Los diputados regionales son los representantes de los ciudadanos en las Cortes de Castilla-La Mancha, elegidos democráticamente para representar la voluntad de los habitantes de esta comunidad autónoma.
Un diputado es un político que ha sido elegido democráticamente en unas elecciones que se desarrollan en el ámbito provincial para coordinarse a nivel regional en las Cortes de Castilla-La Mancha. En el ámbito de las Cortes realizan un trabajo de desarrollo legislativo, de control del gobierno y de estudio y análisis de la situación social política y económica de la comunidad autónoma. Un trabajo que se desarrolla en sesiones de trabajo, en comisiones y en plenos en los que se debaten, con la representación de las diferentes opciones políticas, los problemas de los ciudadanos de Castilla-La Mancha. Una labor que debe incorporar un trabajo de documentación, de estudio de los temas que se plantean, de conocimiento del desarrollo de la labor del gobierno y de los trabajos que se realizan en otros lugares para aprovechar sus experiencias y conocimientos.
Un diputado debería desarrollar una labor importante en su circunscripción electoral, mantener contactos con sus electores, recibir sus sugerencias, conocer de cerca sus problemas y mantener los necesarios contactos con su partido por el cual se ha presentado a las elecciones. Un trabajo que se desarrolla en su provincia, en los pueblos de la misma, en la presencia con los colectivos implicados por la problemática de cada zona o de cada área social. Y ello requiere trabajo de preparación de los temas, de reuniones con los diversos colectivos, de trabajo político en definitiva.
Pero al Partido Popular no le gusta el ejercicio de la política como participación, cercanía a los ciudadanos y trabajo en sus problemas. Quiere reducir el trabajo de los diputados a las horas de presencia en el edificio de las Cortes, acotando su aportación a las horas de trabajo en comisiones o plenos. Lo demás no es trabajo de los diputados y cada uno debe dedicarse a su trabajo profesional habitual, dejando para algunas horas al año su trabajo de diputado. Una valoración negativa de la política a la cual ellos se dedican también. La derecha siempre ha tenido más intereses que ideales y por ello le preocupan más sus negocios `particulares que los problemas comunes a los cuales les quien dedicar unas horas, con dedicación a tiempo parcial.
Sin embargo no quieren introducir unos criterios rigurosos de incompatibilidad. Un diputado que tramita leyes, que vota en decisiones importantes para la comunidad, que tiene acceso a los diferentes estamentos del gobierno debe mantener una total independencia respecto de intereses particulares que pueden influir en sus decisiones. Y para ello la mejor forma de hacerlo es garantizar una dedicación exclusiva a su trabajo con una retribución austera pero suficiente. El trabajo valorado y ejecutado con dedicación debe tener su retribución salarial pero debe tener unas condiciones totales de trasparencia en sus relaciones económicas, en sus intereses personales y en la retribución que pueda tener por otras vías. Los ahorros anunciados por el portavoz popular se están demostrando inútiles ya que los retornos a la administración de los que eran funcionarios, las liberaciones y retribuciones políticas de concejales y alcaldes populares en sus municipios, finalmente, van a suponer un mayor gasto público, venga de la administración que venga.
La eliminación del sueldo de los diputados para limitarlo a unas dietas por asistencia supone un menosprecio radical al ejercicio de la política, un intento de atacar de forma nada democrática a la oposición política limitando sus posibilidades de trabajo, y una reducción de la realidad democrática que deben representar las Cortes de Castilla-La Mancha.
Suponemos que en este torpe ejercicio de ahorro, el Presidente, el Portavoz y todos los diputados populares también lo serán por horas y cobrarán sólo las dietas y no salarios. Porque predicar austeridad para los demás es demasiado fácil y en este caso inútil además de nada democrático.