Plaza de toros de Miguelturra. Festival sin picadores. Media entrada.
Se lidiaron cinco erales de Martín Carrasco, manejables en general a excepción del rajado primero. Encastado el segundo, al que se le concedió la vuelta al ruedo. También destacó el buen juego del cuarto.
El rejoneador Víctor Losa: ovación.
Damián Castaño: dos orejas.
Carlos Aranda: dos orejas.
Romera: silencio tras aviso.
El Molinero: dos orejas.
Entretenido festejo en Miguelturra, que sirvió para ver las evoluciones de los toreros actuantes y dos novillos especialmente destacados como fueron los lidiados en segundo y cuarto lugar.
En la faena del matador de toros Damián Castaño predominó el deseo de llevar largo al de Martín Carrasco, que tuvo emoción y arrancadas encastadas algo faltas de humillación. El torero salmantino lo llevó, como quería, largo, aunque en perjuicio de la verticalidad.
Carlos Aranda tuvo que basar su trasteo por el pitón izquierdo pues por el lado diestro el novillo no tenía recorrido alguno. Hubo verticalidad y buenas formas, además de una magnífica estocada cobrada al primer intento.
Romera se gustó tanto a la verónica en el recibo como en la faena de muleta, componiendo la figura con barroquismo y elegancia frente a un muy buen eral de Martín Campos. Con la espada, sin embargo, anduvo muy desacertado.
El Molinero le puso todas las ganas ante a un novillo que derrochó movilidad con posibilidades por el pitón derecho. Por el izquierdo no tenía ni uno.
En el que abrió plaza, el rejoneador Víctor Losa quedó prácticamente inédito ante la falta de acometividad continuada de un novillo que buscó tablas con demasiada insistencia.
