Muchos son los avatares que han marcado el devenir de la historia de Puertollano a lo largo de los 75 años de existencia de Lanza y de todos hemos ido dando cuenta puntualmente a través de nuestras páginas en papel o de la web.
Sin embargo, como no podríamos reflejarlos todos en las páginas de este especial, nos quedamos con algunos de los más destacados, comenzando por el paso de Encaso a Repsol y la historia de una petroquímica ligada a Puertollano.
Y es que la trayectoria de Puertollano como ciudad industrial está ligada, de manera ineludible y forzosa, a la refinería, motor que mueve gran parte del engranaje empresarial de la comarca. Tras el declive y cierre de la minería subterránea puertollanense, el hecho de ubicar en esta zona una refinería se convirtió en un modo de salvar a esta ciudad a nivel económico y poblacional. Las pizarras bituminosas que se encontraban en la zona, millones de toneladas de reservas con una riqueza excepcional, así como el carbón o la caliza, hicieron que este enclave fuera el más apropiado para establecer la única refinería de interior que tiene España. En un primer momento se obtenían en esta refinería combustibles líquidos, lubricantes, productos químicos y productos nitrogenados por medio de la síntesis del amoniaco –es el precursor de lo que hoy conocemos como Fertiberia y que comenzó ligado directamente a esta refinería-.
Nació llamándose Empresa Nacional de Calvo Sotelo (Encaso), con el paso del tiempo llegó a convertirse en la actual Repsol que hoy todos conocemos. Desde aquel año 1952 han pasado ya sesenta y seis años de trayectoria empresarial que han ido, de manera acompasada, con la historia de la ciudad que acoge esta refinería.
La historia de esta refinería está fielmente ligada, en los últimos 66 años, a la historia de la propia localidad de Puertollano, ningún puertollanense puede entender su ciudad sin una industria que ha ido evolucionando y saliendo de las dificultades en las que, en determinadas épocas, se ha encontrado inmersa. En este sentido hay que destacar que la historia de Puertollano está ligada también al devenir de las políticas energéticas marcando su futuro en positivo o en negativo.
La última destilación de pizarra bituminosa se produjo en el año 1965, fecha en la que comienza a ponerse en marcha el concepto de “complejo petroquímico” en su primera etapa que se prolongaría hasta el año 1982, de hecho el proyecto de la primera planta de olefinas se aprobaba en el año 1964. Es en este momento cuando Puertollano se conecta con Málaga a través de un oleoducto y comienza a producir también urea, momento en el que comienza la primera segregación del complejo petroquímico de Puertollano: la zona de fertilizantes se convierte en ENFERSA, el germen de lo que hoy ya es Fertiberia, quedando así desligada totalmente de la actividad petroquímica.
Es también en esta década cuando se implantan algunas factorías dedicadas a la producción petroquímica, como Alcudia dedicada a la fabricación de polietileno de alta densidad y butadieno; la Paular como fabricante de polipropileno; Calatrava para fabricar polietileno de alta densidad y butadieno y Montoro dedicada a la producción conjunta de óxido de propileno y estireno.
En 1974 ENCASO pasa a denominarse ENPETROL tras la fusión de la Empresa Nacional Calvo Sotelo con la Refinería de Petróleos de Escombreras y la Empresa Nacional de Petróleos de Tarragona.
Es en la década de los 80 cuando se realiza la conversión del complejo industrial puertollanense en lo que actualmente conocemos hoy, y es en el año 1987 cuando nace el grupo Repsol afrontando la liberación del mercado petrolero español. A partir de este momento sigue su andadura la refinería de Puertollano, tal y como la conocen los puertollanenses, con diferentes ampliaciones y reconversiones como ha sido la puesta en marcha del FCC y la planta de coquización ya en el año 1990, además de la planta de alquilación en 1991.
Ya en el año 2000 se puso en marcha un nuevo oleoducto desde Cartagena hasta Puertollano con 340 kilómetros de longitud para aumentar la recepción de crudo, una puesta en marcha que hizo cerrar el oleoducto que conectaba la petroquímica con Málaga.
La planta del Mild-Hidrocraking o el recrecimiento de la presa del Montoro, para paliar los problemas de sequía que en algunos momentos se estaban dando, son los últimos pasos que el complejo petroquímico de Repsol, actualmente, ha dado para seguir manteniendo su actividad, además de intentar potenciar la química –que en los últimos años ha venido sufriendo una época de crisis- a través de productos más innovadores.
Es la historia del complejo industrial de Puertollano y, junto a él, la de toda su población a lo largo de estos últimos 66 años.
Cuna del movimiento obrero
Hoy son referencia imprescindible en nuestra sociedad, pero hace 50 años, incluso menos… cuatro décadas, pudiera parecer impensable que coexistieran con el gobierno político. Hablamos del movimiento sindical que surgió, sí nació, en lugares recónditos de Puertollano.
