Guadalmez, con 720 habitantes en la actualidad, está en la comarca del Valle de Alcudia, a 128 kilómetros de la capital provincial. Llegó a tener 2400 habitantes en 1960 bajando de forma rápida en esa década y continuando el descenso de población en las décadas siguientes hasta llegar a la población actual.
La geografía del lugar
Geográficamente se sitúa en el borde Oeste de la provincia en una posición limítrofe de la comunidad de Castilla-La Mancha con Andalucía y Extremadura. Una zona en la que se unen las zonas del valle de Alcudia, la Serena (Extremadura) y Los Pedroches (Andalucía).
Un saliente en la forma del límite provincial deja al sur la provincia de Córdoba con poblaciones como Santa Eufemia y el pico del Horcón con 839 metros de altura. Y más al sur El Visa, Villaralto, El Gijo, Torrecampo y Pedroche en la comarca de Los Pedroches. En esta zona sur, Guadalmez se separa de la zona de Córdoba por montes con elevaciones como el cerro Prieto (541 m) y el cerro de la Plata (529 m). En el oeste unas elevaciones montañosas separan la zona de la comarca de La Serena con alturas como las del cerro Abulagar que llega a los 566 metros o Doña Justa en la cota 803. Y en esta zona el embalse de La Serena.
El rio Guadalmez recorre el territorio en dirección sureste a noroeste hasta llegar a encontrase con el rio Zújar. Hacia el norte los montes en torno al rio forman la sierra de las Hoyuelas y la de Peña Barriga que en su otra ladera se encuentran con el arroyo del Tamujar. En la sierra de la Moraleja hay pinturas rupestres del Paleolítico.
El municipio está a 362 metros sobre el nivel del mar con este entorno diverso de los límites de las tres provincias. Una geografía en la que la orografía con las diferentes formaciones montañosa y la presencia de los cauces fluviales conforman un entorno singular de especial belleza paisajística.
Las formaciones vegetales
El valle del Guadalmez tiene unas condiciones singulares climáticas derivadas de su geografía. De acuerdo con los datos de temperatura de la provincia, es el municipio con una media anual más alta de toda la provincia de Ciudad Real. Y junto a ello un nivel de lluvias superior a la media de la provincia. Un espacio en los que la geografía acaba de conformar una condiciones climáticas singulares ligeramente diferenciadas de las del resto de la provincia.
Estas condiciones dan lugar a una vegetación formada por acebuches, espinos, piruétanos, lentiscos, romero, cantueso, aulaga, cornicabra, jara pringosa y enebro en la solana de sus montes y sierras; y a los helechos, ruscos, peonías, durillos, madroños, alcornoques, robles melojos o rebollos y quejigos, en las umbrías. Importantes espacios de encinar en todo el valle. En los márgenes del rio Guadalmez árboles como fresnos, álamos, tarais, sauces, y adelfas, zarzas, tamujos y juncos.
La historia
A lo largo de los siglos diferentes huellas de la cultura material van dejando testimonios de las poblaciones que habitaron este lugar. En la cueva del Candil hay una gruta situada en la sierra de La Moraleja con pinturas rupestres del Neolítico.
Romanos y visigodos dejan sus huellas en los Balasanes y en la villa de la Tejera. En el yacimiento de “La Calera”, en la ladera del cerro Abulagar, se encontró un cuenco con decoración epigráfica con el vocablo Al Malik (El Rey). Conquistada la zona por Fernando III hacia 1227, y tras la toma de la ciudad de Córdoba, estas tierras pasarán a formar parte del Concejo cordobés. En esa época, la población, que antes se encontraba en Aznaharón, bajará al valle y levantará un pequeño asentamiento, Las Casas de Domingo Estevan, que con el tiempo pasará a denominarse Aldea de Guadarmes. En 1516, Don Diego Fernández de Córdoba y Arellano, I Marqués de Comares y Alcaide de los Donceles, entregará a los habitantes de la aldea la Carta de Censo Enfitéutico, auténtico fuero agrario.
Tras la muerte del último Marqués de Comares, Guadalmez pasará a manos de los Duques de Medinaceli, quienes en 1799 venderán su señorío de Chillón a la Corona. Y en 1833, la aldea, que hasta esa época había pertenecido al antiguo Reino de Córdoba, será encuadrada dentro de la nueva provincia de Ciudad Real y de su Obispado.
En el siglo XIX, el ministro y presidente del Consejo de Ministros, Segismundo Moret y Prendergast, construyó el Palacio que lleva su nombre y que estableció una hacienda que sirvió de laboratorio agrario, donde se probaron las últimas tecnologías agrarias de la época. Por fin la Aldea conseguirá segregarse de la villa de Chillón en 1927, constituyéndose desde entonces en municipio independiente en la provincia de Ciudad Real.
Su economía y su estructura urbana
De acuerdo con los datos estadísticos del 2023, el 30% de la población trabaja en el sector agrícola, el 17% en a la industria y el 53% restante en el sector servicios. Cultivos dedicados fundamentalmente a herbáceos y olivares en sus cerca de 1200 hectáreas labradas. Cerca de 3.000 hectáreas están dedicadas a pastos especialmente de ganado ovino y, en menor medida, caprino.
El municipio tiene una estructura regular con calles que se orientan en dirección NE-SW con manzanas rectangulares en las que se ubican parcelas que tienen fachada a dos calles. Calle Ayuntamiento, Medinaceli, Santa Teresa, Cervantes, Ramón y Cajal o la calle Lirio marcan la dirección principal de los viarios que se cruzan con otras transversales como la calle Estación que lleva a la plaza de la Constitución. Las parcelas de planta rectangular acogen las viviendas, habitualmente de dos plantas que dejan espacios libres importantes en su interior.
El 21% de la superficie total de sus edificios es de la década 1940, el 16,23% de la década de los cincuenta el 7% de la década de los sesenta, otro 7% de la década de los setenta, el 9,73% de la década de los ochenta y un 16 y 14 % de las décadas de los noventa y de la primera década del siglo XX. Ello habla de una renovación intensa desde 1990 a la actualidad que afecta al 30% de la superficie de las construcciones de la localidad frente a un 38% de construcciones comprendidas desde 1940 a 1960. La arquitectura popular tiene chimeneas en las casas más antiguas del pueblo, de estructura tronco-piramidal. Los zaguanes tienen decoraciones con pinturas murales de temas costumbristas o paisajes y los chozos de pastores, circulares con zócalo y suelo de piedra.
La iglesia Parroquial de San Sebastián datada en el siglo XV, construida con materiales sencillos, ha experimentado numerosos cambios y reparaciones. Sobre el rio Guadalmez se levanta el puente de las Arenas del siglo XIX, con seis ojos de medio punto sostenidos por tajamares cilíndricos.
Una población con un entorno natural especialmente atractivo y una estructura urbana peculiar por su ordenación regular y el mantenimiento de edificios residenciales de gran sencillez que conforman una unidad urbana.
