El nombre de las cosas, de las personas, instituciones y edificios es significativo de sus contenidos. En el Génesis se dice que Dios puso nombre a las cosas para indicar que así se les confería una existencia y una significación. Los nombres antiguos de personas que hoy nos parecen pasados de moda y raros tenían en muchas ocasiones un precioso significado. Eulalio era el bien hablado, Eleuterio el hombre libre o Eugenio el bien engendrado.
Casa de expósitos
Los edificios y las instituciones tienen sus nombres y ello va ligado al significado de su actividad. Expósito es el recién nacido o infante que ha sido abandonado o expuesto (es decir, sometido a exposición, al desamparo) y a menudo entregado por sus padres a instituciones de beneficencia denominadas inclusas o casas y hospitales de expósitos. Durante muchos años, en diferentes pueblos debía existir un lugar donde poder abandonar a estos niños que una persona acogía responsablemente para trasladarlo a la instalación provincial que se encargaba de su cuidado. En muchos casos, eran niños procedentes de partos fuera de matrimonio, o huérfanos de padre en situación de pobreza extrema. Hasta el siglo xviii el índice de mortalidad de los expósitos rondaba el 50%, y según el año llegaban a morir hasta el 80% de estas criaturas.
Para su recepción, había establecidas inclusas en las principales ciudades de España y casas generales en las capitales que recibían niños de las casas subalternas. En estas casas se emplazaba el torno de los niños expósitos con apertura al exterior en el que los padres exponían a sus hijos de forma anónima haciendo en el momento de la entrega sonar una campana.
Los expósitos
Los expósitos debían recibir ropa, alimentación y primeras atenciones en el lugar en el que eran abandonados. Las personas que los recibían los trasladaban a las instalaciones de Diputación para su cuidado. En el establecimiento, había un cierto número de amas de leche pero la mayoría se sacaban a lactar a amas de cría de la misma población o de pueblos cercanos que recibían a cambio un pequeño estipendio.
En 1803 los niños expósitos tuvieron un curioso papel para la sanidad de las colonias americanas. Dado que en ese momento no se disponían de medios y condiciones para trasladar la vacuna de la viruela hasta América se utilizó a un grupo de 22 niños expósitos como transportadores del virus que se inoculó a ciento de miles de personas que quedaron inmunizadas contra la viruela. Los niños de entre tres y nuevo años fueron seleccionados por su fortaleza en diferentes inclusas con la promesa de ser recompensados al llegar a su destino. La expedición fue dirigida por el médico Francisco Javier Balmis y la enfermera Isabel Zendal, recordada ahora con el nombre del hospital madrileño.
La Casa de Expósitos de la Diputación Provincial
La institución provincial necesita mejorar sus instalaciones para esta actividad y para ello encarga al arquitecto Francisco Alonso Martos la redacción del proyecto. Un arquitecto conocido en la ciudad por su proyecto de Colegio para ferroviarios y que había realizado también el edificio de Alcázar de san Juan. Persona vinculada de forma intensa en su trayectoria profesional con el colectivo ferroviario.
El primer proyecto que realiza Alonso Martos lleva en los rótulos de los planos el título de Casa de Expósitos. Un edificio de tres plantas en las que los diferentes espacios se van rotulando con los posibles usos: comedor de nodrizas, recreo de destete, boxes para embarazadas pobres, sala de partos y boxes para embarazadas y huérfanas. En la segunda planta: dormitorio de puericultora, escuela maternal, boxes de nodriza y galería de recreo. El edificio tiene una parte delantera abierta que era espacio de recreo y zona para tomar el sol. La helioterapia era sistema de sanación importante en el momento. En la sección firmada por Alonso Martos en Junio de 1927 se hacían visibles los diferentes pabellones: uno delantero de una planta y otros dos posteriores de 4 plantas y de tres. La planta baja servía de unión entre todas las dependencias. El edificio de la Casa de Expósitos y Maternidad de 1927 tenía un presupuesto de 344. 680,54 pesetas, que en 1932 se amplía con una planta más en Maternidad.
El proyecto de 1928 sigue manteniendo el nombre de Casa de Expósitos. Las dependencias interiores han cambiado de denominación en sus tres plantas, pero la forma general del edificio sigue siendo similar a la anterior. La fachada del proyecto tiene una imagen más elaborada con una galería en toda su planta baja y los elementos volados de la planta primera con un remate de planta algo más reducida en el final de su planta cuarta. Una composición cuidada que presenta un proyecto de especial importancia para la institución provincial.
Proyecto de Maternidad 1930
En 1930 se presenta un proyecto denominado Edificio de Maternidad que es el que actualmente se asoma a la Ronda. Un edificio que en su frente tiene un cuerpo rectangular con el espacio de Sala de ropas y labores en su parte izquierda y comedor y sala de visitas en la parte derecha. Un segundo cuerpo posterior de dimensiones más reducidas que el principal alberga el despacho de médicos y baños. En su parte posterior una comunicación que lleva al hospicio. De 1932, unos alzados del edificio con una versión diferente realizados por el arquitecto Telmo Sánchez.
De 1929 hay una variante del proyecto del edificio delantero rotulado como Escuela de Maternología. En el rectángulo delantero en su parte izquierda se rotula: sala de conferencias, puericultura, biblioteca y museo y en la zona derecha está la sala cuna. En el cuerpo posterior están la cocina, despacho del médico y zonas de servicios. La fachada a la Ronda tiene la composición del edificio actual con un acceso en su punto central y cuatro grandes ventanales a cada lado. Sobresale en el centro la zona ligeramente elevada del conjunto. Una composición clásica en el equilibro de los huecos y de sus volúmenes. La sección dibujaba el cuerpo elevado del volumen central que comunicaba con la zona posterior.
En la actualidad se conservan los edificios de estos proyectos dedicándose la parte delantera a Centro de Exposiciones de la Diputación y la parte posteriores a dependencias administrativas. Una curiosa evolución de la definición de los edificios y de sus denominaciones que pone de manifiesto la evolución de la sociedad.