Lo menos importante en ella es el oficio, aunque se sienta terriblemente orgullosa de ser periodista, en ella lo importante es cómo hace las cosas. Ahí radica su éxito, muy probablemente.
Comenzó en prensa escrita, fue corresponsal en Praga, China, pasó por Alemania… se dedicaba a la información internacional y ejercía un periodismo tradicional: busca la noticia, redacta, publica. Pero no sería justa si pasara por alto cómo siendo tan joven, veintitantos años, era corresponsal de un periódico como Abc. Después de hacer el máster, se hizo un hueco porque… hablaba cuatro idiomas. Las musas le habían pillado con el trabajo hecho y le encargaron más.
Tras ayudar a fundar el periódico La Razón, fichó por el antiguo Wanadoo,revolucionó los portada en los que trabajó y posicionó el de mujer en el top nacional e internacional, con un millón de usuarios únicos. Pasó por la revista Mujer hoy y también dejó su versión digital como número uno, con casi tres millones de usuarios únicos. Y ambos trabajos con la mujer como protagonista pero “su mujer” no solo se pintaba los labios o iba a la última, iba mucho más allá: pensaba y opinaba. Y se anticipó a lo que estaba por llegar porque supo ver que el mundo digital había llegado para instalarse definitivamente en nuestras vidas.
Proyecto Personal
Cuando tuvo a su segundo hijo se encontró con que no tenía trabajo, ajustes de plantillas y posturas empresariales en las que primaba el papel “y yo, cuando no tengo que estar en un sitio… prefiero irme”. Eso le empujó, sin ni siquiera darse a cuenta a poner en marcha su proyecto.
“Con lo que sabía empecé a hacer diferentes portales”, ella misma los creó desde cero, no necesitaba a nadie para que le confeccionara la página y “fue el último, uno de trabajo, el que tuvo más tirón”. Se refiere a Womantalent que más que una página al uso es un punto de encuentro de mujeres profesionales y empresarias. Le pregunto por qué triunfó esta web y no otras y habla del off. Ahí está la clave porque el mundo digital y las relaciones que se pueden establecer en él carecen de sentido si no se trasladan al mundo presencial. Dice que “voy despacio, no tengo prisa y no me comprometo con nadie que me quite libertad”, habla de Womantalent que ha terminado por convertirse en un club que “impulsa a las mujeres para que puedan ofrecer su mejor talento”.
Y para ello fomenta el networking “que es lo contrario a ir a vender, a un networking tienes que ir para ayudar a otros, para colaborar con otros y que puedan aprender lo que tú sabes. Y cuando das es cuando pueden surgir oportunidades. Tiene un punto de altruismo y si no es así, huele mal”.
Teniendo en cuenta que puso en marcha su proyecto más personal en 2014, el hecho de que en septiembre de 2016 presentara su “Guía para el avance de la mujer profesional” dice mucho de esta mujer inquieta y resolutiva. Para ese libro contó con la colaboración de diferentes profesionales desde directoras generales hasta emprendedoras y autónomas, de todos los sectores: desde el periodismo hasta la directiva de empresarias.
Ahora, en concreto el próximo día 13, presenta la segunda guía pero en esta ocasión ha contado con hombres para que le cuenten cuáles son los problemas de las mujeres en el entorno laboral y cuáles, las soluciones. Y para ello, ha acudido a los presidentes, directores generales y consejeros delegados de empresas y entidades como Endesa, Opel, Mapfre, Mutua Madrileña, Bankia, Banco Santander, CEOE… Una presentación que promete ser interesante, además de una de las más potentes de este mes en Madrid por la cantidad de altos directivos que reunirá en un mismo espacio.
Branding y liderazgo
Pero hasta llegar ahí, ha seguido especializándose en temas como branding y liderazgo. Conceptos que van más ligados de lo que a priori parece. El branding, la marca personal que siempre ha existido, cobra en estos tiempos una especial importancia gracias a las redes sociales que permiten “hacer entender a los demás lo que eres y no lo que tú dices que eres. Siempre sigo la máxima de Sócrates que dice algo como: ‘Alcanzarás grandes logros, esforzándote en ser lo que quieres parecer’, porque una cosa es lo que dices que eres y otra lo que los demás dicen que eres”. Me explica que cuando aportas, te siguen y de ahí a convertirte en un líder hay un paso. “El liderazgo no es mandar”, asegura.
Vuelve a anticiparse Recio cuando sabe de la existencia de AIME o lo que es lo mismo, Asociación de Interim Management de España. Tanto es así que casi desde el principio está en la junta directiva de este colectivo que desde hace un tiempo está presentando una nueva forma de contar con un alto directivo que puede aportar a una empresa “el mejor talento al mejor precio, que en la cultura anglosajona está muy aceptado pero en la latina… no tanto”, cuenta. Un interim es un ejecutivo, casi siempre alto, que trabaja por proyecto y con el que ciertas empresas, pequeñas o startups, no podrían contar por lo elevado de su nómina si tuvieran que tenerle fijo en plantilla. Este concepto cada vez se va implantando más en nuestro país y es también una manera de dar salida a un talento sénior, muy bien remunerado, al que no le importa no trabajar con un contrato fijo.
Y una, cuando habla con esta mujer a la que parece le estiran el día y se lo hacen de 30 horas como mínimo, se pregunta ¿no se cansa? Hablamos durante un largo rato, en el que apenas le he preguntado porque nos conocemos desde hace casi 30 años, aunque estuvimos más de un cuarto de siglo sin saber la una de la otra, nos reencontramos entrevistándola para un programa de radio en el que descubrimos que habíamos dado nuestros primeros pasos juntas en el periódico santanderino Alerta. Y desde entonces no la he visto parar. Es pura pasión la que proyecta en los proyectos en los que se embarca y está claro que tiene ojo, porque por donde pasa la hierba sí crece, y además, lo hace fortalecida.