La sierra de Almodóvar del Campo acogió los primeros encuentros clandestinos de unos trabajadores cansados de la situación laboral que padecían en sus empresas, especialmente en las minas. Corrían la década de los 60. Años después, con el fin de la dictadura franquista, las reuniones se trasladan a los antiguos terrenos de RENFE donde había edificios semiabandonados o a la calle Guzmán el Bueno, en el llamado local del cerro donde en 1976 nacieron las primeras Comisiones Obreras en la actual Castilla la Mancha, que por aquel entonces ni siquiera existía administrativamente hablando.
En aquella segunda mitad de la década de los 70, jóvenes trabajadores de la Paular, la conocida Calvo Sotelo, muchos estudiantes salidos de los no menos históricos Salesianos, comienzan a participar en las reuniones con trabajadores más veteranos para hablar de cómo hacer frente a las decisiones de un gobierno franquista carente de libertades políticas y sociales. Los domingos eran el día elegido para reunirse y analizar la situación socio política que se vivía en la comarca y en el resto del país. Tras el análisis, cada uno de los participantes asumía cuál sería su parte de responsabilidad para avanzar en la consecución de libertades.
El paso de los años ha supuesto que esos gérmenes del movimiento social y obrero, el nacimiento de las Comisiones Obreras en 1976, hayan tenido que ir adaptándose a los cambios experimentados por la sociedad y la economía. Hoy los más veteranos sindicalistas se enfrentan a otros problemas; aseguran que intentan hacer ver a los nuevos y más jóvenes trabajadores que los derechos socio laborales no se heredan, sino que hay que luchar por ellos para no perderlos.
Y en la comarca de Puertollano esa pelea parece ir intrínsecamente unida al concepto social de sus habitantes. El carácter industrial del históricamente reconocido como “Faro industrial de la Mancha” ha facilitado que el movimiento social haya encontrado tierra fértil para ir germinando, creciendo y dando sus frutos, y eso a pesar de que la historia ha estado salpicada de dientes de sierra en cuanto a empresas se refiere. Sus trabajadores eran conscientes de que si querían ver reconocidos y no olvidados sus derechos, debían afiliarse a algunos de esos sindicatos con mayor capacidad, más posibilidades y fuerza en la defensa de lo que los empleados consideran propio e irrenunciable.
En las páginas de Lanza, a lo largo de estos años, hemos podido leer la puesta en marcha de muchos proyectos empresariales ilusionantes que –algunos- han ido desapareciendo como el azucarillo disuelto en el café, dejando heridas en ese movimiento obrero y social con cicatrices visibles que hacen que no se olvide de dónde vienen y por qué han de seguir en la pelea. Hoy esos sindicatos, que nacieron hace más de 40 años en la comarca, intentan adaptarse a los nuevos tiempos; a las nuevas demandas de una sociedad que otrora luchó contra un gobierno opresor y que en la actualidad tiene enfrente unos problemas diferentes, quizá más difíciles de asumir por los trabajadores pero que –aseguran los sindicalistas- hacen que las sindicatos continúen siendo hoy imprescindibles en una sociedad como la actual. Y en el quehacer diario, son muchos los representantes de los trabajadores que continúan luchando, dentro y fuera de la comarca, por mantener el status social y laboral de tantas personas que, igual que hace décadas, trabajan para vivir, intentando no dar la vuelta a la afirmación y tengan que vivir para trabajar.
Deimos: De Puertollano al cielo
Sin duda uno de los hitos que hay que señalar en estos últimos tiempos en la ciudad de Puertollano es la implantación de Elecnor Deimos en la ciudad, fue en el año 2010 y a lo largo de tan sólo ocho años ha sabido ir consiguiendo, hito tras hito, en las instalaciones de este centro aeroespacial de Puertollano.
No había precedente alguno en la implantación de una empresa aeroespacial en la ciudad de Puertollano, ni en la propia comunidad autónoma, y Elecnor Deimos apostó, con firmeza, en esta ciudad a la que está poniendo en todos los lugares del mundo, la marca Puertollano llega a través de Elecnor Deimos a todas partes, incluso al espacio.
Fiel representación de estas afirmaciones es el Deimos-2, un satélite construido en el centro puertollanense que capta imágenes de la Tierra y que, en múltiples ocasiones, ha sido de gran ayuda para toda la humanidad. Un satélite que fue lanzado en el año 2015 y cuyo lanzamiento se pudo seguir desde el pabellón de La Central de Puertollano.
Elecnor Deimos es la primera empresa espacial española que ha integrado un satélite en Puertollano. La decisión de esta empresa de asentarse en la ciudad de Puertollano se pone sobre la mesa en una época en la que se daba un auge económico al calor de las energías renovables en lo que se dio a llamar la “Ciudad de la Energía”. Elecnor Deimos decide instalar en Puertollano por el fuerte apoyo que tiene de la administración local y regional y por la buena comunicación que tiene la ciudad en su conexión con la capital española a poco más de una hora de AVE. Éstas fueron dos cuestiones claves a la hora de que Elecnor Deimos abriera su centro aeroespacial en el polígono de La Nava de Puertollano además de contar, también con una gran fuente de conocimiento cercano en la UCLM.
