Este año 2022 el recorrido por la provincia de Ciudad Real lo quiero hacer de la mano de algunos de los arquitectos naturales de la provincia o que tienen obras de especial interés en su territorio. Para ello he seleccionado un grupo de arquitectos y obras que nos permitirán realizar este recorrido. Algunos de ellos con obras muy conocidas y otros con pequeñas construcciones que quiero rescatar en ese diálogo de las obras y sus autores.
Los comienzos
Como en el año 2021 he recorrido la provincia de Ciudad Real a través de la selección de edificios históricos significativos, este año quisiera acercarme más al momento actual. Pero como recuerdo de la historia y de siglos pasados traigo un nombre especialmente representativo de otros momentos como es el de Alejandro Núñez de la Barrera, persona asociada al desarrollo de la arquitectura barroca en la provincia de Ciudad Real. Dos de sus obras principales son una buena carta de presentación: la iglesia de los jesuitas de Almagro y la iglesia de san Carlos del Valle. Dos modelos de su buen hacer como constructor y de su conocimiento de los tratados de arquitectura de la época y sobre la construcción en ese momento. En ese siglo los tratados de arquitectura eran los manuales de referencia sobre las formas y sistemas constructivos. Y ejemplos como el de fray Lorenzo de san Nicolás abren el camino para la realización de cúpulas encamonadas. Novedades que serán aprendidas y utilizadas por los Núñez de la Barrera en sus obras.
Los principios del siglo XX
Del comienzo del nuevo siglo cinco representantes escogidos. Martínez Villena realiza el proyecto del ayuntamiento de Tomelloso en 1904. Sebastián Rebollar tiene una trayectoria intensa en Ciudad Real y en su provincia como arquitecto municipal, provincial y diocesano con obras singulares en la capital como el Casino, el Banco de España de 1903 y la Diputación provincial. Obras comenzadas algunas de ellas en las décadas finales del siglo XIX como el Casino de 1887 o la Diputación provincial de 1893.
Telmo Sánchez proyectó en 1920 el edificio del ayuntamiento de Manzanares que establece una referencia en el conjunto de la plaza principal de la población definida en uno de sus lados por la iglesia de la Asunción. Será el arquitecto que reforme muchas de las obras de Rebollar con sus intervenciones en el casino, en la catedral o en los nuevos edificios para el Hospital provincial. Años después, en 1932, Mateo Gayá presenta un lenguaje renovado en el Banco Español de Crédito en la plaza del Pilar de Ciudad Real. Y otro arquitecto municipal, José Arias conserva el lenguaje racionalista en diferentes obras públicas y privadas en Ciudad Real, como en el Mercado, en la Cámara de Comercio o en la Casa de la Radio. Y en esa primera mitad del siglo XX Roldán Palomo proyecta la población de Villanueva de Franco y el último Pabellón del Hospital provincial con una especial calidad. Un arquitecto con una obra extensa en la provincia que analizaremos más detalladamente. Tiempos que, junto a la evolución de los autores de las obras, nos van introduciendo en los nuevos lenguajes de la arquitectura en cada una de las décadas del siglo XX.
Los años cincuenta y sesenta
De estas décadas cuatro representantes especialmente interesantes. Fernández del Amo realiza el proyecto de Villalba de Calatrava declarada conjunto histórico con una especial calidad en su diseño urbanístico y en espacios singulares como la iglesia, que cuida en su diseño global y en los elementos decorativos de su fachada y espacios interiores. Luis Cubillo de Arteaga trabaja para el obispado de Ciudad Real definiendo un proyecto tipo de pequeñas iglesias rurales que se construirán en pequeñas poblaciones en estos momentos con ejemplos singulares como los de Belvis o Luciana. En los años finales de esta década el desarrollo del turismo promueve la construcciones de instalaciones hoteleras en la carretera como el Motel el Hidalgo de Lamela en Manzanares. Y junto a ello el desarrollo residencial como ocurre en Ciudad Real con la cooperativa de Pio XII proyectada por Mosteiro. Un ejemplo de desarrollo residencial realizado con el impulso cooperativo, de máxima austeridad y que es un buen modelo del desarrollo de la vivienda obrera en esas décadas.
Ya en la década de los sesenta la presencia de arquitectos como Miguel Fisac con más de treinta obras en la provincia de Ciudad Real y que en la capital proyecta la Casa de Cultura en 1957 y décadas posteriores las viviendas del barrio de la Granja. Luis Moya que ha restaurado la iglesia de Manzanares proyecta para los Marianistas en un lenguaje nuevo para él el nuevo aulario realizado con estructura metálica y una solución novedosa en su distribución.
En 1971 Fernando Higueras proyecta el edificio del Ayuntamiento de Ciudad Real que introduce su lenguaje de fuerte personalidad en el contexto de la plaza mayor de la ciudad y que establece el contraste de sus formas enérgicas en un espacio en el que se encuentra fuera de contexto.
Las décadas finales
De la década final del siglo XX buenos ejemplos de la arquitectura cualificada que llega de la mano de los proyectos impulsados por la administración y que suponen una renovación esencial de la ciudad. Antonio Fernández Alba proyecta la ordenación general del campus universitario y muchos de sus edificios como la facultad de Químicas, el Aulario, la Biblioteca y el edificio Politécnico. Su hermano Ángel Fernández Alba proyecta en Ciudad Real el edificio del nuevo Hospital general Universitario y posteriormente dos actuaciones como el Conservatorio de Música y el parque Juan Pablo II.
Otro equipo de arquitectos como Angela García de Paredes e Ignacio Pedrosa tienen actuaciones especialmente cuidadas en la provincia. Una de ellas, que representa un sector de especial interés, es su actuación en Bodegas Real con la construcción de los Umbráculos y diferentes edificios de equipamiento exterior del conjunto ya en los primeros años del siglo XXI. Equipo de arquitectos que tienen obras singulares en nuestra comunidad autónoma como el Auditorio en la hoz del Huécar en Cuenca o el Espacio Torner en esa misma ciudad.
En esa década también el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra proyecta el edificio de los Nuevos Juzgados en una zona de nuevo desarrollo con su gran frente acristalado. Y en otro lugar de la provincia, en Alcázar de san Juan, el equipo de Ignacio Vicens y José Antonio Ramos Abengózar construyen edificios de especial calidad como la residencia de ancianos o el edificio de Consermancha. Un excelente ejemplo de cómo la presencia de arquitecturas cualificadas puede cambiar la realidad de nuestros municipios desde su presencia como servicios públicos y como referentes de ordenación del conjunto.
Un recorrido en el que he debido seleccionar obras y autores entendiendo la calidad de todos ellos y el interés que puede tener su obra en el conjunto de la provincia. Un recorrido que, de manera más detallada, realizaremos a lo largo de los meses del año que empieza y que puede ser un camino para conocer la realidad construida de nuestro entorno.