Esta semana por lo que representa, nos deja muchas sensaciones que todos los años vivimos de una u otra manera en compañía de la familia y si es posible todos juntos. Pero el tema que elegimos, quizá tenga que ver con ese aspecto de maldad que acompaña, desgraciadamente a muchos seres humanos a la hora de relacionarse con los demás.
El tema de las relaciones humanas es muy complejo en el análisis y en tan pocas líneas, pero las investigaciones, basadas en miles de casos que incluso, hasta la medicina ya detecta, van encaminadas a dirigir nuestra atención a la forma de advertir ciertas asimetrías y desequilibrios en el núcleo de las relaciones interpersonales.
Cada caso es un mundo, no podemos generalizar y llevarlo todo al estereotipo de género. Pero las estadísticas no engañan, desgraciadamente, hay más agresiones físicas de hombres a mujeres, e incluso a niños y ancianos. La violencia que debemos no perder de vista es la llamada silenciosa, y realmente es la peligrosa.
Es peligrosa por lo anodina y aparente inocua, en su concepto y aplicación del agresor hacia su víctima. Ha existido siempre, pero los casos de agresiones físicas y maltrato objetivo diluye la auténtica realidad, de la que es muy difícil salir, te hace daño y si eres capaz de identificarla, aun así, es complicado terminar con ella con métodos convencionales.
Es el caso de multitud de parejas, en la que una de las partes, tiene la autoestima muy baja, no siendo capaz de poner fin a tan gran dependencia emocional, incluso culpabilizándose de forma reiterada. Muchos casos que llegan a las consultas, con apariencia de otra cosa, se destapa otra realidad que es la responsable de esos problemas relacionados con el estado de ánimo muy importantes. En otros casos, aun produciéndose ruptura o modificación del vínculo, las personas afectadas no comprenden que tienden a culpabilizarlas por lo que, supuestamente, han hecho.
Un tremendo destrozo en la víctima que deja de serlo cuando es capaz de rehacer su vida y bloquear la situación anterior, con total conciencia de lo que ha sido capaz de hacer. Nunca mejor dicho, ni caso, silencio y promociona nuevas actividades, que te van a ayudar, indudablemente, a superar la gran mentira en la que has vivido durante mucho tiempo.
El maltratador psicológico es peligroso si se le hace caso y te conquista, pero si lo bloqueas el vía crucis le tocará a él pasarlo. Por lo que… tranquilidad que todo se pasa, solo hay que identificarlo y finalmente expulsarlo de tu vida.