29 septiembre 2023
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La Fonda de la estación de Alcázar de San Juan

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Imagen de la Fonda de la Estación de Alcázar
Diego Peris / CIUDAD REAL
La estación fue inaugurada el 20 de junio de 1854 con la apertura del tramo Tembleque-Alcázar de San Juan de la línea férrea entre Madrid y Almansa, que prolongaba el trazado original entre Madrid y Aranjuez y que tenía por objetivo final llegar a Alicante. El trazado fue construido por parte de la Compañía del Camino de Hierro de Madrid a Aranjuez, que tenía a José de Salamanca como su principal impulsor

Alcázar de san Juan ha tenido una relación intensa con el ferrocarril como importante centro de comunicaciones y de servicios ferroviarios. Su estación y sus instalaciones han evolucionado a lo largo de décadas con las demandas de usuarios y los cambios tecnológicos, Con el paso del tiempo su importancia ha ido acomodándose a los nuevos trazados y funciones, pero sus instalaciones permanecen como memoria del trabajo de otros tiempos, como recuerdo conservado de la vida de muchas de las personas vinculadas a su actividad.

La estación de Alcázar de San Juan

Inaugurada originalmente en 1854, históricamente Alcázar de San Juan ha sido uno de los principales nudos ferroviarios de la red española al ser el punto de bifurcación de las líneas radiales que unen Madrid con el Sur y el Levante español. Con la apertura en 1992 del nuevo acceso ferroviario a Andalucía, al igual que otras muchas estaciones, Alcázar de San Juan ha perdido importancia en el contexto ferroviario. Aun así, la estación mantiene un importante tráfico de pasajeros y mercancías.

La estación fue inaugurada el 20 de junio de 1854 con la apertura del tramo Tembleque-Alcázar de San Juan de la línea férrea entre Madrid y Almansa, que prolongaba el trazado original entre Madrid y Aranjuez y que tenía por objetivo final llegar a Alicante. El trazado fue construido por parte de la Compañía del Camino de Hierro de Madrid a Aranjuez, que tenía a José de Salamanca como su principal impulsor.

En 1889 se proyectó un nuevo edificio para la estación con dos alturas. La planta inferior, con 452 metros cuadrados y de morfología rectangular, albergaría en su zona central el salón principal de la fonda. El extremo del edificio (dirección Madrid) se reservaría para el establecimiento de un salón de descanso y para dos salones reservados y en el lateral opuesto se instalaría la cantina, la cocina y la despensa. Este nuevo edificio estaría prácticamente terminado en el año 1892. Los largos desplazamientos en ferrocarril hacían necesarias instalaciones singulares en el conjunto de la estación. La Fonda era lugar obligado de parada para reponer fuerzas. Y por sus condiciones de funcionamiento, su horario prolongado de apertura se convertía en un espacio visitado por muchos vecinos del municipio y lugar apreciado para diferentes celebraciones.

La Fonda de la estación

La Fonda era parte importante del edificio de la estación. Un espacio de planta rectangular con cuatro huecos de acceso en cada uno de sus lados mayores con puerta cristalera rematada por arco rebajado en su parte superior y otro hueco de iluminación de dimensiones más reducidas encima de cada una de las puertas. Todas sus paredes estaban cubiertas con decoraciones de diferentes objetos que creaban un ambiente singular en el conjunto. En uno de sus lados estaba el mostrador con un frente de madera y un paramento peculiar que servía de fondo al conjunto. La publicación Tesela del Patronato de Cultura del ayuntamiento de Alcázar de san Juan en 2018 hacía un recorrido por la historia de la Fonda y sus diferentes etapas.

