La atención de las personas con alzhéimer en Manzanares ha experimentado un cambio radical en los últimos meses tras la puesta en marcha del nuevo protocolo de intervención coordinada en situaciones de riesgo. Mecanismos similares han empezado a aparecer en los estados de bienestar occidentales, aunque en España apenas están implantados.
Este nuevo recurso responde al reto marcado por el envejecimiento en las sociedades desarrolladas del siglo XXI, donde la proliferación de enfermedades crónicas supone redirigir parte de los recursos orientados a tratar enfermedades agudas hacia una atención más orientada a los cuidados de larga duración.
Frente a la estricta división de la atención sanitaria con la asistencial que ofrecen los Servicios Sociales, profesionales sociosanitarios pusieron en marcha hace cuatro meses un mecanismo de coordinación integral que pretende avanzar en la calidad asistencial y ofrecer una atención personalizada a personas con demencia diagnosticada.
El protocolo controla ya 9 casos
El neurólogo del Hospital Virgen de Altagracia, Javier Domínguez Bértalo, presentó este jueves a la comunidad de expertos, cuidadores, familias y enfermos este recurso dirigido por un equipo sociosanitario coordinado, en el que hay profesionales del Hospital Virgen de Altagracia, de Atención Primaria, de los Servicios Sociales municipales y de las residencias de ancianos.
En la actualidad, dentro del protocolo aplicado por el Sescam hay nueve casos, ocho mujeres y un hombre, con una media de casi 81 años y una situación de riesgo detectada. Domínguez señaló que “cinco pacientes viven solos”, la mayoría tienen “trastornos conductuales graves” y “más de la mitad no tienen cuidador”.
Así pues, hasta el momento todos los pacientes encuadrados dentro del protocolo presentan situaciones de riesgo. El objetivo es “ofrecer una atención integral a personas que presentan alguna demencia” y que están en situaciones de riesgo, bien por el avance de la enfermedad, o por “déficit de recursos”, “conflictos familiares” o “sobrecarga del cuidador”.
Fin de la división estricta entre áreas
El protocolo garantiza la coordinación entre la intervención sanitaria y la tramitación de recursos a través de los servicios sociales. Así pues, cuando el enfermo de alzhéimer tiene un grado 2 o 3 dentro de los parámetros establecidos por la Ley de Dependencia puede tramitar la ayuda a domicilio o plaza en un centro de día.
Tras acudir a los servicios sociales una vez diagnosticada la demencia, la máquina se pone en funcionamiento. Cuanto antes es mejor, ya que las valoraciones de la Ley de Dependencia tardan varios meses. Domínguez además insistió en que “existen más ayudas de las que pensamos”.
El neurólogo indicó que el protocolo rompe con “la división estricta entre el sector sanitario y los servicios sociales”, donde la mayoría de los especialistas tienen un “conocimiento extrahospitalario limitado” y no siempre tienen los mismos pacientes. “El protocolo acaba con este fallo del sistema”, señaló Javier Domínguez en el contexto de las II Jornadas de Alzhéimer de Manzanares.
Formación para los cuidadores
Entre las novedades que pondrá en marcha este recurso creado a partir de la celebración de estas jornadas está además el impulso de cursos de formación en toda el área de la Gerencia de Atención Integrada de Manzanares, que comprende Membrilla y La Solana. El objetivo es establecer pautas para los “cuidadores” con el fin de evitar la “sobrecarga” y el desgaste habitual que produce el alzhéimer.
El equipo de profesionales que coordinan el protocolo en la actualidad mantienen reuniones mensuales, sacarán informes anuales y además pretenden publicar un manual con recomendaciones para las familias de los enfermos de alzhéimer, ya que los cuidadores “son el pivote alrededor de los que se articula la asistencia profesional”.