Este fin de semana pasado se ha celebrado el Congreso Federal del PSOE en Sevilla. Un Congreso que debía aprobar la Ponencia Marco con todas las aportaciones realizadas por los militantes y elegir al Secretario General del Partido y a la Comisión Ejecutiva Federal.
Dos propuestas llegaban al Congreso defendidas por Alfredo Pérez Rubalcaba y Carmen Chacón. Dos propuestas que cada uno de los asistentes al Congreso han valorado y ponderado. Cada uno ha tenido en cuenta aquello que consideraba mejor para el PSOE a la hora de votar. Y la selección ha sido muy ajustada. Un ejercicio de democracia que no se realiza en otros partidos, con estructuras jerárquicas inamovibles. En el Partido Socialista, se ejerce la democracia en la elección de sus dirigentes como en ningún otro partido aunque todavía queremos más en este sentido.
Y ello crea sus tensiones y sus problemas en los procesos. Tensiones porque cada uno se posiciona a favor de aquello que considera mejor, porque las razones se mezclan con los ejercicios de poder y los sentimientos. Y tensiones porque, en este caso, los poderes mediáticos se implican de una forma importante. Una implicación, decía Gil Calvo, de la izquierda del Público, de la derecha del Mundo y le faltaba mencionar al País (¿). Pero esas son las tensiones lógicas cuando los procesos se hacen públicos y no sólo los interesados sino otros muchos quieren incidir en los resultados con sus opiniones e informaciones porque saben que esa decisión puede tener consecuencias sobre ellos mismos también.
Y en democracia un voto de diferencia es suficiente para decidir cuál es la opción que gana. En este caso ha habido resultados ajustados como los hubo en la anterior elección (en aquella ocasión aún más que en esta), pero llegados al resultado electoral el ganador es el que ha tenido más votos. Y en el Partido Socialista, el ganador es el Secretario General de todos los socialistas. En un partido, por razones de eficacia, por coherencia colectiva, se asume que el ganador cuenta con el apoyo de todos, que todos se sienten implicados en defender ese proyecto que, una vez producido el resultado, es el representante de todos.
Lo lógico también en una votación a la que concurren dos candidaturas es que el ganador quiera llevar adelante su proyecto conformando su equipo y con las personas que saben comparten el mismo. Rubalcaba ha tenido la oportunidad de no hacer una Ejecutiva basada en repartos territoriales, de colectivos o cosas similares. Y ha formado un equipo que ha tenido el respaldo del 80 % de los asistentes al Congreso. Es decir un 30% más de los que le han votado han asumido su capacidad de sumar personas y proyectos. No se puede pretender que el resultado sea el de la votación previa. Es como si alguien pretendiese que en el Gobierno de España hubiese porcentajes de ministros de cada partido según los resultados electorales.
El resultado final es bueno, yo creo que la urgencia también ha sido buena para despejar incógnitas de liderazgo de forma rápida y sobre todo creo que Alfredo Pérez Rubalcaba va a ser un excelente Secretario General de los socialistas porque tiene cualidades para ello y una voluntad de trabajo más que probada.