El síndrome de abstinencia alcohólica es una manifestación de la dependencia física del alcohol y se produce en el grupo de alcohólicos de tipo crónico que ven interrumpida de forma brusca su dependencia e ingesta habitual de la sustancia etílica. Se podría manifestar de varias formas, una más leve con sintomatología relativa a un temblor distal, sensación de ansiedad, irritabilidad, insomnio, molestias de estómago, taquicardias e hipertensión arterial. La más aguda consta de alucinaciones importantes de corte visual, con menor frecuencia auditivas y graves síntomas de disfunción en el sistema nervioso. En el momento se podrían detectar estos síntomas y a simple vista recomendar la atención inmediata. Desde el punto de vista psicológico poco se puede hacer, a menos que se reconozca el problema y, una vez superada la crisis física, aplicar las técnicas terapéuticas correspondientes al caso en particular. La sintomatología física se podría aliviar administrando una serie de depresores, desde el punto de vista farmacológico esperar resultados. El problema del alcohólico crónico es de pura concienciación personal, de convencimiento profundo relativo a tener un grave problema con grandes repercusiones negativas primero para su salud, y después para la familia. En la anamnesis que se le practique tenemos que estar seguros que, desde el punto de vista físico no tiene un deterioro de su salud grande. Porque el proceso de curación sería imposible y el trastorno sería de carácter irreversible. Es decir, la finalidad de esta valoración sería diagnosticar otras afecciones orgánicas producidas por la ingesta indiscriminada de la sustancia, enfermedad hepática, cardiopatía, hipoglucemia, trastorno neurológicos importantes. Es decir, problemas muy serios de salud que poco a nada podrían contribuir al buen hacer de la psicoterapia. En pacientes con algún tipo de delirio ocasionado por la gran ingesta etílica es necesaria una sedación general rápida lo antes posible. El uso de fármacos adecuados el médico de urgencias será el que se encargue de llevarlo a la práctica. El problema es bastante serio, y nosotros, en general, no tomamos conciencia que el uso abusivo del alcohol no beneficia nuestra salud. No sabemos si somos dependientes o no, siempre creemos que tenemos el control, pero forma parte dentro de nuestra cultura y tradición con la que debemos tener cuidado y más en estas fechas.
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