Importante es el destacar por encima de todo que el ser humano desde que nace intenta sembrar algo de inocencia hacia el mundo que nos rodea. Somos verdaderos, algo confiados, abiertos y curiosos. Se nos enseña a convivir en sociedad, y aprendemos una serie de valores que son transmitidos a nivel familiar, que nos ayudan de modo y manera directa. Cuando ese mensaje ha sido oscuro y confuso, lleno de mensajes contradictorios, se han perdido las maneras, han coexistido circunstancias que no se han podido asimilar, las consecuencias, si no somos capaces de asimilarlas, repito, de forma real y objetiva, nos pueden producir un gravísimo problema, cuando se dan, por supuesto. A veces, es algo subyacente a la realidad por lo que tenemos que hacer y se convierte en una reflexión importante ante la opinión pública. Qué pasará con las generaciones de jóvenes que carecen de eso tan claro como pueden ser los factores relacionados con la motivación. Hay que analizar el tipo de sociedad que tenemos, en que mundo se desenvuelve el joven en este momento y cómo lo hace. Todo lo que conlleva esta problemática social que nos rodea, y que nos está influyendo de manera clara. Es importante esta reflexión personal y el planteamiento del problema por lo que casi todo redunda en la carencia de valores de tipo personal, aunque sea una generalización grande, y existan personas que no tengan estas carencias, la mayoría de la población se desenvuelve a ritmo vertiginoso, empujado por la falta de principios individuales debido a la no motivación y falta de perspectiva de futuro. Aunque sea un futuro no muy lejano, por supuesto. La falta de trabajo, el mundo superficial, el mundo consumista, la falta de corporativismo, la carencia de valores, la vida apretada llena de satisfacciones pasajeras, la falta de libertad y de poder de elección personal. Son datos a tener en cuenta. Los psicólogos perseguimos una sociedad mejor, un equilibrio más fácil de entender, fácil de llevarlo a cabo, a nivel de prevención. Se observa notablemente la falta de responsabilidad personal, de compromiso con los demás, eso lo hace la autoestima. Es aquel bálsamo que facilita a la persona la auténtica realidad que se traduce en una satisfacción por lo que no tiene precio en realidad. La importancia del legado que pueda dejar una familia. La responsabilidad de los hijos, y lo bonito de la libertad que el ser humano pueda ejercer para con los demás. Eso lo hace la autoestima y la motivación. Este es un punto a tener en cuenta bastante importante y al que no le solemos hacer caso de forma habitual. El caballo de batalla de muchos profesionales que se dedican sobre todo a la prevención de alteraciones individuales. Esta es una sociedad en la que nadamos en soledad, la soledad nos persigue. La tecnología va encaminada, si ustedes se dan cuenta de telefonía, la informática y demás tecnología punta que nos incita precisamente a la comunicación. Al no favorecer esa comunicación interpersonal se recurre a eso precisamente. Aunque siempre hay que estar a favor del progreso. El progreso debe ayudar al hombre a crecer tanto interior como exteriormente. Son estos argumentos tan tangibles que el hombre no está familiarizado con ellos, y están delante de nosotros. La autoestima del ser humano, por consiguiente, ya no depende de él mismo, depende de una serie de factores que están fuera de él. Se ha debilitado y necesita de esa estimulación para llegar a querernos, de está manera, si falla alguno de estos pilares que le rodea, todo se viene abajo. La autoestima por los suelos, la moda no va con nosotros, todo acaba donde se termina lo superficial. Es la llamada crisis existencial de un ser humano que podría tener otros argumentos dentro de sí mismo que lo haría ser más feliz.
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