto afirma que quienes los secundan quieren “compartir nuestras propuestas, experiencias e iniciativas de cambio para un mundo más justo. La experiencia de nuestros socios locales y las comunidades a las que representan nos muestran esas propuestas en forma de acceso a los recursos, capacitación en prácticas agrícolas sostenibles, formación de líderes, fortalecimiento comunitario e incidencia en el reclamo de sus derechos”.
También quieren “apoyar y compartir alternativas de producción sostenible practicadas por los pequeños agricultores que son quienes garantizan el acceso a los alimentos para más de dos tercios de la población mundial, poner en común nuevas formas de consumo más responsable y sostenible y denunciar la especulación con los alimentos que influye de manera determinante en el derecho a la alimentación de las comunidades más empobrecidas de la tierra, proponer sistemas de producción y consumo sostenibles y respetuosos con el medioambiente, basados en modelos agroecológicos, mediante un trabajo de educación y acompañamiento de la sociedad civil global y comprometernos a cambiar nuestros estilos de vida para hacerlos más solidarios y sostenibles, reduciendo el despilfarro de alimentos hasta eliminarlo”.