Carrión de Calatrava es un pueblo claro, enmarcado por un cielo azul de nubes blancas como vellones de lana de los antiguos rebaños de la Mesta o quizá de aquellas ovejas que alanceó don Quijote, tomándolas por escuadrones de ejércitos aguerridos, de aquellos valerosos caballeros, decididos a batirse en buena lid.
Y en estos campos de Carrión, consagrados por el esfuerzo y la gallardía de sus gentes, la fantasía quijotesca está siempre dispuesta para echar a volar: “-No es esto -respondió don Quijote-; sino que el sabio a cuyo cargo debe de estar el escribir la historia de mis hazañas le será bien que yo tome algún nombre apelativo, como lo tomaban todos los caballeros pasados: cual se llamaba el de la Ardiente Espada, cual el del Unicornio; aquél el de las Doncellas; aqueste el del Ave Fénix; el otro, el Caballero del Grifo; estotro, el de la Muerte; y por estos nombres e insignias eran conocidos por toda la redondez de la tierra”.
Y es que Carrión está ahí plantado, en un cruce de caminos, indicándonos toda la redondez de la tierra, ensimismado en la llanura, pareciendo que ha renunciado a todo y, sin embargo, no ha renunciado a nada. No ha renunciado a su suelo porque desde sus ejidos se extienden las tierras paniegas que han formado la labor del pueblo, convirtiéndose durante el inicio del estío en mies ondulada y dorada, que la brisa de junio abanica, como queriendo servir de mimo o caricia para la mano del segador que vendría a continuación o el peine de la cosechadora que sustituyó a la mano y a las curvas hoces de afilado acero, que habían templado en La Solana o en Bienservida para que los carrioneros cercenaran cañas y abatieran espigas. Tampoco ha renunciado Carrión a su suelo urbanizable y se ha ido extendiendo en el llano, sin subírsele a la cabeza eso de estar cerca de Ciudad Real para escalar en torres de pisos, porque los carrioneros siempre han hecho bueno el adagio de “tener los pies en el suelo y el corazón en el cielo” y de que “hasta el cielo todo es solar”. Y eso que Carrión es pueblo de mucho solar y muy solariego.
Por su suelo, su fe y su cielo, Carrión de Calatrava celebra del 26 de marzo al 2 de abril sus Ferias y Fiestas, que tienen tanto de devoción como de diversión.
Nos dice don Inocente Hervás y Buendía en su Diccionario Histórico Geográfico de la Provincia de Ciudad Real: “En el siglo XIII la Orden de Calatrava dividió sus bienes entre los caballeros y religiosos, creando para los primeros las encomiendas o preceptorías y los prioratos para los segundos. Carrión, dehesa en aquel tiempo, constituyó una de las encomiendas de la Orden, agregándosele después las de Calatrava la Vieja y Turrillo, formó su término municipal hasta nuestros días”.
¿Cuál es el término municipal de Carrión de Calatrava? Consultamos el libro Comarcalización Agraria de España, Ministerio de Agricultura, 1977. Carrión de Calatrava forma parte de los 25 municipios del Campo de Calatrava, que van de Alcolea de Calatrava a Villar del Pozo. Una extensa comarca de 296.158 Has (cerca de 3.000 Km2), de los que el término municipal de Carrión ocupa 10.166 Has, lo cual viene a ser la media por municipio de la provincia de Ciudad Real.
Nos dice don Inocente Hervás: “El comendador, inspirándose en el pensamiento que inició San Raimundo, logró atraer pobladores, otorgándoles sus fueros el Maestre, que aprobó y confirmó D. Alfonso el Sabio, en 1261”.
Carrión de Calatrava es un topónimo gentil que nos hace evocar la Castilla bélica y brava: la de Fernán González, la del Cid y la del Romancero. Carrión de Calatrava nos hace de evocar a Carrión de los Condes (el de Palencia). Carrión de Calatrava volvió a pronunciarse con la dulce eufonía de una epopeya, la más hermosa, la de la ayuda en la carretera por parte de un camionero que, exponiendo su vida al fuego, fue capaz de rescatar a dos chiquillos atrapados en los asientos traseros de un vehículo. Toda España se conmovió ante un acto heroico que ennoblecía a un carrionero y camionero, que recorre todos los días las autopistas, autovías y carreteras de España y de Europa, aunque él sintió el pesar de no haber podido salvar a los padres y, en su rostro de hombre bondadoso y generoso, Santiago Mero López, no pudo ocultar el terrible dolor de aquella pesadilla que acababa de vivir y que nunca olvidará. Sus manos habían logrado rescatar dos vidas, pero su corazón estaba apesadumbrado por no haber podido rescatar las otras dos.
Santiago Mero, héroe y camionero, firmó en el álbum del honor de los hijos de Carrión, y todo el pueblo, orgulloso de su bondad y su valentía, lo nombró Embajador por los Caminos de España. Y este álbum de honor está hecho, como el de todos los pueblos, con los nombres de los hijos del municipio, que se inscriben en el Registro de la Propiedad, pero que después cada uno, como cigoñinos, se echan a volar y van marcando su vuelo y su nido, su hado o su destino, por eso podemos decir que hay carrioneros por toda España y que estos días de Ferias y Fiestas se congregan en Carrión. Y también hay gentes de toda España y de todo el mundo a los que acoge durante todo el año y especialmente en estos días el pueblo de Carrión.
