LA VENTA DE BORONDO.
La Asociación Cultural Venta de Borondo se constituía en Daimiel el pasado Viernes 7 de Octubre para reivindicar los valores de la Venta y la necesidad de conservarla.
¿Porqué mantener un edificio de arquitectura popular en estos tiempos?
- La primera razón es `porque las ventas fueron de los siglos XVI al XVIII referentes importantes en el territorio definiendo hitos, estableciendo referencias en los caminos que recorrían la Península. Eran los albergues necesarios para poder recorrer las distancias que los medios de transporte permitían en esos momentos. Y aunque hayan desaparecido esas condiciones, permanecen en el territorio como hitos, como marcas que nos hablan de la ordenación y de las referencias en el conjunto de nuestro paisaje.
- En segundo lugar porque son referentes de la arquitectura tradicional manchega. El edificio de la venta de Borondo dejó de tener sus funciones como venta ya hace más de doscientos años. Desde entonces su uso como casa de labor como albergue de tareas agrícolas ha ido cambiando y modificando su fisonomía.
Muchos de sus espacios se han transformado, han cambiado sus funciones, se han añadido nuevas dependencias y nuevas actividades han conformado un conjunto especialmente complejo, con cerca de mil metros cuadrados de superficie.
Pero todos esos cambios han conformado un conjunto construido que tiene una armonía en su globalidad y que en esas modificaciones, en esos cambios y superposiciones ha llegado a nosotros como un modelo de tipología constructiva con el cuerpo principal de la casa patio y los añadidos de diferentes épocas y usos.
Esas alteraciones, esos cambios realizados en el tiempo son uno de sus valores que definen la realidad construida actual.
- El edificio conserva en su estructura todo un repertorio de sistemas constructivos tradicionales que son modelo de la forma de construir en un medio singular como La Mancha. Muros de tapial, elementos de revestimiento de paramentos, carpinterías de madera de puertas, ventanas, estructuras de madera en cubiertas, pavimentos de piedra… Y a ello se añade la superposición de elementos de arquitectura culta que en algún momento quieren dar una nueva dimensión formal y representativa al edificio.
- Estos valores son reconocidos y apreciados por la comunidad que por ello decide constituir una asociación para la defensa y mantenimiento del inmueble. Valores que han sido reconocidos colectivamente con la declaración del conjunto como Bien de Interés Cultural. Una declaración que es un reconocimiento de sus valores, pero que debe ser también un compromiso para su mantenimiento y conservación. Compromiso asumido por los ciudadanos y por las administraciones que los representan: local, provincial y autonómica.
La demanda inicial es la de garantizar su conservación y para ello hacen falta actuaciones urgentes de reparación de la cubierta, de arreglo de los muros del torreón que con sus adobes al descubierto amenazan ruina. Una actuación ajustada en sus presupuestos y en sus demandas que debe ser atendida de forma urgente para evitar que puedan producirse deterioros aún mayores. Garantizada la estabilidad del edificio podremos reflexionar conjuntamente sobre su uso futuro, planificar una estrategia pausada de recuperación y convertir la venta de Borondo en un nuevo referente en el territorio, modelo constructivo y tipológico de la arquitectura tradicional manchega.