Para que se de produzca una situación de stress, es preciso que coincidan tres factores: un entorno hostil determinado con agresividad manifiesta, una respuesta psíquica y psicológica importante, y unos procesos mentales negativos. No todas las personas reaccionan de la misma manera ante estas situaciones que envuelven al ser humano y su entorno.
Algunas personas reaccionan con una excesiva transpiración, les tiemblan las piernas, les duela la cabeza, pierden cabello o se vuelven agresivos. Otros no son capaces de reaccionar, por consiguiente, acumulan la energía de manera interior, manifestándose el fenómeno de tipo stress de manera subyacente, con un comportamiento introvertido y fuera de contexto. Los síntomas son amplios , dilatación pupilar, transpiración excesiva, poliuria, palpitaciones, pulso rápido, presión alta, hipotensión o hipertensión, desasosiego, ansiedad, trastornos digestivos, dolores, tensión muscular, insomnio, necesidad de tomar alcohol, ingesta de sustancias excitantes, oscilaciones de peso, hiperactividad constante, cambios de personalidad, dificultad en la concentración, dificultades para la comunicación, temores, dudas, angustia existencial, pensamientos desagradables, hiperventilación pulmonar, temblores constantes, ansiedad generalizada, cambios bruscos en los hábitos alimenticios, errores y despistes frecuentes, inestabilidad emocional, irritabilidad emocional, accesos de ira frecuentes, miedo a tomar decisiones por muy poco importantes que sean, deterioro en las relaciones sociales, abatimiento y decaimiento en general, fatiga y apatía en todos los aspectos importantes de la vida. La sensación de fracaso es importante, la falta de confianza, dificultad para adaptarse a cambios que puedan producirse en la vida de una persona producen un descenso en el rendimiento personal, y una gran cantidad de sentimientos negativos.
El stress comienza siempre por una incapacidad de asimilación de la realidad que rodea a los seres humanos, una realidad importante que a veces nos introduce en el estado más angustioso del mundo. El tratamiento indicado por supuesto es el de iniciar un tratamiento de psicoterapia si la enfermedad está ya avanzada, pero a nivel de prevención, estamos tocando un punto importante. La alternativa psiquiátrica es la ingesta de psicofármacos, que en un principio, pueden ayudarnos a paliar la sintomatología tan molesta que produce el síndrome depresivo.
Tengan cuidado porque las sensaciones de pánico que se experimentan, pueden ser terribles.
La base fisiológica de este problema puede venir dada también por cambios en el metabolismo del cerebro y algún neurotransmisor que nos juega una mala pasada.
Tengan paciencia a la hora de tratarse de este problema y acudan a un psicólogo. Separaciones matrimoniales , rupturas filiales , exceso de trabajo, perfeccionismo marcado, ansiedad hiperactiva , problemas familiares , problemas laborales, enfermedades degenerativas, mala economía personal, accidentes laborales, problemáticas sociales , problemas personales, depresión , exceso de trabajo, cambios en los ritmos circadianos, y sobre todo, un ritmo de vida acelerado.
Les deseo feliz semana