Recuerdo a mis buenos amigos Luis Pérez del Hoyo y María Jesús Márquez Nieto. Ellos residen en Valdepeñas, donde trabajan en el hospital Gutiérrez Ortega. Viven en la calle Limón, pero ellos siempre tienen la sonrisa en los labios y la bondad en el corazón. El limón es de la calle y la naranja de la dulzura es la de su hogar con sus dos hijas Candi y Lourdes. Una familia de Valdepeñas, que representan a Carrión de Calatrava y a Castellar de Santiago. Dos topónimos tan bellos de los pueblos de la epopeya, de las Órdenes Militares. Dos destinos que se han cruzado en un valle de peñas, en un regazo de amor como es Valdepeñas.
En el año del IV Centenario del Quijote, Carrión de Calatrava no se pudo sustraer a unos fastos que conmemoraban un aniversario y un escenario del que su territorio fue historia y motivo de inspiración del Quijote.
Decíamos que Carrión no ha renunciado al suelo, al de sus calles tan bien arregladas, con su firme regular y sus aceras, enmarcadas por sus fachadas de zócalos cuidados con todo el esmero y de otras fachadas tan bien encaladas, que nos indican el aseo y la pulcritud que siempre ha distinguido a Carrión. Un primor de pueblo que dejamos a un lado cuando marchamos a Ciudad Real o venimos de vuelta en nuestro coche. Esto de dejar al pueblo tan cerca y no poderlo tocar es como condenarnos al suplicio de Tántalo, menos mal que cuando viajamos en autobús podemos contemplar el esmero con el que cuidan a Carrión sus mujeres, y entonces pensamos que están engalanando al pueblo para cortejar a Ciudad Real. Y es que Carrión se estira arrogante lanzando al cielo la punta aguda de la torre de su iglesia, porque desde esta hermosa atalaya se pueden realizar todos los sueños, como meditar, desear, viajar, emigrar, enriquecerse y regresar, para volver a empezar en el dulce hogar.
Carrión de Calatrava ha sido un municipio en regresión demográfica, como prácticamente todos los de la provincia de Ciudad Real, sólo nos asalta una duda: ¿Su proximidad a Ciudad Real, de la que dista unos 8 kilómetros, ha podido frenar esta regresión? En cierta medida sí y en cierta medida no, y es que en 1930 Ciudad Real tenía poco potencial demográfico, con una población este año de 23.400 hab, y aunque desde 1900 irá increscendo, partiendo de los 15.255 hab., le costará medio siglo doblar su población, contando en 1981 con 51.118 hab. Por lo que podemos deducir que sólo en los últimos treinta años la capital de provincia se puede haber convertido en auténtico foco de atracción y Carrión esté destinado a ser una “ciudad dormitorio” más de Ciudad Real, aunque también se ha visto favorecida en su red de infraestructuras y desarrollo.
En las cinco primeras décadas del siglo XX, Carrión fue ganando población: 1900: 3.536 hab.; 1910: 3.894 hab.; 1920: 3.899 hab.; 1930: 3.946 hab; 1940: 4.083 hab.; 1950: 4.293 hab. A partir de esta fecha se inicia un ligero descenso debido a la emigración: 1960: 3.404 hab.; 1970: 2.505 hab.; 1981: 2.407 hab. Y a partir de aquí es posible que haya tocado suelo, porque la población de Carrión ha tomado un impulso económico, de progreso y de desarrollo, dado lo cual ha empezado a remontar su población en un continuo “in crescendo”.
Carrión de Calatrava tiene una situación favorable por estar bien comunicado con Ciudad Real y en una red de carreteras con facilidad de acceso a todo lo que es el Campo de Calatrava. También el turismo cultural y rural tienen unas buenas perspectivas de futuro en Carrión por contar con la fortaleza de Calatrava la Vieja, con lo que ello supone a nivel arqueológico, pero también folklórico, dado el auge que han tomado las fiestas que rememoran los duelos y fiestas, las costumbres, las jornadas de gastronomía y los mercadillos medievales. Todo lo cual ha llevado a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha a organizar todos los años las excavaciones en la fortaleza con el fin de ir recuperando para los museos y para la historia los hallazgos y las piezas tan interesantes de este yacimiento.
Y nosotros dejamos a nuestro lado a la hermosa villa de Torralba de Calatrava y vemos como emerge de su blanco caserío la torre de Carrión de Calatrava, que nos hace soñar y meditar con el Campo de Calatrava: meditar con este pasado hermoso de Calatrava la Vieja; reflexionar con este presente, hecho de corazón humano y de tejido urbano, con el que trabaja, vela y se desvela Carrión. Carrión de Calatrava es un pueblo que está hecho para emprender nuevos proyectos, para soñar, porque el corazón está pidiendo siempre más, aunque esté henchido de amor y de felicidad.
