En la Puerta de Santa María, en el solar que ocupaba el Banco de España se levanta un edificio singular para albergar diferentes servicios de la administración del Estado. El edificio del Banco de España se construyó en 1985 como Sede del Banco de España, que se trasladó desde su edificio de la plaza del Pilar. Un proyecto realizado en su momento por los arquitectos Blein y Sánchez de León. De ese proyecto primitivo se mantienen las cámaras acorazadas, realizadas en hormigón con un doble muro de gran espesor, pintado en color añil, en una visión singular sobre la que, ahora, apoya la nueva arquitectura.
El edificio y la ciudad
El nuevo edificio, proyectado por el estudio de Cesar Ruiz Larrea, tiene dos volúmenes diferenciados: uno de cinco plantas y el otro de dos, orientados con su frente a la Ronda de Santa María, de tal manera que se establecen como telón de fondo de la puerta del antiguo convento de las Dominicas. Los dos volúmenes se unen por un volumen bajo de cristal que articula los accesos al edifico. En un solar complejo con su frente a la rotonda de la Puerta de Santa María, el edificio trata de implantarse estableciendo un difícil diálogo con su entorno.
Cesar Ruiz Larrea nacido en 1950 trabaja de forma especialmente cualificada en la sostenibilidad de los proyectos que realiza. “Trabajamos en un nuevo paradigma que la sostenibilidad exige para enfrentarse a los problemas que el masivo crecimiento demográfico ha generado (destrucción del medio ambiente, cambio climático, despilfarro energético, etc.). Desarrollar este compromiso ético con un nuevo lenguaje formal que lo exprese es la línea conductora de la investigación arquitectónica del estudio desde hace más de 30 años”. Un volumen independiente del entorno del solar, con su volumetría rotunda y clara para definir así una nueva presencia en la ciudad. Un entorno en cuya proximidad se levantan edificios de grandes dimensiones como el antiguo Hospital del Carmen o el Seminario.
La planta tipo se organiza con un eje técnico central, en el que se sitúan las comunicaciones verticales, aseos, y espacios que sirven a las áreas de trabajo organizado como una oficina abierta relacionada con el exterior. El edificio se cierra, en su fachada, hacia las zonas donde existen edificaciones en las parcelas colindantes con una serie de huecos controlados y protegidos. En la fachada delantera se diseña una envolvente acristalada a la que se asoman los despachos y zonas de trabajo, protegidas de la radiación solar por una galería profunda. La planta rectangular tiene una orientación prácticamente Este-Oeste que debe controlar la 7incidencia del sol en las horas de mañana y tarde especialmente.
Fachadas que buscan el comportamiento térmico idóneo
La fachada sureste es la fachada urbana del edificio que se asoma a la rotonda de la Puerta de Santa María. La fachada se configura como un gran hueco en sombra matizado por unos elementos de protección a modo de parasoles, a distinta profundidad del plano de la fachada. Un plano que se retranquea desde el borde exterior para mejorar sus condiciones térmicas y a la vez crear un juego de luces y sombras en su composición. La propuesta más singular del edificio es la fachada sur que se ha diseñado con dos grandes captadores solares que precalientan el aire de la cámara y lo circulan hacia las instalaciones activas del edificio, precalentando en invierno el aire de la impulsión y consiguiendo importantes ahorros en su funcionamiento. En verano este aire sobrecalentado se lleva directamente de nuevo al exterior. Se quiere así aprovechar el diseño de la fachada como elemento de cerramiento y como sistema de mejora de las condiciones climáticas del edificio. Una estrategia bioclimática para lograr el máximo ahorro en el consumo energético en la climatización del edificio, para lo cual se propone disminuir la demanda requerida para el acondicionamiento higrotérmico de los espacios.
Proyectos del estudio de Cesar Ruiz Larrea
Ruiz Larrea ha trabajado en diferentes proyectos de viviendas en la dirección de conseguir edificios de consumo casi nulo. Proyectos de diferentes administraciones como su propuesta de Rehabilitación de la torre Cibeles del Banco de España o el Centro Nacional de Energías Renovables.
En el edificio de Ciudad Real se plantea la acción combinada de dos estrategias de eficiencia energética; por una parte, dotar al edificio de una envolvente tanto en muros perimetrales como en cubierta de unos aislamientos óptimos y una configuración de fachada ventilada en la orientación sur y oeste. Esta fachada evita el sobrecalentamiento en verano y las perdidas por conducción en invierno. Junto a ello se complementa el sistema mecánico de climatización con un acondicionamiento pasivo del aire de admisión requerido por las tasas de renovación. El sistema híbrido de ventilación, en periodo de calefacción toma desde la fachada sur el aire precalentado de la cámara ventilada que al ser acristalada funciona como un invernadero, y en verano coge el aire desde la zona norte, del área verde en sombra, que conducirá el aire a través de unos conductos bajo el zócalo del edificio, enfriando previamente el aire, por el intercambio aire-tierra. Así al mejorar las condiciones del aire que se introduce en los sistemas se obtiene un menor consumo energético de las maquinas de climatización. Por ello, la imagen exterior del edificio en estas fachadas presenta la visión del cristal que tiene una cámara exterior en un gran plano ciego del edificio.
La imagen formal del edificio
Todo el edificio tiene una cuidada fachada de chapa de acero laminado con distintas perforaciones y que, en sus correspondientes pliegues y composición, sirve para optimizar el funcionamiento de las fachadas ventiladas correspondiendo a las distintas orientaciones solares del edificio. Un juego de formas y funciones que obtiene una imagen formal cuidada, de edificio con acabados singulares en su exterior. Los equipos de climatización se integran en la composición del edificio en su planta superior continuando el cierre exterior del edificio que deja entrever la presencia de las maquinarias a través de los elementos semitransparentes de la fachada.
La antigua presencia de la cámara acorazada del Banco de España, pintada en colores azul añil, con un sistema de espejos que permitía ver entre los volúmenes de hormigón armado se saca ahora al exterior en el juego de la escalera con su color añil y en los cerramientos perimetrales, más discutibles en su formalización, también en ese color añil intenso que contrasta con las soluciones tecnológicas de fachada.
En estos tiempos que tanto se habla de sostenibilidad y arquitectura bioclimática el edificio del estudio Ruiz Larrea es una buena muestra de cómo es posible conjugar las soluciones bioclimáticas con un cuidado del diseño y una buena propuesta arquitectónica.
Su presencia rotunda, visible a través del arco del convento de las dominicas situado en un pequeño jardín delantero y su diálogo con el Hospital Provincial ahora en rehabilitación para ser sede de la administración de la Junta de Comunidades mantiene la imagen de una arquitectura cualificada con una presencia sencilla pero capaz de cualificar el entorno.