“Nos permitió arrancar, es un mercado difícil porque nuestros clientes no están aquí en España, están en todos los lugares del mundo y hemos ido, poco a poco, metiendo cada vez más actividades dentro de nuestro centro de Puertollano. Empezamos con satélites después seguimos con un tema de vigilancia espacial que ahora está muy de moda y va a traer mucha cola en el futuro porque cada vez volar es más difícil y lo que tenemos en Puertollano va a ser una semilla de lo que será el futuro con todo el tráfico espacial, y por último, los aviones no tripulados que es una revolución y que en las próximas décadas van a ser el futuro, hemos querido estar en vanguardia en Puertollano”, manifestaba Miguel Belló, director general de Elecnor Deimos que apostó, desde el primer momento, por su ciudad natal, Puertollano y que ha hecho que el trabajo que desarrolla esta empresa en la ciudad industrial sea reconocido a nivel internacional.
Elecnor Deimos ha sabido atravesar la crisis económica que azotó, de manera muy dura, a Puertollano, han sabido aguantar esta crisis en Europa y en el mundo y ha apostado por temas vanguardistas para estar presentes en el futuro de la ciudad. Esta empresa aeroespacial cuenta con un centenar de trabajadores que, día tras día, sitúan a Puertollano en la órbita espacial.
Junto al trabajo desarrollado con el satélite Deimos-2 se han ido creando y poniendo en marcha otros proyectos que van dando mayor empaque a esta empresa y que va abriendo sus campos de negocio. Así, aprovechando la cercanía del Valle de Alcudia, en el Puerto Niefla, se abrió el Deimos Sky Survey, desde el que se vigila la basura espacial a través de los limpios cielos del Valle de Alcudia. Otro de los proyectos que se han puesto en marcha, como tercera línea de negocio, en una empresa con claros objetivos de expansión a través de nuevos proyectos, es la construcción de vehículos aéreos no tripulados que pueden trabajar en múltiples tareas y que cada vez son más demandados.
Primera UP en trabajar
Corría la primavera del año 1981 y comenzaba a funcionar sus nuevos engranajes la Universidad Popular de Puertollano, lo hacía sin apenas referencias tras ella y con la vista puesta en un futuro: hasta hoy.
Era la primera Universidad Popular que se ponía en marcha en toda Castilla-La Mancha, la segunda de España –tras San Sebastián de los Reyes-, y se presentaba con una gran oferta de cursos y talleres para dar ocupación a aquellas mujeres –fundamentalmente nació orientada hacia ellas- que disponían de tiempo libre que podían invertir en aprender “nuevas cosas”.
En diciembre de 1980 un grupo de personas se reunían en los locales de la antigua Casa Municipal de Cultura, en la calle Calzada, para poner en marcha este proyecto ilusionante para la ciudad de Puertollano y para toda su sociedad. La UP nació con encuestas a la población que fue preguntada por sus gustos y sugerencias a la hora de poner en marcha la primera programación y conocer sus gustos educativos y socioculturales. La opinión de la sociedad fue un pilar fundamental a la hora de perfilar esta primera Universidad Popular.
Nacía sin esas referencias que puede dar la experiencia de otras ciudades y sus resultados podían ser totalmente imprevisibles, sin embargo el paso del tiempo le ha ido dando nuevos enfoques pero siempre con miles de ciudadanos dentro de esta Universidad Popular.
Con la puesta en marcha de la UP también se hablaba por primera vez de animación sociocultural, cultura junto con educación, participación social, monitores en vez de profesores, clases fuera de los centros educativos… y fundamentalmente se hablaba de la “igualdad” en unos años en los que el autoritarismo había estado presente en todo el país.
La descentralización por barriadas era fundamental para que la UP tuviera una buena acogida y así comenzó a fraguarse, aunque en un principio surgió en el Hogar del Pensionista y en la Residencia de Pensionistas. Las primeras participantes ascendían a 27 y en el año 1983 ya llegó la descentralización y el incremento considerable de matrículas. Aunque en un principio costaba que reconocieran sus carencias educativas para entrar a formar parte del programa, poco a poco se fue consiguiendo, sobre todo gracias a la divulgación que las propias participantes hicieron entre otras conocidas y conocidos.
En los últimos años, el Programa Municipal de Educación Básica de Adultos se ha consolidado, sus actividades se suceden continuamente y el nivel de participación es cada día mayor. Como ejemplo destacar que en el año 2012 se inscribieron 1800 participantes y que en este último curso hay cerca de 5.000 personas que participan en el programa EBA, una cifra total que asciende a 5.800 si se toma en cuenta otros talleres y ofertas formativas de esta Universidad Popular.
Es ya una programación que no puede faltar en ninguna localidad dada la alta demanda que tiene entre la población, la buena aceptación que ha conseguido con el paso del tiempo, la participación de todos los sectores sociales en la misma y, en definitiva, otra forma de acercar la cultura, en todas su vertientes, a la sociedad.
