LLEDO, GABILONDO Y LA CULTURA.
Emilio Lledó en su libro Elogio de la infelicidad dice que la palabra filosofía es una creación ateniense. Philos significa “tendencia”, “apego”, “proclividad”, “agrado”, “pertenencia”, “propiedad” y en un estadio posterior de la lengua griega significa amigo. Sentirse “philos” significa salir del singular y único espacio de nuestra mismidad y tender a algo que no somos nosotros mismos.
Sophos, sabio, fue en un principio el que “sabía hacer”, el que era hábil para algo. Así eran sabios los artesanos o un auriga o un médico o un timonel. También sophos significará, listo para cuestiones prácticas, sutil, ingenioso. Filosofía significa esa tendencia innata ya a los hombres, por descubrir el mundo en el que se encuentran y descubrirse a sí mismos, también como microcosmos. Este aprendizaje con las cosas, partiendo de la continuada tensión con la experiencia, supuso la familiaridad con las condiciones concretas de la mundanidad y con la pasión, el amor, por utilizar ya la palabra tradicional, por el conocimiento.
Dos filósofos como Ángel Gabilondo y Emilio Lledó conversaban ayer viernes en el Museo del Quijote sobre la obra de Cervantes. Y la sala prevista para unas ochenta personas se quedó pequeña y se habilitó otra con una pantalla y altavoces y una tercera y nos reunimos unas doscientas personas para oír a hablar a dos filósofos sobre Cervantes y el Quijote. Curiosa demostración que la cultura de calidad sigue suscitando intereses, de que en esta ciudad dormida para muchas cosas, sigue habiendo inquietudes culturales que pueden y deben atenderse desde programaciones cualificadas como esta que hemos tenido estos tres días en Ciudad Real, hablando de cine, de filosofía y de literatura sobre el Quijote.
Gabilondo y Lledó hablaron de la melancolía como fuerza que nos inquieta y nos lleva a nuevas búsquedas y a nuevas ilusiones y don Emilio enseguida citó a Aristóteles y su visión de la melancolía. Una visión del Quijote desde el humor, desde la ironía, desde la no conformidad como impulso a realizar nuevas aventuras. Porque el satisfecho, está finiquitado, está acabado, está finado decía Gabilondo. Una visión desde la ironía como distanciamiento como perspectiva vital que cuestiona las cosas para salir a la búsqueda de nuevas razones y argumentos. Y una búsqueda desde la pasión porque sin pasión no hay conocimiento.
Juan Cruz planteaba preguntas, contaba experiencias personales en un diálogo que se hizo breve que congregó a cientos de personas para filosofar sobre el Quijote para reflexionar sobre la cultura y la vida. Ciudad Real ha tenido una excelente programación de las actividades que la Diputación provincial ha planteado en diferentes localidades sobre la obra de Cervantes. La ciudad de las palabras que describe Platón (Gabilondo decía que Platón había copiado a don Emilio) es una ciudad ideal. Una ciudad en la que la lectura, el pensamiento mantiene las ideas la capacidad de ver, de pensar, de apasionarse y de encontrarse en la comunidad en ese intercambio.