El grupo de comercialización Vidasol, formado por cooperativas de las provincias de Ciudad Real y Toledo, ya ha vendido el 95% de su producción vinícola en condiciones económicas más ventajosas para sus productores.
Según Cesáreo Cabrera, presidente de la entidad, la concentración de la oferta, con un total de 85 millones de litros de vino y mosto, ha favorecido que las operaciones comerciales en su primera campaña de funcionamiento sean más beneficiosas.
“Las ventas han ido mejor que si cada uno hubiéramos ido por un lado y nos hubiéramos hecho la guerra entre nosotros”, ha reflexionado el también presidente de la cooperativa villarrubiera ‘El Progreso’, que de la misma manera ha reconocido el buen momento de los precios vinícolas “por la menor producción registrada a nivel mundial”.
Así, la plataforma integrada por las cooperativas ‘El Progreso’, de Villarrubia de los Ojos; ‘Los Pozos’, de Daimiel; ‘Cristo del Prado’ de Madridejos, ‘Castillo’, de Consuegra y ‘Óleo-Vinícola’, de Bolaños, ha cumplido su principal objetivo, como es “ganar posición entre los compradores nacionales e internacionales, mantener los precios estables y tener un mejor control del mercado”.
Objetivos para 2018
De cara a este año 2018, uno de los retos que se plantea la plataforma, según Cabrera, es “seguir dimensionando” el grupo para alcanzar una facturación de 45 millones de euros y poder convertirse en una Entidad Asociativa Prioritaria de Interés Regional (EAPIR).
En este sentido, Vidasol sigue pendiente de la unión con Hispánica de Comercialización (otra entidad nacida fruto de la fusión de cinco cooperativas de localidades de Cuenca y Albacete), una operación respaldada públicamente hace ocho meses por la propia Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural.
Y es que si se culminara la integración se convertiría en una de las principales comercializadoras de vino de Europa, con 225 millones de kilos de uva, caldos de cinco denominaciones de origen distintas y una facturación de 56 millones de euros, aunque “sigue pendiente de que contesten”, ha señalado Cabrera a este diario digital.
Otro de los retos del grupo a medio plazo es introducir para su venta en un plazo de cinco años los vinos embotellados de cada una de las cooperativas que lo componen, tal y como recoge la normativa regional de integración comercial.
“Empezaremos a trabajar desde ya para vender menos graneles y más embotellados, y así obtener más valor añadido”, ha explicado el máximo portavoz del grupo fusionado, que ha avanzado que “respetaremos las marcas y sacaremos otras con la etiqueta de Vidasol”.
De hecho, en el futuro se han planteado realizar inversiones para construir nuevas instalaciones de embotellado, “necesarias para poder crecer y salir al mercado con vinos etiquetados”, dado que en la actualidad “la estructura de envasado es pequeña y no podemos aspirar a grandes cosas sino tenemos medios”.
Cabrera ha valorado positivamente el primer año de integración (se inició hace once meses entre ‘El Progreso y ‘Los Pozos’), con un grupo comercial “que se ha consolidado”.
Sobre la cooperativa ‘El Progreso’ ha dicho que su producción vinícola representa el 60% de los resultados del grupo, y que sus caldos embotellados siguen conquistando mercados, como es el caso de China, Japón, EEUU y países europeos como Alemania u Holanda.