La Fuente Talaverana cumplió la semana pasada su centenario, fuente que está rodeada de bancos con temas quijotescos que decoran la plaza o glorieta de la fuente y que tienen su origen entre 1973-74. Aunque el desaparecido diario “El Pueblo Manchego” sugería en 1925 que en este entorno se instalaran bancos con temas del Quijote, estos no se llegaron a colocar hasta 1929 y la cerámica que los decoraba era con motivos geométricos.

No fue hasta el año 1973, cuando nuestro consistorio decide remodelar la plaza y sustituir los viejos bancos, por nuevos igualmente de cerámica talaverana, realizados mediante baldosín rojo de barro, azulejos con cenefas modernistas y temas cervantinos de la fábrica “Artesanías Talaveranas S.L.”. Empresa fundada en 1.966 por D. Bernardo Corrochano y D. Mauricio Delgado. Utilizan para la fabricación de sus productos los métodos más tradicionales, utilizados desde sus inicios en la fabricación de la auténtica Cerámica de Talavera.
En los bancos de la glorieta de la Talaverana se reproducen ocho escenas del Quijote:

Una de ellas está inspirada en la aventura del Yelmo de Mambrino, que en realidad no era más que una relumbrante bacía, o palangana, de las que usaban los barberos para rapar barbas. Sabemos por el Quijote, que obtenida por Don Quijote la codiciada alhaja, “se la puso luego en la cabeza, rodeándola a una parte y a otra buscándole el encaje, y como no se le hallaba dixo: sin duda que el pagano a cuya medida se forjó primero esta famosa celada, debía tener grandísima cabeza, y lo peor dello es que le falta la mitad”. Los instantes en los que Don Quijote pugna por encasquetarse el yelmo son los que hoy podemos ver plasmados en estos azulejos.
Otro banco su ornamentación está basada en la singular aventura del Caballo de madera Clavileño y de la “bien fabricada” burla pirotécnica que a costa de Don Quijote y Sancho organizan un duque y una duquesa ociosos; burla que consistió en el espantable vuelo de ambos por las cuatro regiones del aire, a lomos de aquel extraño animal, y concluyó con los dos maltrechos, chamuscados y tendidos en el suelo (Cap. XLI,II)…

Cuatro de los ocho bancos su azulejería está basada en la Aventura quijotesca de los Molinos. Es el episodio en el que Don Quijote, desoyendo las advertencias de su escudero, arremete contra unos molinos que a él se le antojan gigantes. ¿Quién no recordará el momento en que el Caballero, “encomendándose de todo corazón a su señora Dulcinea, pidiéndole que en tal trance le socorriese, bien cubierto en su rodela, con la lanza en el ristre, arremetió a todo galope de Rocinante, y embistió con el primer molino que estaba delante, y dándole una lanzada en el aspa, la volvió el viento con tanta furia que hizo la lanza pedazos, llevándose tras sí al caballo y al caballero, que fue rodando muy maltrecho por el campo…? (Cap. VIII, I).
Además de los seis bancos anteriores existen dos cuya escena no está claramente definida, ya que plasma simplemente las andanzas por los campos de la Mancha, ya con la bacía sobre la cabeza.

Los bancos aparte de escenas quijotescas, se completan con azulejería estilo renacimiento en color azul sobre baldosín blanco. En la reforma que sufrió la plaza en el año 2008, se restauraron los bancos y se colocaron macetas con escenas del quijote, sobre los muros del mismo que por desgracia fueron desapareciendo con gamberradas, en las últimas reformas efectuadas este año se han colocado bolas.
Además, y para mantener la igualdad con el entorno de la fuente, en el año 2021 las pilastras de la fuente se le quitaron el azulejo que había y se pusieron azulejos con las imágenes del Quijote, similares a los que se pueden ver en los bancos que la rodean.