Coincidiendo con la culminación de la línea entre Manzanares y Ciudad Real, en el año 1861 se produjo la primera ampliación del primitivo edificio de viajeros para albergar al nuevo servicio de la fonda. Es a partir de este momento cuando tendremos la primera referencia documental sobre la existencia de este espacio hostelero dentro de la estación de Alcázar de San Juan.
En 1887 el concesionario de la fonda era Mariano García. Esta concesión duraría hasta el mes de agosto de 1890. Mariano García dejaría vacante la explotación y esta pasaría a manos de Cecilio Murillo Amellás que se hizo cargo de la instalación en el año en el que, además, habían dado comienzo las obras de construcción del nuevo edificio de la fonda. La nueva edificación se proyectó ya en dos alturas. En los primeros años del siglo XX la fonda es lugar de diferentes actividades: llegada de autoridades, celebraciones y bodas. En 1909 la fonda se arrienda a los hijos de Cecilio Murillo, inicialmente a través de su tutor ya que eran menores de edad. El contrato de 1909 se firma con

Julio Lescarboura tutor de dos de los hijos de Cecilio, menores de edad.
Don Manuel hijo de Robustiano les da un nuevo impulso a los dos negocios. La cantina la surte de más artículos como cafetera, mesas y una estufa, ya que, por la noche, al no cerrar el local, el frío acuciaba. Hay que recordar que estaba abierto las veinticuatro horas. Los cantineros eran Pascual Olaya y Braulio Castillo. La mayoría de los clientes que tenía este establecimiento eran ferroviarios que también pasaban a la fonda.
José Ángel Gallego Palomares da cuenta en su obra titulada Alcázar de San Juan: ferrocarril y desarrollo (1850-1936), y en otras desarrolladas con posterioridad, cómo fue creciendo la actual calle Álvarez Guerra. Este es el momento en el que se instala la azulejería en todas las paredes del recinto

Los azulejos de la fonda

Los paneles de azulejos que decoran la fonda y sala de espera de la estación del ferrocarril de Alcázar de San Juan proceden del taller de Mensaque Rodríguez en Triana. Su origen hay que buscarlo en la relevancia que adquirieron los talleres trianeros con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929. El encargo de los paneles quijotescos para la estación de tren de Alcázar de San Juan debe ponerse en relación con las obras de mejora de las instalaciones efectuadas a mediados de la década de 1920. Los azulejos se dividen en dos espacios claramente separados: la fonda y la sala de espera (que en su día fue salón de la fonda). El 21 de octubre de 2016, la Azulejería de la Antigua Fonda de la Estación de Ferrocarril fue declarada Bien de Interés Patrimonial, con la categoría de Elemento de Interés Patrimonial. El acuerdo del ayuntamiento con ADIF hizo que el año 2018 se realizara una primera adecuación del espacio para su uso como centro cultural.

En abril de 2017 la alcaldesa de Alcázar de San Juan se reunía con representantes de Adif para iniciar los trámites que permitirían utilizar el espacio de la antigua Fonda de la Estación de ferrocarril como centro de recepción de viajeros y sala alternativa para exposiciones y eventos culturales. Una `primera renovación en la que ya no existen los elementos de decoración y uso de la Fonda habilitando el espacio para diferentes actividades culturales.
La adecuación como espacio cultural.

Ahora, en 2022 se ha realizado una rehabilitación en profundidad del espacio. Conservando las cualidades del espacio arquitectónico con sus dimensiones y sus huecos de acceso se ha colocado un falso techo de listones de madera que mejora sus condiciones acústicas, dejando en parte vista la antigua estructura de cubierta, se han rehabilitado paramentos, puertas y pavimento con un acabado continuo en color gris, creando un nuevo aspecto en la sala que será lugar de posibles actividades culturales de todo tipo. Posteriormente se instalan paneles, gráficos y elementos que convierten el espacio en un Centro de Interpretación recordando su historia y permitiendo la celebración de diferentes actividades culturales. Una buena forma de mantener viva la memoria de un espacio vinculado íntimamente a la historia ferroviaria de Alcázar de san Juan, es decir a la vida y a la actividad ferroviaria de las personas vinculadas a ella.

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