A comienzos del siglo XXI la población de Castilla-La Mancha censada como urbana se encuentra agrupada en treinta y cinco municipios. Solamente uno de ellos, Albacete, supera los ciento cincuenta mil habitantes, y otros cuatro más, los sesenta mil (Talavera de la Reina, Guadalajara, Toledo y Ciudad Real). Finalmente, Puertollano supera los cincuenta mil, al igual que Cuenca. Los demás centros urbanos pueden ser considerados como ciudades pequeñas, con tamaños que van desde los diez a los treinta mil habitantes.
Los municipios mayores de 10.000 habitantes
La distribución de estos núcleos de población en la región es irregular. Se pueden distinguir dos grandes agrupaciones de ciudades que se corresponden con los dos ámbitos demo geográficos que integran el territorio castellano-manchego, el Valle del Tajo, al Norte, y La Mancha, al Sur. En la mitad septentrional se encuentra un conjunto de ciudades que forma un semicírculo alrededor de Madrid: Guadalajara y Azuqueca de Henares, Tarancón, Toledo y Talavera de la Reina. En la mitad meridional, un alargado grupo de pequeñas unidades subcomarcales se unen entre sí a través de las vías de comunicación que en sentido Oeste-Este unen Extremadura y la Comunidad Valencia siguiendo la latitud del paralelo 39. En este otro grupo están Puertollano, Bolaños de Calatrava y Ciudad Real; Daimiel, Manzanares y la Solana; Madridejos, Alcázar de San Juan y Campo de Criptana; Socuéllamos, Tomelloso y Villarrobledo; y la Roda, Albacete y Almansa. A estos dos grupos se añaden los restantes núcleos urbanos de Castilla-La Mancha como Cuenca, Hellín y Valdepeñas, que ocupan una posición más distante de esas áreas. Todos ellos han creado también su propia centralidad dentro de sus comarcas próximas.
En 2020 la población residente en estos núcleos urbanos supera el 55,.70 % del total regional, superando significativamente el 37% de 1975. Los elementos de esta red urbana participan de manera desigual de la dinámica positiva que caracteriza el proceso de urbanización de Castilla- La Mancha en las últimas décadas. Según el Instituto de Estadística de Castilla-La Mancha con el censo del 2020 son ya 35 las ciudades que superan los 10.000 habitantes. Algunos municipios han bajado de este umbral: Villacañas que tenía 10.641 en 2011 ahora tiene 9.489 habitantes y Mora que tenía 10.547 ahora tiene 9819. Los incrementos de población se producen por dos razones fundamentales. Un grupo corresponde al desarrollo industrial del corredor del Henares en poblaciones como Alovera, Guadalajara, El Casar y Azuqueca de Henares. Un segundo grupo corresponde a un incremento residencial generado por la proximidad de Madrid como ocurre en Ocaña, Seseña o Illescas con un incremento de la segunda residencia y de las unifamiliares en Bargas o Fuensalida. Procesos que es necesario analizar detenidamente para entender el desarrollo social y económico de nuestra región.
Las capitales de provincia
Albacete pasa de 135.884 en 1990 a 174.336 en el 2020 creciendo al igual que lo hace el conjunto de la provincia que en este periodo pasa de 341.847 a 388.270 habitantes. Ciudad Real capital pasa de 61.138 habitantes a 74.473 en este periodo mientras que la provincia pasa de los 470.000 a los 495.000. Cuenca pasa de 46.047 a 54.898 en estos treinta años y la provincia baja de 205.198 a 197.222. Guadalajara capital que tenía 63.649 habitantes en 1990 tiene ahora 85.871 y la provincia ha pasado de 145.593 a 257.762. Toledo capital pasa de 63.561 a 84.282 y la provincia de 489.543 a 703.772.
Ello supone en el conjunto de la comunidad de Castilla-La Mancha un incremento de la población desde 1.658.446 a 2.035.505. Un proceso de crecimiento total de un 22,7% en estos treinta años que tiene sus ajustes en diferentes períodos de tiempo. Un proceso que va llevando a una concentración de población en grandes ciudades de manera que el 55,7% de la población se concentra en apenas 35 municipios de los 919 existentes en la Comunidad Autónoma. Un desarrollo similar al que se produce en todo el mundo con una concentración importante de la población en los grandes núcleos urbanos en la búsqueda de servicios colectivos, posibilidades de relación y actividad comercial.
Los municipios de la comunidad
La realidad de Castilla-La Mancha en el conjunto de sus municipios tiene esa imagen dual entre población residente en núcleos considerados como urbanos (mayores de 10.000 habitantes) y el resto de los municipios. 525 municipios tienen menos de 500 habitantes, 214 entre 501 y 2000 habitantes, 144 entre 2001 y 10 000 habitantes y solo 35 poblaciones tienen más de 10 000 habitantes. La organización de los núcleos de población es muy dispar, siendo pequeños y numerosos en el norte, y de mayor entidad y menor número en el sur de la Comunidad.
El número de municipios es diferente en cada provincia. La provincia de Guadalajara tiene 288, Cuenca 238, Toledo 204, Ciudad Real 102 y Albacete 87. Ello hace que el tamaño de las poblaciones en las cinco provincias sea desigual si bien el proceso de concentración en grandes núcleos urbanos está dejando cada vez más municipios con una reducida población.
Ley de la despoblación
La reflexión de la España vacía está llevando a diferentes administraciones a adoptar medidas para tratar de abordar este problema. La Diputación de Ciudad Real ha constituido un grupo de estudio y trabajo para analizar el problema, plantear posibles soluciones y prever el futuro de estas poblaciones que poco a poco van perdiendo habitantes.
La Junta de Comunidades ha planteado una Ley contra la despoblación denominada Ley de Medidas económicas, sociales, y tributarias contra la Despoblación y para el Desarrollo Rural en Castilla-La Mancha. Un elemento esencial en este proceso de difícil y largo recorrido es el de garantizar el acceso a los servicios públicos y la igualdad de oportunidades para los habitantes del medio rural. Y junto a ello una propuesta para propiciar el desarrollo económico y social de nuestro medio rural para alcanzar la cohesión social y territorial. Para ello, medidas fiscales y propuestas de actuaciones en el medio rural dentro de una Estrategia Regional contra la Despoblación con una duración de diez años.
Procesos complejos con diferentes factores de difícil control y que deben plantear desde el momento actual la presencia de servicios esenciales garantizados y de calidad para toda la población sea cual sea el lugar de su residencia. Pero un proceso que es bueno seguir y analizar para reflexionar sobre los cambios que se producen en cada época y que son reflejo de los intereses sociales y económicos de la sociedad.
