Las vidrieras son elementos que cierran los huecos de iluminación en muchos edificios religiosos con la voluntad de crear ambientes más recogidos e íntimos. Lo importante son los colores generales de las piezas y el resultado final del espacio religioso.
La vidriera de la capilla del Santísimo de la catedral. 1900
La capilla del Santísimo dedicada a santo Tomás de Villanueva en la catedral de Ciudad Real tiene unas vidrieras realizadas por el taller de Maumejean. Unos vitrales que, según Ana María Fernández Rivero, que publicó un estudio sobre las mismas el año 2021, fueron ejecutados por esta empresa. Ana localiza en la Fundación Centro Nacional del Museo del vidrio los cartones. En uno de ellos está santo Tomás de Villanueva repartiendo limosna, en otro santo Tomás cobijándose en un monasterio y un tercero con detalles de arquitectura.
Los dos vitrales de la catedral están colocados sobre ventanas neogóticas con casi seis metros de alto y uno de ancho. Son vidrieras emplomadas que se realizan con pequeños trozos de vidrio coloreado que se van uniendo entre sí con junquillos de plomo. Un proceso de selección va eligiendo los posibles colores que se tratan de diferentes formas cuando es necesario. Posteriores actuaciones con ácidos y diferentes productos permiten realizar dibujos y perfilar formas sobre la base de los fondos de vidrio coloreado en cada zona. Y posteriormente hay que montar las piezas cerrando bien los junquillos de plomo para dejar consolidada la estructura de sujeción. La capilla de santo Tomás se construyó en 1900 durante el proceso de restauración realizado en el conjunto catedralicio por Sebastián Rebollar.
La Casa Maumejean fue fundada en 1860 por Jules Pierre Maumejean y ha estado dedicada a la realización de vidrieras artísticas durante 150 años. Sus cinco hijos continuaron la labor de su padre y han realizado numerosas vidrieras en edificios religiosos y civiles.
Las vidrieras de la iglesia de la ciudad matrimonios desamparados. 1969
Pequeños bloques residenciales que acogían a veinte matrimonios ancianos en pabellones independientes con dormitorios, zona de estar, cocina y servicio. Junto a los bloques residenciales, situados en el margen izquierdo de un solar de 8500 metros cuadrados y 100 metros de fachada a la ronda de Calatrava, se localizaban los espacios comunes en el extremo Este del solar de forma triangular. Comedor, zonas de estar comunes y una iglesia capaz para 150 personas. La capilla de planta rectangular, con una ligera inclinación de los laterales hacia el presbiterio, de 20,5 x 11 metros tiene una cubierta ascendente hasta la zona del altar que se cubre con un plano en dirección opuesta.
El ámbito del presbiterio se realiza en ladrillo cara vista pintado de blanco y, en su frente, una banda con elementos de madera que tienen en su centro el sagrario Las vidrieras del lateral derecho realizadas con vidrios de gran espesor encastrados en el hormigón introducen una iluminación llena de color en el conjunto. Las vidrieras están realizadas por la Unión de Artistas Vidrieros de Irún y el diseño de estas fue realizado por Carlos Arrecubieta. Unas formas sencillas de colores intensos que destacan sobre el fondo del hormigón que soporta la superficie. Las vidrieras de cemento se empiezan a fabricar por la Unión de Artistas vidrieros de Irún en 1969 lo cual indica que esta zona de la capilla se terminaba al final de la obra del conjunto.
Las vidrieras de la capilla del colegio San José
La capilla del colegio san José, proyectada el año 1963, supone una aportación esencial a la infraestructura del centro docente y representa una excelente aportación a la arquitectura religiosa de Ciudad Real. Conforma un conjunto con el salón de actos situado en su lado izquierdo definiendo una fachada atractiva en el conjunto de la ciudad.
Las vidrieras son del taller segoviano de Muñoz de Pablos. Carlos Muñoz de Pablos se formó en el taller Maumejean de Madrid y, en la actualidad, tiene su taller en Segovia junto a sus dos hijos. Vetraria Muñoz de Pablos realiza vidrieras para proyectos de arquitectura, tanto en paramentos verticales como en techos o cúpulas, paneles autónomos y esculturas. Utilizan diferentes técnicas y materiales, incluyendo las vidrieras emplomadas, el fusing, el vidrio grabado al ácido o a la arena o las vidrieras pintadas con grisallas, esmaltes, amarillos de plata y rojos de cobre.
Los cartones a escala 1:1, a carboncillo, definen los calibres en verdadera magnitud, su entonación y la estructura mecánica. Después se realiza el cartón de corte de cada uno de los vidrios. Los vidrios cortados se pintan con grisallas, esmaltes y amarillos de plata y se cuecen en un horno de mufla si la obra lo requiere. Este proceso puede exigir hasta seis cocciones distintas para cada calibre.
Un reciente artículo de El País lo definía como pintor de la luz y el color de las vidrieras. Formó el grupo Gremio 62 constituido por tres artistas: Francisco G6mez-Argüello Wirtz, pintor; José Luis Alonso Coomonte, escultor, y Carlos Muñoz de Pablos, vidriero. Coomonte, nacido en Benavente, había realizado en 1962 el Ostensorio para la II Bienal de Arte Cristiano de Salzburgo. El padre Aguilar organizaba un coloquio sobre la obra con Luis Felipe Vivanco, Alejandro de la Sota, Fernando Chueca, José Luis Fernández del Amo, José Luis Picardo y el propio Coomonte. Las rejas de la capilla del colegio de san José, realizadas por Coomonte, son un pequeño tesoro del arte religioso de Ciudad Real.
Las vidrieras de la iglesia del barrio del Pilar
El proyecto de arquitectura, también de Jesús García del Castillo incorpora las vidrieras en sus dos laterales como elemento esencial de la definición del espacio religioso. Las vidrieras y un relieve situado en el lateral izquierdo de la zona del presbiterio son obra de José Antonio Castro.
El pintor y escultor José Antonio Castro Torres, nació en 1.943 en Moral de Calatrava había comenzado a sus diecisiete años a impartir clases de dibujo en el Seminario Diocesano de Ciudad Real. Ordenado sacerdote pasó a formar parte de la Comisión de Arte Sacro del Obispado de Ciudad Real, realizando gran cantidad de proyectos de reforma, adaptación y nueva planta de templos y capillas. Graduado en Decoración en la Escuela de Artes Aplicadas de Valencia y licenciado en Bellas Artes por la Facultad de San Fernando de Madrid. Desde 1.978 impartió clases como profesor de Decoración en la Escuela de Artes de Ciudad Real hasta el 2005, año en el que se jubiló.
Diferentes escenas del Antiguo y nuevo Testamento van ocupando los huecos verticales que van reduciendo su altura a lo largo de la nave para seguir el perfil de la cubierta. Las secciones del espacio muestran la cubierta inclinada ascendente de la zona de la iglesia que se inclina en la zona del presbiterio con una iluminación cenital de la zona. Todo un programa iconográfico que se explica en los paramentos de la iglesia.
La zona de la iglesia se cubre con cerchas metálicas que dejan libre el espacio del conjunto de la iglesia. El techo realizado en madera con lamas en la dirección principal de la nave subraya la visión de los fieles hacia el altar. El lucernario de madera que desciende de la cubierta sobre el altar crea un foco luminoso de atracción en ese punto. Y, en este conjunto construido, las vidrieras de proporciones verticales estrechas con sus colores intensos de colores primarios llenan de luz el conjunto.